Los nuevos transgénicos pueden agravar la pérdida de la biodiversidad
- Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción y Greenpeace piden, en una carta enviada a Teresa Ribera, que los nuevos organismos modificados genéticamente (OMG) cumplan con las mismas garantías que los modificados mediante técnicas transgénicas tradicionales
- Si sale adelante la actual propuesta de la Comisión Europea, los nuevos OMG no estarán identificados ni tendrán que pasar una evaluación de impacto ambiental
- Las organizaciones ecologistas también piden que los departamentos de medio ambiente tengan voz y voto en las decisiones sobre estos organismos
Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción y Greenpeace se oponen a que la Comisión Europea excluya las llamadas nuevas técnicas genómicas (NTG) de la definición europea de organismos modificados genéticamente (OMG). Esto significaría dejarlos fuera de los requisitos de evaluación de impacto ambiental, seguimiento y trazabilidad, lo que podría agravar la crisis de pérdida de biodiversidad y soberanía alimentaria.
Hasta ahora, el marco legislativo de los OMG (Directiva 2001/18) define qué es y qué no es un OMG. Obliga, además, a realizar evaluaciones de impacto ambiental, a etiquetar debidamente la presencia de estos organismos y a realizar un seguimiento de sus efectos. Sin embargo, la Comisión Europea podría excluir de esta definición a los OMG producto de las nuevas tecnologías de ingeniería genética, a pesar de que estas modernas tecnologías logran organismos no exentos en absoluto de riesgos.
Uno de los principales peligros de estos organismos es su contribución a la pérdida de biodiversidad. Por ello, Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción y Greenpeace han enviado una carta a Teresa Ribera, ministra de Transición Ecológica y el Reto Demográfico, para solicitar que participe activamente en este debate y que proponga esta cuestión para el orden del día del próximo Consejo de Medio Ambiente de Europa.
Algunas técnicas de las NTG, como los CRISPR, se basan en mecanismos complejos de reparación del ADN, que producen mutaciones en las que podrían alterarse de manera inadvertida rasgos vitales de las plantas, lo que puede llegar a afectar a las cadenas tróficas en las que estas se desenvuelven.
Además, algunos estudios indican que los efectos de los cambios en el ADN no pueden preverse adecuadamente y que la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria no ha llevado a cabo todavía las pertinentes evaluaciones de riesgo de los efectos no intencionados de los nuevos OMG.
Andrés Muñoz, responsable de Soberanía Alimentaria de Amigos de la Tierra, advierte: “Todos los OMG, incluyendo aquellos producidos con las nuevas tecnologías genéticas, están sujetos a derechos de patente, lo cual supone una grave amenaza para la conservación y el uso sostenible de los recursos fitogenéticos y el libre acceso a las semillas”.
Diego Bárcena, portavoz de Ecologistas en Acción, afirma: “La propuesta de la Comisión choca frontalmente con el objetivo de la UE de aumentar un 25 % la agricultura ecológica para 2030, ya que uno de los requisitos de esta es que no haya presencia de OMG. Los sistemas agrícolas ecológicos y agroecológicos se pueden ver amenazados, como sucedería con la desregulación de los nuevos OMG”.
Luis Ferreirim, responsable de Agricultura de Greenpeace, concluye: “La desregulación de nuevos OMG está siendo justificada con argumentos sobre su contribución a la sostenibilidad, la lucha contra el cambio climático y al Pacto Verde Europeo. Sin embargo, para lograr la sostenibilidad del sistema alimentario, lo que necesitamos es su transformación profunda y no parches como los nuevos o viejos transgénicos”.