Greenpeace despliega una pancarta en la Cuesta de Labrit para reclamar que el corredor de esa zona de Pamplona sea más sostenible
- La organización considera que la propuesta del Ayuntamiento de Pamplona para implantar un carril bici en la Cuesta de Labrit es insegura y reduce el espacio peatonal para no molestar al coche
- La ONG reclama que se recupere el proyecto inicial de corredor sostenible consensuado entre las asociaciones de la Junta de Movilidad
- El sector del transporte genera más de la mitad de emisiones contaminantes en Navarra, en especial debido al tráfico rodado
19 de junio de 2021. Esta mañana el grupo de voluntariado de Greenpeace en Navarra se ha unido en Pamplon a los colectivos Asociación vecinal arga txantrea, Colectivo txirringudariak y Asociación SinarZubi en una iniciativa para solicitar que en la Cuesta de Labrit de la ciudad se implemente el carril bici, pero no de la manera que el Ayuntamiento ha comunicado que pretende hacer. Por ello, una masa crítica de ciclistas ha partido a las 12 de la mañana de la Plaza Arriurdiñeta con dirección a la Cuesta de Labrit, con la intención de simular el carril bici que les gustaría que se hiciera realidad. Cuando la masa crítica ha llegado a la altura de la pasarela de Labrit, en la calle Vergel, activistas de Greenpeace han desplegado una pancarta con el mensaje “Bidegorri sí, pero así no”. Así mismo, otros dos voluntarios de la organización han portado pancartas de mano con el mensaje “menos coches, más sostenibilidad”, tanto en castellano, como en euskera.
Greenpeace y los colectivos urbanos han querido mostrar así su desacuerdo con el nuevo proyecto del corredor sostenible de la Cuesta de Labrit, presentado por el concejal delegado de Proyectos Estratégicos, Movilidad y Sostenibilidad del Ayuntamiento de Pamplona, Fermín Alonso, después de meses de parálisis del proyecto anterior. Cabe señalar que, a diferencia del actual, el proyecto anterior contaba con un amplio consenso entre las asociaciones que participaron en la junta de movilidad y que llevan meses pidiendo iniciativas de sostenibilidad en Pamplona.
Los aspectos que más preocupan del nuevo proyecto tanto a Greenpeace, como a los diferentes colectivos sociales, son que dicho carril bici cambia varias veces de lado de la calzada, en vez de transcurrir siempre por el mismo lado, tal y como solicitan los colectivos, siguiendo los criterios de seguridad que fijan los manuales técnicos. Además, el carril bici transcurrirá por donde más pendiente hay, y se creará una acera “flotante”.
“Todas estas medidas se han adoptado con el único objetivo de no restar espacio al coche, se le ha dado prioridad así a la forma más contaminante de transporte”, ha señalado Iban Echandi, portavoz del grupo local de voluntariado de Greenpeace en Navarra. “Es necesario que el vehículo privado deje de ser el protagonista en la ciudad y que se dé más espacio al peatón, a la bici y al transporte público si queremos una ciudad más sostenible y más sana para el planeta y para las personas”, ha añadido Echandi.
Ciudades sostenibles
Durante la pandemia los puntos débiles de las ciudades se han visto más acentuados que nunca, poniendo en evidencia la necesidad que la ciudadanía tiene de vivir en urbes sostenibles y resilientes. Según Naciones Unidas el 70 % de las emisiones climáticas globales se originan en las ciudades, y el transporte es responsable del 29 % de todas las emisiones en España.
Pamplona no es una excepción. Actualmente se consume un total de 4.435 GWh al año de energía final en la ciudad, de los cuales el 53,1 % corresponden con consumos del sector del transporte y gran parte de esta energía son combustibles fósiles, dañinos para la salud y el medio ambiente. En cuanto al reparto modal, los desplazamientos a pie son la mayoría (42,1 %) seguidos muy de cerca por los trayectos en automóvil con un 41,1 %, según datos del Ayuntamiento. Sin embargo, los desplazamientos en bici o similares (4,1 %) y en transporte público son minoritarios (12,75 %). Para Greenpeace mientras los esfuerzos del Ayuntamiento sigan en la línea de “molestar lo menos posible” al coche, no se conseguirá un avance real en movilidad sostenible, algo muy necesario para protegernos del cambio climático y de todas las enfermedades y muertes prematuras provocadas por la contaminación del aire.