Destrucción a toda costa 2025: impactos del urbanismo y el cambio climático en el litoral
Greenpeace denuncia que la gestión del litoral asturiano ignora el cambio climático y lo enfrenta a la desaparición de numerosas playas
- A pesar de los impactos climáticos, en Asturias se sigue promoviendo el aumento de la presión turística, que facilita la urbanización de los últimos tramos libres del litoral, incluso en zonas de riesgo
- El número de viviendas turísticas se ha incrementado en la región, de menos de 2000 plazas en el año 2013 a casi 30.000 en 2024. Gijón cuenta ya con más viviendas turísticas que ciudades como Palma y ciudades como Llanes multiplican su población por diez en verano
- Asturias es la provincia con más riesgo de inundación en su franja costera de todo el norte peninsular
- La organización reclama medidas de mitigación y adaptación al cambio climático que reduzcan la vulnerabilidad de la costa y su población. Con una reducción moderada de las emisiones de gases de efecto invernadero se podría evitar el 40 % del retroceso de las playas de todo el mundo
Madrid, 17 de julio de 2025.– “Mientras los impactos climáticos nos muestran su crudeza, la administración asturiana permite proyectos que recuperan modelos pasados que ya están obsoletos y ponen al límite los ecosistemas costeros que nos protegen”. Con estas contundentes palabras resume Elvira Jiménez, coordinadora de campañas de Greenpeace, la situación del litoral asturiano en la presentación, hoy, de una nueva edición del informe Destrucción a toda costa, que viene señalando, desde el año 2000, el imparable deterioro de las costas españolas. En esta nueva entrega, se detallan los impactos del cambio climático y el urbanismo en el litoral de Asturias, que se pueden visualizar en un mapa satelital, también elaborado por Greenpeace.
El informe Destrucción a toda costa 2025: impactos del urbanismo y el cambio climático en el litoral es una exhaustiva investigación de la organización ecologista que pone de manifiesto cómo protegernos de los impactos del cambio climático es uno de los principales desafíos sociales, económicos y ambientales a los que se enfrenta el país. La elevación del nivel del mar, el incremento de la temperatura del agua, el aumento en la frecuencia e intensidad de fenómenos meteorológicos extremos, la erosión del litoral y la pérdida de biodiversidad costera y marina son algunas de las consecuencias que ya se están manifestando a lo largo de la costa.
Tras años de haber explotado el litoral, se han dilapidado muchos ecosistemas costeros que nos protegen. Greenpeace señala las playas y zonas urbanas que se verán más afectadas para 2050 en un escenario moderado de reducción de emisiones según la información científica disponible (1).
Ante una costa artificial, la vulnerabilidad aumenta dramáticamente y con ello las consecuencias. Sin embargo, como denuncia Greenpeace, la gestión del litoral no está avanzando de forma paralela a esta realidad, y advierte que hay que acelerar las medidas de mitigación y adaptación que reduzcan la vulnerabilidad de la costa y de su población. También se observa la falta de coherencia entre las políticas de ordenación territorial y la necesidad urgente de aumentar la resiliencia de estos territorios.
El litoral asturiano en peligro
Asturias es la provincia con más riesgo de inundación en su franja costera de todo el norte peninsular. Las zonas bajas son más vulnerables a las inundaciones, que serán más graves debido a la combinación de la subida del nivel del mar y el aumento de los fenómenos meteorológicos extremos, y aumentará la erosión costera. Además, la subida del nivel del mar derivada del cambio climático alterará de forma significativa los estuarios, afectando al equilibrio sedimentario en estas áreas y a su morfología.
La costa asturiana, al igual que el resto de comunidades autónomas del norte de la península ibérica, ha sufrido un aumento significativo de la presión turística. Por un lado, se incrementan las llegadas en los meses de otoño, algo que antes no sucedía y, por otro, las pernoctaciones hoteleras de extranjeros aumentaron con mayor intensidad, respecto al período prepandemia, en las regiones del norte de España, en comparación con los archipiélagos y el sur peninsular.
