Greenpeace denuncia que la rotura de la represa minera en Brasil es un crimen contra las personas y la naturaleza, no un accidente
Tras la rotura, el pasado viernes, de un dique de contención de residuos de una mina de hierro en el estado brasileño de Minas Gerais, se contabilizan ya 37 víctimas mortales y más de 280 desaparecidas a consecuencia de los más de 13 millones de metros cúbicos de lodo tóxico que barrieron la región. Los impactos del delito ambiental cometido por la empresa minera Vale aún se están evaluando y será necesaria una amplia investigación para analizar su verdadera dimensión.
Solo el 3% de las más de 24.092 presas que hay en Brasil fueron analizadas en 2017 por agencias de inspección. Nilo D’Ávila, director de Campañas de Greenpeace Brasil, ha asegurado que “no estamos hablando de un accidente, sino de un crimen contra las personas y la naturaleza. ¿Cuántas vidas se tienen aún que perder para que el estado brasileño y las empresas mineras aprendan de sus errores?”
Añade: “Exigimos que se juzgue a Vale y a todos los responsables y que la población afectada sea escuchada en el proceso de toma de decisiones. También exigimos que se cierren todas las represas clasificadas como de alto riesgo por el gobierno federal, que termine el deterioro del proceso de las autorizaciones ambientales y que se refuercen los controles. Basta de delitos ambientales y tragedias humanas como las de Mariana y Brumadinho. No más impunidad”.
Vale S.A es la misma empresa responsable, en 2015, del colapso de otra represa minera en Mariana, también en el estado de Minas Gerais, que mató a 19 personas, destruyó un río y acabó con el medio de vida de mucha gente. La población brasileña y el medio ambiente están sufriendo, por segunda vez en tres años, las consecuencias de la avaricia económica de Vale, la complicidad de los políticos y la omisión e ineficiencia del Estado brasileño.