Nuevo informe

Greenpeace revela cómo la industria del gas fósil ha convertido España en adicta al gas para enriquecerse 

28-11-2023

  • La organización denuncia que Enagás abusa de su posición privilegiada para construir infraestructuras gasistas innecesarias como El Musel (Asturias) que financia la ciudadanía

  • El 99,3% de los ingresos de Enagás en 2022 procedió de los bolsillos de los consumidores 
  • España cuenta en la actualidad con un exceso de capacidad de gas mientras la demanda en toda Europa está disminuyendo
  • El nuevo acuerdo sobre el Paquete del Gas deja la puerta abierta a que el desarrollo del hidrógeno quede en manos de la industria fósil y no establece una hoja de ruta clara para la eliminación del gas fósil
  • Asturias: Greenpeace organiza esta tarde en Gijón una mesa redonda para hablar sobre este informe y desgranar los entresijos de la industria del gas fósil con diversos expertos

 

A pocos días del comienzo de la COP28, una nueva investigación de Greenpeace España ha revelado cómo la industria del gas ha empujado a la Administración española, y a otras en Europa [1], a autorizar un aumento masivo en la construcción y reapertura de instalaciones de gas fósil innecesarias, pagadas por los contribuyentes, de las que la principal beneficiaria es la propia industria del gas. Un caso ilustrativo es la planta de El Musel, en Gijón (Asturias) [2], donde se importa, además, gas procedente del fracking, una técnica extractiva prohibida en España y Europa por sus nefastas consecuencias medioambientales y sobre la salud. 

En su informe La siniestra historia de El Musel – O cómo la industria del gas fósil convirtió España en una adicta al gas, Greenpeace demuestra que Enagás, al igual que otras muchas empresas petroleras y gasistas, siguen intentando lo imposible: ampliar la infraestructura de combustibles fósiles mientras presumen de «descarbonizar» el sistema energético. En realidad, Enagás no financia las inversiones en El Musel: los peajes y cánones por el uso del sistema gasista (gasoductos, instalaciones de almacenamiento y regasificación) los establece el Estado en el «mercado regulado» y los pagan los consumidores españoles en su factura. En 2022, los “ingresos regulados” de la compañía gasista supusieron el 99,3% de sus ingresos totales, un total de 957 millones de euros. Es decir, cuanto más construye Enagás, más dinero recibe de los consumidores. Estas cifras demuestran que el negocio les resulta rentable, incluso si la instalación de gas no se utiliza.

«El Musel es un ejemplo más de cómo los operadores de gas están utilizando el miedo a la escasez de suministro de gas en Europa para desviar la atención de la transición energética’ hacia la ‘necesidad de seguridad energética’”, ha señalado Francisco del Pozo Campos, responsable de la campaña de Energía de Greenpeace. 

María Botella, de la campaña contra los Combustibles Fósiles de Greenpeace, añade que «los operadores de gas han estado utilizando la crisis energética para lucrarse mientras nos abocan a décadas de dependencia del gas y al pago de la factura por parte de la ciudadanía”.

La importación de gas licuado estadounidense en Europa se disparó en 2022. España, el segundo mayor importador de Europa, representó un 17% del total de estas importaciones, lo que supone un aumento del 117% en comparación con el año anterior. El refuerzo de esta dependencia del gas aleja a España y Europa peligrosamente del objetivo del Acuerdo de París de limitar el aumento global de la temperatura a 1,5°C. A punto de comenzar la COP28, que tendrá lugar del 30 de noviembre al 12 de diciembre en Dubái, Greenpeace demanda un acuerdo para la eliminación rápida, justa y equitativa de los combustibles fósiles. 

Las principales revelaciones del informe:

  • España no puede satisfacer “la futura demanda de gas de Europa” porque sólo dispone de dos gasoductos de bajo volumen que conectan con Francia (otros dos van a Portugal). 
  • Europa ya se enfrenta a un exceso de capacidad de gas y la demanda está disminuyendo (tendencia que se verá reforzada por los compromisos europeos de reducción de demanda de gas), por lo que no hay necesidad de suministros adicionales.
  • Varios países de la UE están construyendo sus propias instalaciones de regasificación y no necesitan el suministro español de gas licuado procedente de Estados Unidos. 
  • Las siete terminales de regasificación que hay en España, incluida la de El Musel, están infrautilizadas porque España tiene más capacidad de gas de la que necesita.
  • La necesidad de «ayudar a eliminar las importaciones de gas ruso» también es una afirmación falsa: España es actualmente el mayor importador de la UE de gas licuado ruso.

