Destrucción a toda costa 2025: impactos del urbanismo y el cambio climático en el litoral

Greenpeace denuncia que la gestión del litoral balear ignora el cambio climático y lo enfrenta a la desaparición de numerosas playas

17-07-2025

  • A pesar de los impactos ambientales y climáticos, se siguen promoviendo nuevas construcciones y proponiendo la legalización de cientos de viviendas ilegales. De hecho, Baleares vive una reactivación urbanística que evoca los años de la burbuja inmobiliaria (sólo en Mallorca se ha producido un crecimiento del 263% en suelo rústico desde 2015)
  • Para finales de siglo, el aumento del nivel del mar podría reducir a la mitad la superficie de las playas en el archipiélago
  • Las islas Baleares continúan liderando las matriculaciones de embarcaciones de recreo
  • Greenpeace reclama medidas de mitigación y adaptación que reduzcan la vulnerabilidad de la costa y su población. Con una reducción moderada de las emisiones de gases de efecto invernadero se podría evitar el 40 % del retroceso de las playas de todo el mundo

Mientras los impactos climáticos nos muestran su crudeza en esta región, las autoridades baleares están recuperando modelos litorales ya obsoletos y poniendo al límite los ecosistemas costeros que nos protegen”. Con estas contundentes palabras resume Elvira Jiménez, coordinadora de campañas de Greenpeace, la situación del litoral balear en la presentación, hoy, de una nueva edición del informe Destrucción a toda costa, que viene señalando, desde el año 2000, el imparable deterioro de las costas españolas. En esta nueva entrega, se detallan los impactos del cambio climático, la crisis ecológica y el urbanismo en el litoral del archipiélago, que se pueden visualizar en un mapa satelital, también elaborado por Greenpeace.

El informe Destrucción a toda costa 2025: impactos del urbanismo y el cambio climático en el litoral es una exhaustiva investigación de la organización ecologista que pone de manifiesto cómo protegernos de los impactos del cambio climático es uno de los principales desafíos sociales, económicos y ambientales a los que se enfrenta el país. La elevación del nivel del mar, el incremento de la temperatura del agua, el aumento en la frecuencia e intensidad de fenómenos meteorológicos extremos, la erosión del litoral y la pérdida de biodiversidad costera y marina son algunas de las consecuencias que ya se están manifestando a lo largo de la costa. 

Tras años de haber explotado el litoral, se han dilapidado muchos ecosistemas costeros que precisamente nos protegen de esos impactos. Greenpeace señala las playas y zonas urbanas que se verán más afectadas para 2050 en un escenario moderado de reducción de emisiones según la información científica disponible (1).

El calentamiento del agua del mar es especialmente preocupante. Todas las aguas que rodean a la península ibérica y las islas se están calentando un 67 % más rápido que la media global. El caso del Mediterráneo es especialmente grave, se calienta a un ritmo de dos a tres veces más que la media global, y se encuentra en ola de calor marina constante desde noviembre de 2024. El agua más caliente tiene consecuencias como una mayor intensidad de los temporales, incremento de la subida del nivel del mar o la alteración de la biodiversidad marina. 

Ante una costa artificial, la vulnerabilidad aumenta dramáticamente y con ello las consecuencias. Sin embargo, como denuncia Greenpeace, la gestión del litoral no está avanzando de forma paralela a esta realidad, y advierte que hay que acelerar las medidas de mitigación y adaptación que reduzcan la vulnerabilidad de la costa y de su población. También se observa la falta de coherencia entre las políticas de ordenación territorial y la necesidad urgente de aumentar la resiliencia de estos territorios. 

“La realidad que debemos asumir es que el modelo de “sol y playa” ahora es de “mucho sol y poca playa” y debemos actuar urgentemente para protegernos” ha declarado Jiménez. 

