Greenpeace pide que se limite el tamaño de las explotaciones avícolas ante la crisis de gripe aviar

06-11-2025

  • La organización ha enviado alegaciones al Proyecto de Real Decreto para modificar las normas básicas de ordenación de explotaciones ganaderas
  • Europa vive una nueva crisis por gripe aviar, lo que ha llevado ya al sacrificio de más de dos millones de aves en España y, por primera vez, a la declaración de una zona de protección especial
  • Las macrogranjas son el caldo de cultivo perfecto para que se propaguen este tipo de enfermedades entre las aves y salten a los seres humanos
  • El Gobierno tiene la oportunidad de limitar el tamaño de las explotaciones avícolas e impedir la construcción de súper macrogranjas, como el proyecto previsto para más de un millón de gallinas en Cuenca

Greenpeace ha presentado esta semana alegaciones al Proyecto de Real Decreto por el que se modifican diversos Reales Decretos que establecen las normas básicas de ordenación de determinadas explotaciones ganaderas. Hasta mañana está abierto el plazo para la participación pública.

Las alegaciones de la organización ecologista se centran en la inclusión de una limitación del tamaño de las explotaciones de aves de corral – el único sector para el cual actualmente no hay limitación – así como la reducción del tamaño máximo de las explotaciones de porcino y que se dé solución a la trampa que permite que los promotores de estas explotaciones eludan la autorización ambiental integrada, si el proyecto es para menos de 2.000 cerdos, y que posteriormente amplíen las explotaciones hasta el máximo legal.

Sin embargo, para realmente lograr una ordenación de la ganadería en España, Greenpeace pide que se elabore un Plan Estratégico de Ganadería que permita determinar la carga ganadera máxima para cada región, en función de la base territorial necesaria para mantener la actividad ganadera, y garantice una transición justa de un modelo industrial, destructivo y cruel con los animales hacia un modelo verdaderamente sostenible, basado en la ganadería extensiva de base agroecológica.

Desde el 1 de julio, la crisis originada por la gripe aviar – Influenza Aviar de Alta Patogenicidad (IAAP) – ha generado ya en Europa 139 focos en explotaciones comerciales de aves de corral, 14 de ellos en España, lo que ha llevado al sacrificio de 2.586.751 animales en nuestro país y, por primera vez, la declaración de una zona de protección especial en Valladolid y a que se adopten medidas más estrictas en todo el territorio. La situación en aves silvestres es igual de preocupante, con 708 focos detectados en Europa (68 en España), afectando incluso a espacios naturales de alto valor ecológico en nuestro país, como Doñana, las lagunas de Gallocanta o las Tablas de Daimiel. Esta situación agrava, aún más, otra crisis a la que se enfrenta el planeta, la de la pérdida de biodiversidad.

Es imposible parar a un virus ‘con alas’, pero podemos minimizar su impacto y que pueda incluso llegar a afectar a la población. Las macrogranjas son el caldo de cultivo perfecto para que se propaguen este tipo de enfermedades entre las aves, tanto domésticas como silvestres, y salten a los seres humanos. Ahora el Gobierno español tiene la oportunidad de impedir que se sigan poniendo sobre la mesa proyectos para súper macrogranjas, como la que se pretende hacer en San Clemente, Cuenca, y lo debe hacer”, ha declarado Luís Ferreirim, responsable de ganadería de Greenpeace.

El proyecto de super macrogranja que se pretende construir en San Clemente (Cuenca), promovido por el Grupo Avícola Rujamar S.L., plantea la instalación de una explotación industrial con capacidad para 1.080.000 gallinas ponedoras, lo que la convertiría en la explotación de aves de corral más grande y más contaminante del país. No es la primera vez que la empresa intenta implantar una macrogranja de estas dimensiones en el municipio: en 2021 ya propuso una instalación para 1,5 millones de aves que fue finalmente suspendida tras el amplio rechazo social.

Greenpeace recuerda que ya advirtió a comienzos de año al Gobierno español sobre los riesgos de una crisis como la que se está viviendo actualmente. Hoy, los hechos confirman los temores de la organización: la gripe aviar vuelve a expandirse, evidenciando la vulnerabilidad y el impacto destructivo del modelo de ganadería industrial, que además recibe indemnizaciones millonarias con dinero público tras cada sacrificio masivo.

Frente a esta grave situación, además de lo expuesto en las alegaciones presentadas, Greenpeace demanda el fin de la ganadería industrial y sus macrogranjas y exige medidas urgentes:

  1. Una moratoria inmediata y sin dilación a la ganadería intensiva. Para que el problema no siga creciendo es fundamental que no se autoricen nuevos proyectos de ganadería intensiva ni la ampliación de los existentes.
  2. Reducción drástica de densidad de animales en explotaciones existentes, como recomienda la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés). Greenpeace ha reclamado sin descanso que se ponga en marcha. Es imprescindible rebajar la carga por unidad de superficie para evitar condiciones ideales para la propagación del virus.
  3. Cierre de explotaciones intensivas de aves de corral cercanas a núcleos urbanos. Se deben prohibir las explotaciones de ganadería industrial ubicadas a menos de 2.000 metros de zonas pobladas, por su riesgo latente.
  4. Reducir la cabaña ganadera en intensivo hasta alcanzar un 50 % menos en 2030, priorizando sistemas extensivos y ecológicos con menores riesgos zoonóticos y enormes beneficios ambientales.

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