Nuevo informe de movilidad en Europa

Greenpeace denuncia que la mala conexión ferroviaria de España con el resto de países europeos impulsa el uso del avión en plena emergencia climática

02-07-2024

  • Las dos conexiones directas en tren que más se echan en falta en España son Madrid-Lisboa y Madrid-París, ambas entre las rutas aéreas más utilizadas en Europa con más de dos millones de pasajeros al año 
  • Hay seis veces más vuelos directos que conexiones ferroviarias directas entre las principales ciudades europeas
  • Las conexiones directas por tren en Europa podrían triplicarse utilizando las vías existentes 
  • Greenpeace pide a los Gobiernos europeos y a la UE que impulsen la conectividad ferroviaria

 

Las ciudades europeas siguen estando mucho mejor conectadas por avión que por ferrocarril, lo que sigue incitando a la gente a volar en lugar de coger el tren, a pesar del impacto perjudicial de la aviación sobre el clima, según un nuevo estudio de Greenpeace. Y España no es una excepción.

De las 990 rutas entre 45 grandes ciudades europeas analizadas por Greenpeace [1], sólo el 12% están comunicadas por tren directo, mientras que el 69% sí lo están por vuelos directos. Esto supone casi seis veces más vuelos directos que conexiones directas por tren entre las principales ciudades de toda Europa. 

En lo que respecta a las ciudades españolas analizadas, todas están mal conectadas con otros países mediante trenes directos. Las dos únicas líneas de tren directas entre las ciudades analizadas son Madrid-Barcelona-Marsella y Barcelona-Lyon-París. Actualmente tampoco hay ningún tren nocturno que circule desde o hacia España para conectar con el resto de las capitales europeas. Tampoco dentro del propio país, en el que desde la pandemia no han vuelto a restablecerse las rutas nocturnas existentes como las que conectaban Madrid con A Coruña, Pontevedra y Ferrol y Barcelona con A Coruña y Vigo.

El estudio refleja que, gracias a la eficaz red ferroviaria de alta velocidad de España y Francia, el número de ciudades a las que se podría llegar en tren directo desde España en menos de 18 horas es elevado. Así, Valencia podría conectar con 16 ciudades europeas, Barcelona con 36 y Madrid con 17.

Mientras que hay pocas conexiones directas por tren, sí existen vuelos directos desde Madrid, Barcelona y Valencia a casi todas las ciudades analizadas. Por lo tanto, todas las ciudades españolas están mucho mejor conectadas por avión que por ferrocarril, lo que anima a la gente a volar en lugar de coger el tren. En el caso de las tres ciudades españolas, la conectividad por vía aérea con las 44 ciudades analizadas está muy por encima de la media europea.

Durante años, Europa ha favorecido el transporte aéreo, mucho más perjudicial para el clima que el tren, a través de exenciones fiscales, mientras que las inversiones en trenes e infraestructuras ferroviarias han sufrido años de abandono.  Hoy vemos cómo nuestra red ferroviaria tiene un considerable potencial sin explotar de trenes directos, debido a unas prioridades de gasto en movilidad equivocadas”, ha declarado Cristina Arjona, coordinadora de la campaña de Movilidad de Greenpeace: “Es hora de que los distintos países y la Unión Europea corrijan este desequilibrio histórico mejorando la conectividad y la comodidad de los trenes y acabando con las ventajas injustas de la industria aérea. Los europeos merecen tener acceso a un transporte público limpio, eficiente, cómodo y asequible que sea bueno para ellos y para el planeta”.

Apostar por las conexiones directas 

Los trenes directos ofrecen numerosas ventajas sobre los trenes con conexión: son más cómodos, más fiables y, en general, más baratos, lo que anima a la gente a utilizarlos en lugar de apostar por otras alternativas más contaminantes como el coche o el avión. A pesar de ello, en ninguna de las ciudades analizadas por Greenpeace se aprovecha plenamente el potencial de los trenes directos. Incluso Viena, la ciudad con más conexiones ferroviarias directas de Europa, sólo tiene trenes directos en el 59% de las rutas posibles. Sin embargo, tal y como muestra el informe, partiendo de las vías y horarios actuales, existe potencial para que pudiese triplicarse el número de trenes directos en Europa. 

El estudio refleja que no existen conexiones directas en tren en algunas de las rutas más importantes del continente, como Madrid-Lisboa, Madrid-París, París-Roma o Londres-Berlín, que, sin embargo, se encuentran entre las rutas aéreas de corta distancia más transitadas de Europa, con más de dos millones de pasajeros al año, cuando estas rutas se podrían recorrer en tren directo en menos de 10 horas y 30 minutos.

Greenpeace señala que  en Europa claramente no se está apostando por facilitar el cambio del avión y el coche a los viajes en tren. Aunque la Comisión Europea anunció 15 nuevos proyectos transfronterizos para la UE en diciembre de 2021 como parte de sus últimos planes ferroviarios, este número se ha reducido a sólo 10. El número total de trenes nocturnos de pasajeros en Europa, que circulan en más de la mitad de las rutas de trenes directos encontradas, ha caído de 1.257 por semana en 2001 a 445 en 2019. 

Greenpeace pide a la Comisión Europea que acelere las medidas ya anunciadas para impulsar el transporte ferroviario transfronterizo en Europa. Estas medidas incluyen un sistema unificado de información sobre trenes en el que participen todas las compañías ferroviarias que prestan servicios regulares de pasajeros; un sistema unificado de reservas, que permita la compra de billetes directos para todas las rutas de Europa; precios más asequibles con las implantación de abonos únicos de transporte o billetes climáticos y la aceleración de la armonización técnica y jurídica. 

Para Arjona, “es necesario que los viajes en tren de larga distancia resulten más atractivos para un mayor número de pasajeros europeos, consiguiendo que los trayectos sean más rápidos, frecuentes y asequibles. Hay que mejorar las conexiones ferroviarias internacionales, nocturnas y diurnas, y derribar las barreras del ferrocarril transfronterizo para que el tren sea competitivo frente al avión. La Comisión Europea y los Estados miembros deben adoptar medidas eficaces para crear condiciones de igualdad entre las compañías aéreas y el ferrocarril, como la introducción de un impuesto efectivo sobre el queroseno, la supresión del IVA del tren sobre los billetes internacionales en todos los países o medidas contra el dumping salarial en el sector de las aerolíneas de bajo coste”.

En definitiva, la Unión Europea debe desarrollar una nueva estrategia ferroviaria para que viajar en tren sea una buena opción para la ciudadanía europea.


Notas

[1] Las 45 ciudades incluyen la capital de cada país, excepto Zúrich en el caso de Suiza, y todas las demás ciudades con más de un millón de habitantes, así como la segunda y tercera ciudades más grandes de los cinco países más poblados.

[2] Con inversiones adicionales en infraestructuras que permitan alcanzar una velocidad media del tren de al menos 80 km/h en todas las rutas, el número de conexiones ferroviarias directas podría incluso aumentar hasta el 54% en las rutas analizadas.

[3] 18 horas es el tiempo máximo de viaje actual de un tren nocturno directo que puede reservarse en Europa. Basándose en este plazo existente, las nuevas rutas potenciales de tren directo calculadas por Greenpeace no superan las 18 horas. El cálculo de si una ruta podría recorrerse en tren en menos de 18 horas se realizó principalmente sumando los tiempos de viaje en tren actuales en los distintos tramos de la ruta y añadiendo los tiempos de viaje históricos en los que actualmente no hay transporte de pasajeros pero sí transporte de mercancías activo, como entre Croacia y Serbia o entre Grecia y Bulgaria.

 


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