Greenpeace pide priorizar alimentos sanos y sostenibles en hospitales y residencias
- Mañana se cierra el plazo de consulta previa para la redacción del Real Decreto que prepara el Gobierno con el fin de regular la alimentación en dichos centros
- El Estado español destina entre 2.000 y 3.000 millones de euros anuales a las compras alimentarias, por lo que es importante que semejante cifra impacte en el modelo productivo del sistema alimentario
- A pesar de que la normativa de contratación pública obliga a incorporar criterios medioambientales, se incumple de forma generalizada y se tratan solo como deseables
Mañana, 21 de junio, se cierra el plazo para que la sociedad civil aporte comentarios al borrador de Real Decreto con el que el Gobierno pretende regular la alimentación en hospitales y residencias y es un buen momento para exigir que la contratación pública priorice alimentos sanos y también sostenibles.
Las administraciones públicas son las primeras consumidoras de alimentos. En el ámbito europeo, la contratación pública representa aproximadamente el 20 % del PIB. El Estado español destina entre 2.000 y 3.000 millones de euros anuales a las compras alimentarias. Se realizan a través de procesos de contratación pública, lo que representa una auténtica herramienta de transformación que puede influir de forma determinante en el mercado interior y supone una palanca de cambio para avanzar y acceder a dietas más saludables y sostenibles, así como incidir en los hábitos de consumo y por tanto impactar en el modelo productivo.
En el actual contexto de emergencia ambiental, es urgente una transición del modelo productivo hacia uno que ofrezca alimentos sanos y sostenibles. Greenpeace acaba de lanzar una propuesta de transformación del sistema alimentario, desde la producción hasta el consumo, que camine hacia un Modelo Alimentario Sostenible (MAS), sano para la población y para el planeta. Los comedores públicos son un paso muy importante en esa revolución por muchos motivos, pero sobre todo por coherencia (las personas enfermas y vulnerables son quienes necesitan nutrirse mejor) y por su gran capacidad de transformación (las compras de grandes cantidades de alimentos influyen en el modelo agroalimentario, ya que si se prioriza la compra de productos locales, ecológicos, frescos y de temporada, se fomenta un sistema más sostenible)
¿Qué pide Greenpeace?
Que el Real Decreto siga la estela del de comedores escolares aprobado en abril en aspectos como:
- Tratar la alimentación desde el lado de la salud y los derechos
- Reducir la proteína animal
- Prohibir los procesados, bollería industrial, azúcares, etc incluyendo las máquinas expendedoras
- Ofrecer raciones de frutas y hortalizas ecológicas de temporada
- Priorizar las técnicas culinarias más saludables como horno, vapor, hervido, plancha, sofritos y salsas de tomate, frente a otras como frituras o rebozados
- Usar aceite de oliva y de girasol, prescindiendo de otro tipo de aceites
Pero también hay algunos vacíos en ese Decreto de comedores escolares que deben resolverse:
Por ejemplo, a pesar de que la normativa formula de manera clara (en su primer artículo 1.3) que todos los contratos públicos deberán incorporar criterios de responsabilidad social y medioambiental, los criterios ambientales siguen sin tratarse como obligatorios por distintas trabas.
Con la adopción de la transición alimentaria que pide Greenpeace se recuperaría una dieta sana y sostenible que, en el escenario 2050, debería:
- reducir en un 81 % el consumo de carne de cerdo y aves, un 50 % el de lácteos y un 69 % el de los huevos
- duplicar el consumo de aceite de oliva
- aumentar el consumo de frutas un 52 % y un 100 % el de hortalizas
- reducir el consumo de pescado y marisco
- cubrir los requerimientos proteicos con una mayor ingesta de legumbres y frutos secos, incrementando el consumo de legumbres en un 200 %
Es necesario apostar por elevar la ambición en el porcentaje previsto para alimentos ecológicos en hospitales y residencias (en RD comedores un irrisorio 5 % del coste recoge que sean de producto ecológico). Hay ejemplos claros en otros países, como Suecia, que en 2017 estableció un objetivo de consumo de alimentos ecológicos del 60 % y el de tierras agrícolas ecológicas al 30 % para 2030.