Greenpeace lleva la reclamación de un abono único de transporte a 22 ciudades españolas
- El voluntariado de la ONG ha salido a la calle a recoger en vídeo las impresiones de la ciudadanía sobre su idea de instaurar el abono T-Lleva, válido para utilizar todos los transportes públicos del Estado de forma fácil y asequible
- La organización ecologista ha demostrado en un informe la viabilidad técnica y económica de hacer realidad este tipo de tarjeta de tarifa plana, que ya han instaurado países como Austria y Alemania
- Su implementación haría permanentes las ayudas al transporte público que caducan el próximo diciembre, las mejoraría y generarían evidentes beneficios sociales y ambientales
Voluntarios y voluntarias de Greenpeace han salido hoy a las calles de 22 ciudades españolas de forma simultánea para pulsar las impresiones de la ciudadanía sobre los abonos y descuentos en el transporte público. Para ello han realizado entrevistas grabadas a diferentes personas usuarias en estaciones de tren y metro, paradas de autobús y otras localizaciones, sobre sus hábitos y necesidades de movilidad. Al mismo tiempo, cientos de personas han cubierto una encuesta proporcionada por el voluntariado de Greenpeace alrededor de la percepción social sobre la implantación de un abono único de transporte en todo el Estado
Las ayudas del Gobierno al transporte público, implantadas coyunturalmente a causa de la crisis generada por la guerra en Ucrania, caducan el próximo mes de diciembre. Greenpeace ha propuesto que se vuelvan permanentes, pero además ha propuesto una iniciativa más ambiciosa, un abono único para todos los transportes públicos del Estado, que ha llamado T-Lleva y que tendría un coste de un euro al día (30€/mes). La medida, que ya funciona con éxito en países como Austria y Alemania y que ya han anunciado otros como Francia, pretende generar un cambio modal que traslade cientos de miles de usuarios y usuarias de los vehículos privados al transporte público. De esta forma, se pretende reducir de forma drástica las emisiones de gases con efecto invernadero –de ahí que en varios países europeos se denominen “billetes climáticos”– generando al mismo tiempo enormes beneficios sociales.
Con ocasión de la Semana Europea de la Movilidad, la organización ecologista ha publicado un informe que demuestra la viabilidad de la medida. En él se proponen diferentes fórmulas para que este abono no suponga una carga para los presupuestos del Estado, como la tributación de los combustibles de la aviación, hoy día exentos de impuestos, que permitiría recaudar casi 5.000 millones de euros, el doble de lo que supondría la creación del abono T-Lleva.
Para Greenpeace, el abaratamiento del transporte público en general es la mejora más rápida y efectiva posible, lo que habría que complementar con otras medidas importantes y necesarias que llevan mucho más tiempo, como la compra de nuevos vehículos para aumentar la capacidad del transporte público, la construcción de nuevas infraestructuras, la creación de más líneas y frecuencias o la contratación y formación de nuevo personal.
La recogida de firmas a favor de esta propuesta ha logrado en lo que va de semana la adhesión de 20000 personas.
Ciudades donde se ha realizado la consulta ciudadana sobre movilidad y el abono único de transporte: A Coruña, Almería, Barcelona, Bilbao, Cádiz, Córdoba, Donostia-San Sebastián, Gijón, Girona, Lanzarote, Lleida, Madrid, Málaga, Murcia, Palma de Mallorca, Pamplona, Santa Cruz de Tenerife, Santiago de Compostela, Tarragona, Valencia, Valladolid y Vigo.