Greenpeace encuentra en el Triángulo de las Bermudas concentraciones de microplástico similares a las de la isla de plástico del Pacífico
- La zona se ha convertido en un hábitat crítico para tortugas, anguilas y otras especies
- El mar de los Sargazos es uno de los cinco giros oceánicos mundiales que acumulan más contaminación por plásticos debido a las corrientes circulantes
Un equipo científico de Greenpeace ha descubierto elevadas concentraciones de microplásticos durante la expedición que ha llevado a cabo en el mar de los Sargazos, en el Triángulo de las Bermudas, un hábitat crítico para las crías de tortugas y otras especies marinas.
En una de las muestras tomadas, el equipo encontró 1.298 fragmentos de microplásticos, una cifra superior a la que se halló en la gran isla de basura del Pacífico (de actualmente dos veces el tamaño de Francia). El mar de los Sargazos es uno de los cinco giros oceánicos mundiales que acumulan más contaminación por plásticos debido a las corrientes circulantes. El análisis por infrarrojos realizado a bordo del barco ‘Esperanza’ de Greenpeace -actualmente inmerso en la expedición ‘De Polo a Polo’ para documentar las amenazas que enfrentan los océanos- ha revelado que los microplásticos proceden en su mayoría de botellas y envases de plástico de un solo uso.
“Las hermosas y profundas aguas azules que vemos aquí parecen puras, pero los muestreos de microplástico que hemos realizado cuentan una historia completamente diferente”, ha señalado Celia Ojeda, doctora en Biología Marina y responsable de la campaña de Plásticos de Greenpeace España. “Las tortugas, anguilas y otros animales habitan el mar de los Sargazos, pero ahora ese refugio está amenazado por el plástico”.
La investigación de microplásticos es parte de un programa científico más amplio realizado en asociación con el Instituto 5 Gyres, la Universidad de Florida y la Institución Scripps de Oceanografía y en colaboración con el Gobierno de Bermudas. Su objetivo es documentar la relevancia del mar de los Sargazos para las especies vulnerables y evaluar cómo este ecosistema está siendo afectado por la contaminación por plásticos. El equipo científico de la Universidad de Florida, que también ha participado en la expedición, ha recogido datos que pueden ayudar a determinar si las concentraciones flotantes de algas Sargassum de este mar que lleva su nombre proporcionan una ventaja térmica a las crías de tortugas marinas, posiblemente ejerciendo como incubadora para ayudar a su desarrollo.
«Estamos encantados de desarrollar estas investigaciones que complementan la campaña de Greenpeace en este hábitat tan importante pero poco estudiado«, ha declarado Nerine Constant, estudiante de doctorado en el Centro Archie Carr para la Investigación de Tortugas Marinas en la Universidad de Florida. «Hemos descubierto que la temperatura del agua es más alta dentro de las concentraciones de sargazo que en las aguas abiertas vecinas. Un análisis adicional determinará la importancia de esta diferencia y los beneficios potenciales para el desarrollo de las tortugas marinas«.
El viaje al mar de los Sargazos forma parte de la expedición De Polo a Polo, la más ambiciosa de la historia de Greenpeace, que está recorriendo el planeta del Ártico a la Antártida con el objetivo de documentar y visibilizar las numerosas amenazas a las que se enfrentan los océanos y resaltar la urgencia de proteger las aguas internacionales bajo un nuevo Tratado Global de los Océanos.
«Sin un tratado oceánico es imposible proteger áreas marinas especiales como el mar de los Sargazos que se encuentran principalmente en aguas internacionales», ha declarado Arlo Hemphill, de la campaña de océanos de Greenpeace USA, que ha dirigido la expedición científica en el mar de los Sargazos. «Este tratado nos permitirá aislar lugares como éste al declararlos santuarios marinos totalmente protegidos, dándoles tiempo a recuperarse del impacto de la sobrepesca y el tráfico marítimo de forma que tengan más resiliencia a a la presencia de plásticos«.
La tercera ronda de negociaciones para un nuevo Tratado Global de los Océanos comenzó en la sede de Naciones Unidas en Nueva York el pasado 19 de agosto y se prolongará hasta el día 30.