El número de viviendas turísticas se ha incrementado, desde menos de 2000 plazas en el año 2013 a casi 30.000 plazas en 2024. El incremento más significativo se ha dado desde 2020. Suponen casi el 2% del total de las viviendas y se concentran especialmente en las zonas de costa y cercanas a la misma, destacando la ciudad de Gijón que cuenta con más viviendas turísticas que ciudades especialmente turísticas como Palma. Las localidades de la zona este de Asturias son algunas de las más saturadas, como por ejemplo Llanes, que multiplica por diez su población en verano. Además de las viviendas turísticas se pueden encontrar nuevos desarrollos urbanísticos en Gijón, como la urbanización de lujo San Lorenzo 20, en primera línea frente a la playa de los Mayanes, o la construcción de cuatro edificios barco a pie de playa en la zona de El Arbeyal.
La elevada afluencia de visitantes tiene un impacto negativo en los entornos naturales. Por ejemplo, la ribera del Sella, y su popular descenso en canoa, atrae a miles de personas cada verano afectando a todo el ecosistema del río por el excesivo paso de personas, pisadas, alteración del cauce y residuos, unos impactos que han sido denunciados por vecinos y asociaciones.
Las previsiones sobre los impactos del cambio climático llenan el mapa de la costa asturiana con muchos puntos de riesgo.
Así, el valor medio de aumento del nivel del mar en la costa asturiana para un escenario moderado (2) de reducción de emisiones es de 24 cm a 2050. Con esa proyección, los puntos en mayor riesgo de inundación son:
- Todos los estuarios son puntos con mayor impacto de inundación por eventos extremos, especialmente la ría de Eo (o ría de Ribadeo), el estuario del Nalón y el estuario del Sella.
- Todos los arenales asturianos son vulnerables a la inundación, destacando, por la extensión máxima potencial del evento, los siguientes enclaves: playa de Aguilera, playa del Murallón, playa de Carranques, playa de Madrebona, playa de Xivares, playa de Peña María, playa de España, playa de Merón, playa de Vega, playa de San Antonio de Mar, playa de San Antolín, playa de Torimbia, playa de El Sablón, playa de Puerto Chico, playa de Toró, playa de Ballota, playa Buelna, playa Cebías, playa de la Acacia y playa de Mendía.
- En cifras totales, los concejos con riesgo de inundación con mayor área máxima inundada serían: Castropol y Villaviciosa (riesgo extremo: 300-600 hectáreas); Soto del Barco y Ribadesella (riesgo muy alto: 200-300 ha); y Valdés, Muros del Nalón, Avilés y Gozón (riesgo alto: 150-200 ha).
Al aumento del nivel del mar se une el efecto de los eventos meteorológicos extremos. Sumando ambos impactos, las playas con mayor retroceso estimado (entre 15 y 20 metros) son:
- Muy alta recurrencia (mínimo cada cinco años): playa de Requexinos, playa de San Juan de Nieva, playa de Xagó, playa de Carniciega y playa de Vega.
- Alta recurrencia (mínimo cada diez años): playa de Arnao, playa de Mexota, playa del Murallón, playa de Navia, playa de Salinas (Luarca), playa de la Cueva, playa de Santa María del Mar, playa de Salinas, playa de Verdicio
En ese mismo escenario se espera que la temperatura media del mar ascienda en torno a 1-1,5 ºC en la costa asturiana. En julio de 2024 se superó un récord histórico con una temperatura de 24,75 ºC en El Musel.
Contexto general
Tras años de haber explotado el litoral, se han dilapidado muchos ecosistemas costeros que nos protegen. Greenpeace señala las playas y zonas urbanas que se verán más afectadas para 2050 en un escenario moderado de reducción de emisiones según la información científica disponible.
Ante una costa artificial, la vulnerabilidad aumenta dramáticamente y con ello las consecuencias. Sin embargo, como denuncia Greenpeace, la gestión del litoral no está avanzando de forma paralela a esta realidad, y advierte que hay que acelerar las medidas de mitigación y adaptación que reduzcan la vulnerabilidad de la costa y de su población. También se observa la falta de coherencia entre las políticas de ordenación territorial y la necesidad urgente de aumentar la resiliencia de estos territorios.
