31 de octubre, Día Mundial de las Ciudades
Greenpeace transforma la Praza de O Progreso de Vigo para reclamar una ciudad más sostenible
- La organización pide al Concello espacios públicos más verdes, naturalizados y menos hostiles a las personas, para tener una ciudad resiliente frente al cambio climático
- La ONG considera esencial potenciar la movilidad sostenible con un plan director de la bicicleta integrado con el transporte público y el proyecto Vigo Vertical y con medidas urgentes de reducción y pacificación del tráfico
- Afirma que proyectos como el túnel de la ‘Porta do Sol’ o el ‘Barrio do Cura’ reinciden en atraer más tráfico al centro, frente a los modelos con zonas de bajas emisiones que se están adoptando en la mayoría de Europa
Esta mañana la Praza de O Progreso de Vigo, sobre el mercado municipal, ha amanecido llena de color y de elementos amigables para el peatón, que dejan de lado el gris y el cemento que la caracterizan. Se trata de una iniciativa de la organización ecologista Greenpeace con motivo del Día Mundial de las Ciudades, que se celebra hoy 31 de octubre, para pedir espacios públicos de calidad y más sostenibles. *
Voluntarios y voluntarias de Greenpeace han instalado en la plaza un espacio verde de más de 200 metros cuadrados y una gran pancarta en la que el lema de la ciudad, “Vivimos en una ciudad hermosa”, se ha transformado en una reclamación ecologista: “Queremos una ciudad hermosa y sostenible”. También han llevado decenas de árboles de hasta ocho especies autóctonas (robles, abedules, nogales, cerezos, saúcos, laureles, arces, castaños), mobiliario y aparcaderos de bicicletas para reivindicar al mismo tiempo una ciudad con más espacios públicos de calidad y una movilidad más sostenible. Los árboles serán posteriormente plantados por el voluntariado de Greenpeace en un monte periurbano, en colaboración con la Comunidad de Montes de Teis.
También en Vigo, activistas de la organización ecologista han “hackeado” carteles y señales para exigir más carriles bici, mejor transporte público, acceso a energía limpia y a alimentos ecológicos y de cercanía o más espacios verdes, entre otras demandas. Una acción que se ha replicado además en otras ciudades de Galicia, como Santiago de Compostela y Pontevedra.
Espacios públicos de calidad frente a humanizaciones grises
La pandemia de la COVID-19 ha puesto de manifiesto como ninguna otra cosa que necesitamos espacios públicos más amplios y seguros, más servicios de cercanía en los barrios y, en su conjunto, ciudades más sostenibles y resilientes.
La ciudad de Vigo no se caracteriza por su cantidad de zonas verdes, pues dedica sólo unos 4,5 metros cuadrados por habitante, muy lejos de ciudades como Santiago y A Coruña. El propio alcalde olívico reconocía estos días atrás que “Vigo es una de las ciudades de España con menos espacio común ciudadano y menos zonas verdes”. Esta situación se agrava más aún en el centro urbano, donde decenas de nuevas humanizaciones de calles muy deterioradas han creado aceras más anchas y entornos más aceptables, pero reincidiendo en un concepto de ciudad gris, donde desaparece el verde y lo natural, como ha ocurrido con el bulevar de la Gran Vía o la Ronda de Don Bosco.
Aunque Greenpeace celebra que el borrador del nuevo PXOM, previsto para 2023, prevea doblar la superficie de espacios verdes en la ciudad con hasta ocho nuevos parques, estos, puntualiza, se sitúan sólo en la periferia de la ciudad y el casco urbano sigue su proceso de desnaturalización, con plazas y calles más duras y hostiles. De igual manera, Vigo sigue desaprovechando el privilegio de contar con una gran zona litoral urbana, que sigue de espaldas a la ciudad.
“Las peatonalizaciones temporales realizadas por la COVID-19 han sido una buena noticia, pero el espacio público no puede reservarse sólo para domingos y festivos. Necesitamos lugares abiertos también en el día a día, para proteger a las personas de los efectos del tráfico, especialmente en lugares sensibles, como escuelas, y donde haya espacios estanciales seguros que a su vez favorezcan la vida en los barrios”, ha comentado Manoel Santos, coordinador de Greenpeace en Galicia.
