Greta Thunberg, entre las miles de personas que protestan contra la bomba de carbono de Garzweiler en Lützerath, Alemania
Este sábado, más de 35.000 personas de diversos países, entre ellas la activista climática Greta Thunberg, se han desplazado hasta el pequeño pueblo alemán de Lützerath en solidaridad con las y los activistas climáticos que intentan impedir que esta zona sea demolida para acceder al carbón que se encuentra en el subsuelo. Las y los activistas que llevan dos años ocupando este pueblo para impedir su destrucción están ahora en proceso de desalojo. La multinacional alemana de combustibles fósiles RWE ha comprado la zona para ampliar su mina de carbón de lignito, Garzweiler, una de las mayores bombas de carbono de Europa.
Karsten Smid, experto en energía de Greenpeace Alemania, ha declarado: «Hoy en Lützerath, la gente se está levantando unida por un futuro mejor, y está mostrando un apoyo masivo a las y los activistas que llevan años protestando contra la minería del carbón. Lützerath es el límite: si se extrae el carbón que hay debajo, Alemania no podrá respetar el Acuerdo de París. La codicia de RWE no puede estar por encima de la protección de las personas y del clima. Es hora de detener la destrucción de Lützerath. Este carbón tiene que permanecer bajo tierra».
Sara Ayech, responsable de la campaña mundial sobre el clima de Greenpeace Internacional, añadió: «Estamos en 2023, en plena crisis climática, y aunque destruir un pueblo para ampliar una de las mayores bombas de carbono de Europa debería considerarse un delito, sigue siendo legal. La influencia de las empresas de combustibles fósiles es tan poderosa que los considerados criminales ahora son los que luchan por la justicia climática. Es hora de exigir responsabilidades a las empresas de combustibles fósiles».
Bajo el pequeño pueblo de Lützerath se encuentra el carbón de lignito, la fuente de energía más perjudicial para el clima, y la zona minera renana de lignito es la mayor fuente de CO2 de Europa. Pero llevada por su codicia y a pesar de la crisis climática, la empresa de combustibles fósiles RWE planea destruir el pueblo para ampliar su mina de Garzweiler y extraer el carbón.
Este proyecto, al igual que la extracción de combustibles fósiles y las nuevas infraestructuras en todas partes, está vinculado a la destrucción de la vida de las personas, del clima y del planeta. Y al final, esto está teniendo el peor impacto en las personas de los países que menos han contribuido a la crisis climática.
Este carbón es lo contrario de lo que se necesita para responder a la crisis climática, energética y del coste de la vida. Apostar por las energías renovables junto con medidas de ahorro energético es más barato, más rápido y aportará seguridad energética. Es hora de acelerar una transición justa hacia una energía asequible, limpia y renovable de forma que beneficie a las comunidades, a los trabajadores y al clima, y de acabar con las nuevas infraestructuras de combustibles fósiles.
Cientos de activistas llevan más de dos años resistiendo a la destrucción de los combustibles fósiles y ocupando lo que queda del pueblo de Lützerath. Han construido casas en los árboles, cabañas y plantas solares, han revitalizado el pueblo y nos han demostrado que es posible una sociedad basada en la justicia climática y la solidaridad.
Lo que está en juego no es solo que Alemania no respete el Acuerdo de París, sino que las empresas de combustibles fósiles destruyan nuestro futuro para obtener beneficios a corto plazo. Lützerath es un claro ejemplo de los crímenes que las empresas de combustibles fósiles están cometiendo en todo el planeta. Las empresas de combustibles fósiles han estado contaminando y destruyendo la vida de las personas desde el principio de su existencia. Y se han salido con la suya durante demasiado tiempo. No permitiremos que sigan haciéndolo, ni en Alemania ni en ningún otro lugar.