La realidad que debemos asumir es que el modelo de “sol y playa” ahora es de “mucho sol y poca playa” y debemos actuar urgentemente para protegernos” ha declarado Jiménez.
Soluciones para la costa
Es urgente hacer frente a estos riesgos. Tan sólo con una reducción moderada de las emisiones de gases de efecto invernadero se podría evitar el 40 % del retroceso de las playas de todo el mundo. Para 2050, proteger y conservar las playas supondría un beneficio 150 veces superior a dejar que sigan deteriorándose.
Las principales soluciones que plantea Greenpeace son:
- Acción climática urgente y ambiciosa. Proteger la biodiversidad y diseñar un nuevo sistema energético en el que se reemplacen los combustibles fósiles y el uranio por energías renovables.
- Proteger, restaurar y renaturalizar la costa. La naturaleza y sus procesos son los mejores aliados para mitigar, en las zonas costeras, los impactos de la subida del nivel del mar, de inundaciones y temporales. Las soluciones basadas en la naturaleza, que emplean los procesos naturales como remedio ante los impactos negativos, son eficaces y menos costosas que las clásicas medidas de infraestructura gris. Es imprescindible preservar los tramos de costa virgen que han sobrevivido, especialmente humedales, playas y dunas que actúan como barreras protectoras. Hay que restaurar todos los tramos posibles de costa, pensando en el futuro y en la necesidad de que nos protejan adecuadamente, y abandonar las medidas costosas que son sólo parches temporales, como la regeneración artificial de playas o el mantenimiento de infraestructuras obsoletas.
- Reducir la exposición al riesgo. Utilizar los datos y la cartografía sobre impactos y riesgos ante la inundación y la erosión. Evitar reconstruir y habitar zonas gravemente afectadas por inundaciones o temporales marítimos. Paralizar los proyectos urbanísticos en tramitación que contemplen edificar en zonas con riesgo de inundación e impedir el uso de medidas estructurales de mitigación de la peligrosidad de inundación como vía para generar espacios urbanizables. También hay que prohibir la calificación como urbanizable de los terrenos cuya peligrosidad se ha mitigado tras la construcción de una obra estructural.
- Adaptación transversal, local y participada. La adaptación al cambio climático tiene un fuerte componente local por lo que es necesario un análisis de los riesgos y vulnerabilidades en cada municipio, que deben traducirse en planes de adaptación. Son necesarias estrategias a nivel nacional y regional y deben contar con la financiación adecuada. La participación ciudadana es fundamental.
- Poner coto a la turistificación contando con la participación comunitaria. El sector turístico es un factor determinante en la gestión de la costa. Es urgente abandonar el discurso cuantitativo y la cultura del crecimiento continuo, por uno cualitativo que conduzca a una reforma estructural que aúne las necesidades de la población residente y los límites ambientales para poder desarrollarse en equilibrio. Hay que avanzar en la regulación con moratorias a las viviendas turísticas, erradicación de la oferta ilegal, reducción de la actividad aeroportuaria, limitación de la entrada de vehículos en las islas, refuerzo del transporte público y el control de aforo en espacios sensibles.
Notas
- Los datos de impactos de cambio climático se han obtenido a partir de los visores cartográficos de las distintas comunidades autónomas, visores nacionales e informes publicados.
- El escenario RCP 4.5 hace referencia a una de las «Trayectorias de Concentración Representativas» (RCP) utilizadas para modelar futuros escenarios de emisiones de gases de efecto invernadero. Describe un escenario moderado de emisiones donde el forzamiento radiativo (un indicador del impacto del calentamiento global) se estabiliza en 4.5 vatios por metro cuadrado para el año 2100.
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Enlace al informe AQUÍ
Mapa satelital de impactos urbanísticos y climáticos AQUÍ
Imágenes disponibles para medios AQUÍ
Infografía calentamiento del mar AQUÍ