Greenpeace rechaza la ampliación de la ‘Supersur’ por su enorme impacto en el medio ambiente y en la movilidad de Bilbao

19-08-2019

  • El impacto ambiental en la vega del Bolintxu, junto al enorme coste económico de la obra de casi 200 millones de euros, resultan inaceptables para una autopista que incentivará aún más el uso del automóvil en Bizkaia
  • Esta variante contradice los objetivos del Plan de Movilidad de Bilbao así como la reciente declaración de Emergencia Climática del Gobierno Vasco
  • Greenpeace suscribe el manifiesto de la Plataforma ‘Supersur Ez!’ e invita a participar en las actividades de protesta convocadas durante la Aste Nagusia

Greenpeace rechaza la ampliación de la ‘Supersur’ (la Variante Sur Metropolitana de Bilbao) al considerar inadmisible la inversión necesaria para su construcción y el impacto ambiental sobre el entorno del Bolintxu. La organización ecologista se suma así a las entidades vecinales y ecologistas que componen la Plataforma Supersur Ez!. Esta plataforma viene ejerciendo una oposición activa a los planes de la Diputación Foral de Bizkaia de construir una autopista de peaje paralela a la actual A-8, una actuación que no se justifica en términos de demanda.

Desde Greenpeace se argumenta que el tramo de la Supersur actualmente en servicio (entre Santurtzi y Larrasquitu) no está cumpliendo con su función de descongestionar la A-8 pese a los 900 millones de euros que costó su ejecución. De acuerdo a los últimos datos de tráfico la Supersur tan solo ha captado un 12% del tráfico total del eje. Los 13.500 vehículos que registra diariamente la Supersur están muy lejos de la estimación de 24.000 que motivó su construcción. [1]

Resulta incomprensible que mientras las administraciones nos piden un uso más racional del vehículo privado promuevan su uso construyendo grandes autopistas”, señala Adrián Fernández, responsable de la campaña de movilidad de Greenpeace, quien exige también que “la Diputación priorice el transporte sostenible en sus presupuestos en lugar de dedicarlo a autopistas para ahorrar 2 minutos al coche”, como sucede en el tramo del Bolintxu.

Un modelo de movilidad nocivo y contaminante para el Gran Bilbao

El pasado mes de mayo Greenpeace situó a Bilbao en cabeza de su Ranking de la Movilidad Urbana 2019 gracias a su promoción de la movilidad peatonal y al uso contenido del coche. Sin embargo, dicho informe ya advertía de las diferencias que existen entre la villa y el Gran Bilbao. La organización ecologista advierte que infraestructuras como la Supersur consolidan un modelo de movilidad metropolitana plenamente orientado al vehículo privado.

Además Bilbao es la zona con peores valores de contaminación de todo Euskadi, superando en ocasiones los umbrales máximos legales. Una situación lo suficientemente grave como para reconducir las políticas de movilidad hacia un menor uso del vehículo particular. En este contexto, la Supersur induce un mayor volúmen de tráfico y por tanto se incrementa tanto la contaminación atmosférica como las emisiones de CO2.

Por este motivo, Greenpeace exige al Gobierno Vasco que sea consecuente con su reciente declaración de emergencia climática ya que el compromiso contra el calentamiento global debe demostrarse mediante actuaciones concretas. El transporte es el máximo emisor de CO2 en el País Vasco junto a la industria, pero mientras ésta se ha reducido un 43% desde 1990, las emisiones del transporte han aumentado un 230% en el mismo periodo. [2] Continuar con un modelo de transporte basado en autopistas no es consecuente con la emergencia climática decretada por el Lehendakari hace menos de un mes.

Junto a la adhesión a la Plataforma ‘Supersur Ez!’ Greenpeace anima a participar en las acciones de divulgación y protesta convocadas por la Plataforma durante la Aste Nagusia. Mañana 20 de agosto la Plataforma realizará una visita guiada por el entorno del Bolintxu y por la tarde tendrá lugar una cadena humana frente a la Diputación.


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