El vehículo particular, un problema de primer orden
Alcanzar una ciudad con una movilidad sostenible está aún muy lejos de ser una realidad en Vigo, donde el uso del vehículo privado es de los mayores de España y la enorme contribución de la ciudad en la generación de emisiones impulsoras del cambio climático una asignatura pendiente. De los aproximadamente 750.000 viajes diarios que se realizan en el municipio el 70 % son motorizados, cifra que asciende al 80 % cuando consideramos los viajes exteriores. En estos viajes el uso del vehículo privado predomina de forma abrumadora sobre el transporte público, y los desplazamientos no motorizados (a pie y bicicleta) son sólo del 32 % en viajes interiores y de un ridículo 1 % en los exteriores.
Además, el excesivo tráfico generado por la ausencia de una movilidad sostenible provoca que el 74 % de los habitantes de la ciudad se muestre insatisfecho con el nivel de contaminación acústica y el 62 % manifieste que Vigo tiene problemas con la contaminación atmosférica.
Para Greenpeace el proyecto del túnel de la “Porta do Sol” es sin duda el gran paradigma del modelo de ciudad insostenible que Vigo no debería impulsar, cuando existen sobradas alternativas para la necesaria peatonalización del centro, como bien ha indicado la asociación Vigo Histórico. Con unos 18 millones de euros de presupuesto, la intención es esconder debajo de la alfombra las emisiones de miles de vehículos, perpetuando el tráfico rodado en el centro de la ciudad.
“El soterramiento del tráfico incentiva el uso del coche en el centro urbano y responde a un modelo de ciudad desfasado que recuerda a tiempos del ‘Scalextric’, además de atentar contra bienes patrimoniales, aislar calles aledañas e incidir en el diseño urbano de baldosas de granito sobre hormigón que impiden la creación de espacios verdes. No es un cambio sostenible real del uso de la calle, que debería tender a contar con zonas de bajas emisiones como hacen otras ciudades europeas.”, ha apuntado Manoel Santos, de Greenpeace.
A todo esto hay que añadir proyectos como el del Barrio do Cura, que anuncia cientos de pisos de lujo y miles de plazas de aparcamiento más en pleno centro de la ciudad.
Demandas a la alcaldía
Con este panorama, Greenpeace ha enviado una carta al alcalde con una serie de demandas. La organización celebra que Vigo se haya unido a las ciudades que impulsan la bicicleta con la inauguración del primer carril bici, pero se antoja muy insuficiente y se hace necesario un plan director ciclista que fije las medidas a seguir para consolidar la bicicleta como forma de transporte preferente, apostando por la intermodalidad con el transporte público y la integración con proyectos como Vigo Vertical. También reclama campañas de promoción y educación vial y medidas de pacificación del tráfico, como ha propuesto recientemente Vigo Ciclábel, plataforma de la que también forma parte Greenpeace.
Además, en opinión de la ONG existen numerosas deficiencias en el transporte público, que se debe impulsar de forma decidida tanto en el ámbito urbano como interparroquial y metropolitano, cuestión en la que ni alcalde ni la Xunta han ayudado mucho en los últimos tiempos con su enfrentamiento. Apuntan que Vigo necesita un transporte público de alta capacidad, que se puede lograr potenciando el autobús, pues es de las pocas grandes ciudades del Estado sin un sistema de transporte público masivo.
Por último, Greenpeace ha querido también comentar el discurso de malgasto del alcalde, Abel Caballero, alrededor de las luces de navidad. “Embellecer la ciudad en una fecha tan señalada para muchas personas debería ser compatible con la sostenibilidad. El discurso de malgasto que enarbola el alcalde es malo para la ciudad y para el planeta y constituye un muy mal ejemplo que, además, trasciende a la ciudad y se hace también desde la presidencia de la Federación Española de Municipios y Provincias. Le pedimos a Abel Caballero un poco más de responsabilidad en este sentido”, ha concluido Manoel Santos.
Notas
* La actividad se ha desarrollado siguiendo todos los protocolos sanitarios exigidos por las autoridades.