El litoral balear en peligro

En todo el litoral mediterráneo se está produciendo una reactivación urbanística que evoca los años de la burbuja inmobiliaria. Según un estudio reciente (2), sólo en Mallorca se ha producido un crecimiento del 263% en la construcción en suelo rústico entre 2015-2023, según un estudio de la organización Terraferida, para la construcción de chalets de lujo en parcelas a precios millonarios. La picaresca también se da en la construcción de piscinas, disfrazadas como aljibes para eludir la normativa urbanística. Ante esta realidad, el gobierno balear aprobó en 2024 un decreto-ley que, mediante reformas de 50 normativas, permite la regularización de construcciones ilegales en suelo rústico, facilitando trámites y ampliando plazos de prescripción, favoreciendo a quienes han incumplido la ley y promoviendo un modelo de crecimiento urbanístico insostenible. Mientras tanto, crece el caos y la saturación de transporte, calles y servicios así como el coste de la vivienda ante una nueva temporada turística con expectativas, una vez más, de crecer en visitantes. Muy recientemente ha propuesto la legalización de cientos de viviendas en situación irregular y quieren permitir que se pueda construir en suelo rústico sin agotar el suelo urbanizable de los municipios de más de 10.000 habitantes.

Además, está viviendo la llegada de cadenas internacionales de lujo para definirse como destino de turismo de lujo y atraer nuevos mercados. Es el caso de Calviá (hotel Mandarin Oriental Punta Negra, hotel Aethos Mar i Pins y el Purobeach Resort Santa Ponsa – Oasis del mar, el Four Seasons Formentor). En la ciudad de Eivissa se señala la construcción del complejo de apartamentos Sarana, el proyecto de 51 apartamentos de lujo (ambos en el frente marítimo), los 84 pisos de lujo en la ‘milla de oro’ y el hotel The Unexpected en Platja d’en Bossa. En Menorca, en Maó, nos encontramos con la próxima apertura del Hotel Índigo de la marca IHG Hotels & Resorts. El puerto de esta localidad se encuentra en pleno auge de la llegada de cruceros, con cifras récord en 2024, aumentando la carga turística de la ciudad. En Ciutadella, se anuncia la construcción de un hotel de gran lujo con 50 habitaciones en cala Santandria, con una subvención del Ministerio de Hacienda. También se ha beneficiado de este tipo de subvención el hotel Cap Menorca, en las baterías militares de los acantilados de Llucalcari, con 15 suites exclusivas.

La saturación también se traslada al mar. Baleares continúa liderando las matriculaciones de embarcaciones de recreo ante el aumento de demanda de alquiler de las mismas, algo que está en pleno auge tanto con licencia de navegación como sin ella. El actual reglamento de Marina Mercante permite alquilar embarcaciones durante tres meses al año, lo que ha disparado los anuncios en plataformas por parte de particulares que buscan rentabilizar su embarcación. El control de las embarcaciones es insuficiente y colman calas y playas, como las del entorno de la Bahía de Palma y Portal Vells o el estrecho entre Ibiza y Formentera, multiplicando el impacto ambiental de los fondeos sobre los hábitats marinos, especialmente las valiosas praderas de Posidonia oceánica que protegen la costa de la erosión. 

Greenpeace ha analizado los peores impactos del cambio climático. Se estima que la subida del nivel del mar para 2050 será entre 16 cm y 33 cm de media (3). Para finales de siglo, el aumento podría llegar a variar entre 40 cm y un metro, lo que supondría la reducción a la mitad de la superficie de las playas. La subida del nivel del mar se ve influida por el aumento de temperatura del agua, cuyo incremento ha sido de 1,6 ºC en las últimas cuatro décadas. Los modelos prevén que la temperatura del agua continuará aumentando entre 1,2 ºC y 3,6 ºC , incrementando la intensidad y duración de las olas de calor marinas y sus consecuencias. 

Las zonas con mayor impacto de inundación permanente a 2050 (en el escenario RCP 8.5 de altas emisiones) por subida del nivel del mar y por eventos meteorológicos se asocian principalmente a humedales existentes o urbanizados (como el Parque Natural de S’Albufera de Mallorca y la Reserva Natural de S’Albufereta), zonas de influencia de torrentes y playas de arena. Las playas más afectadas por inundación permanente por subida del nivel del mar serán:

  • Mallorca: playa Es Trenc, playa des Dolç, playa Es Carbó, Caló des Moro, cala Mondragó, playa Barca, cala Mitjan, cala Sa Nau, playa de Porto Cristo, playa de sa Marjal, playa Colònia de Sant Pere, playa de Son Serra de la Marina, Arenal d’en Casat, playa de Can Picafort, playa de Alcúdia, playa Es Morer Vermell, playa de Formentor, playa d’en Repic, cala Xinxell, playa de Chicanso, Caló des Macs y cala Major.
  • Menorca: S’Albufera des Grau, Salinas de Mongofre, cala Blanca, bahía de Fornells, Ets Alocs, Es Tancats, cala Degolladors, cala Sa Caleta, cala Santandria y cala Blanca. 
  • Ibiza: playa de Es Codolar, playa de Santa Eulalia, cala Pada, Cala Martina, playa des Figueral, Aigües Blanques y Cala Portinatx.
  • Formentera: Ses Illetes, playa de Levante, Sa Roqueta, Es Pujols, playa Los Arenales.

Soluciones para la costa 

Es urgente hacer frente a estos riesgos. Tan sólo con una reducción moderada de las emisiones de gases de efecto invernadero se podría evitar el 40 % del retroceso de las playas de todo el mundo. Para 2050, proteger y conservar las playas supondría un beneficio 150 veces superior a dejar que sigan deteriorándose. 

Las principales soluciones que plantea Greenpeace son:

  1. Acción climática urgente y ambiciosa. Proteger la biodiversidad y diseñar un nuevo sistema energético en el que se reemplacen los combustibles fósiles y el uranio por energías renovables.
  2. Proteger, restaurar y renaturalizar la costa. La naturaleza y sus procesos son los mejores aliados para mitigar, en las zonas costeras, los impactos de la subida del nivel del mar, de inundaciones y temporales. Las soluciones basadas en la naturaleza, que emplean los procesos naturales como remedio ante los impactos negativos, son eficaces y menos costosas que las clásicas medidas de infraestructura gris. Es imprescindible preservar los tramos de costa virgen que han sobrevivido, especialmente humedales, playas y dunas que actúan como barreras protectoras. Hay que restaurar todos los tramos posibles de costa, pensando en el futuro y en la necesidad de que nos protejan adecuadamente, y abandonar las medidas costosas que son sólo parches temporales, como la regeneración artificial de playas o el mantenimiento de infraestructuras obsoletas.
  3. Reducir la exposición al riesgo. Utilizar los datos y la cartografía sobre impactos y riesgos ante la inundación y la erosión. Evitar reconstruir y habitar zonas gravemente afectadas por inundaciones o temporales marítimos. Paralizar los proyectos urbanísticos en tramitación que contemplen edificar en zonas con riesgo de inundación e impedir el uso de medidas estructurales de mitigación de la peligrosidad de inundación como vía para generar espacios urbanizables. También hay que prohibir la calificación como urbanizable de los terrenos cuya peligrosidad se ha mitigado tras la construcción de una obra estructural.
  4. Adaptación transversal, local y participada. La adaptación al cambio climático tiene un fuerte componente local por lo que es necesario un análisis de los riesgos y vulnerabilidades en cada municipio, que deben traducirse en planes de adaptación. Son necesarias estrategias a nivel nacional y regional y deben contar con la financiación adecuada. La participación ciudadana es fundamental.
  5. Poner coto a la turistificación contando con la participación comunitaria. El sector turístico es un factor determinante en la gestión de la costa. Es urgente abandonar el discurso cuantitativo y la cultura del crecimiento continuo, por uno cualitativo que conduzca a una reforma estructural que aúne las necesidades de la población residente y los límites ambientales para poder desarrollarse en equilibrio. Hay que avanzar en la regulación con moratorias a las viviendas turísticas, erradicación de la oferta ilegal, reducción de la actividad aeroportuaria, limitación de la entrada de vehículos en las islas, refuerzo del transporte público y el control de aforo en espacios sensibles. 

Enlace al informe AQUÍ

Mapa satelital de impactos urbanísticos y climáticos AQUÍ

Imágenes disponibles para medios AQUÍ

Infografía calentamiento del mar AQUÍ


Notas
  1. Los datos de impactos de cambio climático se han obtenido a partir de los visores cartográficos de las distintas comunidades autónomas, visores nacionales e informes publicados.
  2. Estudio realizado por Terraferrida.
  3. Según la regla de Bruun, cada centímetro de subida del nivel del mar supone un retroceso de aproximadamente un metro de playa.

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