Por otro lado, Enagás propone un futuro improbable en el que la infraestructura de gas podría reutilizarse para transportar hidrógeno, pero la viabilidad técnica y económica del transporte de hidrógeno a través de esos gasoductos es cuestionable y no existen planes concretos para generar las cantidades necesarias de hidrógeno «verde» a partir de fuentes renovables [3]. Por si fuera poco, los contratos a largo plazo que empresas como Naturgy, Endesa, Iberdrola y Repsol han firmado con proveedores de gas licuado de EEUU pretenden mantener la dependencia de España del gas hasta 2042.

«Necesitamos una transición hacia una alternativa justa y sostenible a los combustibles fósiles que sólo puede lograrse mediante iniciativas como la rehabilitación energética de edificios, el ahorro y eficiencia energética, la electrificación, la instalación de fuentes de energía renovable y la promoción del autoconsumo y las comunidades energéticas. Iniciativas que en su conjunto crearían más trabajo que los combustibles fósiles, impulsarían la economía y supondrían una mejora significativa de la calidad de vida para la ciudadanía asturiana. Tal cambio ayudaría a su vez a nuestro país a transitar hacia la descarbonización y la autosuficiencia en materia energética. Esto es posible con el apoyo de los Gobiernos central y regional, en forma de políticas fiscales adecuadas y formación”, ha destacado Del Pozo. 

Mesa redonda en Gijón

Para hablar de todo ello y desgranar las claves de este informe, Greenpeace ha organizado una mesa redonda esta tarde a las 19 h en Gijón (abierta a público general además de a periodistas).

Lugar: CMI Ateneo de la Calzada, C/ Ateneo obrero de la Calzada, 33213, Xixón

Fecha y hora: 28 noviembre a las 19h

También puedes seguir este evento por ZOOM: Enlace a videollamada, ID: 96772323756, Contraseña: 561192

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Información adicional

La UE y el gas: Tras más de 48 horas de negociación de las instituciones comunitarias en torno a la reforma del mercado del gas y el hidrógeno, el llamado «Paquete del Gas»,  finalmente se ha sabido que la UE deja la puerta abierta a que la planificación y gestión de gran parte de la futura infraestructura de hidrógeno de Europa quede en manos de la industria del gas fósil. El acuerdo, además, no contiene una hoja de ruta clara para la eliminación del gas fósil. Por otro lado, hoy se publica la lista de proyectos prioritarios para la UE. Se prevé que dicha lista incluya proyectos tan controvertidos como el H2MED o el EASTMED: el primero para exportar hidrógeno verde de la Península Ibérica a Francia y el segundo para importar gas de Israel a Grecia, con el potencial de avivar conflictos y profundizar la crisis climática. Ambos mantendrán a flote la industria de los combustibles fósiles con fondos europeos. 

“El hidrógeno verde es un recurso precioso, su producción tiene un coste ambiental y otros impactos en el territorio, por lo que la UE no debe planear quemarlo de cualquier manera. Permitir que la industria del gas planifique y gestione una nueva red de hidrógeno sería un conflicto de intereses que conduciría a un exceso de inversión en infraestructuras innecesarias y a un uso derrochador del hidrógeno para fines como la calefacción doméstica. La UE debe dejar de quemar gas fósil lo antes posible y basar la transición en la eficiencia, la suficiencia y las energías renovables electrificando gran parte de la demanda y dejando el hidrógeno para sectores difíciles de descarbonizar”, ha señalado Del Pozo. 


Notas

Informe completo AQUÍ 

Resumen ejecutivo AQUÍ 

Notas

[1] Greenpeace, Who Profits From War (2023) 

[2] Enagás SA es una empresa gasista propietaria y gestora de la red nacional de gas.  Endesa SA es una compañía multinacional de suministro de gas y electricidad y filial con participación mayoritaria de la eléctrica italiana Enel. El contrato de capacidad adicional de gas en la planta de El Musel fue a parar a Endesa, que puede utilizar esta terminal para introducir gas licuado estadounidense en Europa. En 2014, Endesa firmó dos contratos con la empresa estadounidense Cheniere Energy Inc por un total de 2,25 millones de toneladas (3,06 bcm) de gas licuado que estarán en vigor hasta 2039. Los cargamentos en virtud de dichos contratos comenzaron a llegar en 2019 y, desde entonces, son un elemento clave de la cartera de gas de Endesa y del auge actual del comercio de gas licuado estadounidense con España. 

[3] Greenpeace, Desmontando el hidrógeno: H2Med, coartada para una falsa transición energética (2023) 


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