Miles de personas se concentran en la plaza Sant Jaume en contra de la ampliación del aeropuerto de El Prat

La concentración de hoy ha expresado un “NO” rotundo a la política del Gobierno presidido por Salvador Illa, así como del Gobierno central, por priorizar los intereses económicos de las organizaciones empresariales, los lobbies turísticos, las grandes constructoras, los fondos de inversión especulativos y el accionariado privado de AENA. Unos intereses que, según Zeroport, “no responden al interés general de la población, que no quiere que se destinen 3.200 millones de euros a la ampliación del aeropuerto”. Para la plataforma, de la que Greenpeace forma parte, “ese dinero podría destinarse a inversiones realmente necesarias, como dignificar la red de Cercanías, el transporte público colectivo de bajas emisiones y otras medidas que realmente protejan el medio ambiente y mejoren la calidad de vida de la gente”. 

En opinión de los colectivos que integran la plataforma: “El plan de ampliación vuelve a exhibir un negacionismo climático absoluto, ya que el consiguiente aumento de vuelos y emisiones de gases de efecto invernadero agrava un escenario climático incompatible con condiciones de vida dignas para las generaciones actuales y futuras, tal como ya se está evidenciando con fenómenos extremos como la DANA de Valencia o los incendios forestales de sexta generación. Además, las previsiones de reducción de emisiones son poco realistas y engañosas, ya que en ningún caso cumplen con los compromisos climáticos, ni siquiera con los objetivos asumidos por el propio sector de la aviación”.

Según Zeroport, la propuesta también tendría un grave impacto ecológico sobre los espacios naturales del delta del Llobregat, especialmente La Ricarda y El Remolar, incluidos en la Red Natura 2000. Las compensaciones ambientales anunciadas son muy similares a las acordadas con motivo de la anterior ampliación de hace 20 años, las cuales, aún hoy, están pendientes de ser ejecutadas.

El aeropuerto de Barcelona-El Prat es el principal vector de turistificación del país. Si el proyecto acabara desarrollándose, comportaría la llegada de un mínimo de 10 millones de turistas más cada año, y esta presión agravaría los problemas derivados de la turistificación de Barcelona, como el encarecimiento de la vivienda, la gentrificación de los barrios, la privatización del espacio público, la pérdida de redes comunitarias y la sobresaturación de servicios públicos. El plan tampoco hace mención al aumento de la contaminación, tanto del aire como acústica, vinculadas al incremento de vuelos, que empeorarían los problemas de salud pública que se derivan de ello.

Por todo ello, Zeroport hace un llamamiento a la movilización de la sociedad civil en contra de la ampliación, así como de la comunidad científica y académica. También apela directamente a los partidos políticos para que se posicionen abiertamente contra la ampliación y para que hagan de esta lucha, clave para el futuro, su prioridad a la hora de decidir el modelo de país diverso, socialmente justo y resiliente que es necesario.

La respuesta ciudadana de rechazo frontal a la nueva propuesta de ampliación ha sido inmediata y contundente, comenzando por la multitudinaria manifestación convocada el pasado 14 de junio por Ni un Pam de Terra en El Prat de Llobregat y continuando con la concentración de hoy. La próxima cita que ha anunciado Zeroport será el Congreso internacional de la red Stay Grounded por el decrecimiento de la aviación, que tendrá lugar del 3 al 6 de julio, y que será un nuevo altavoz de la lucha contra la ampliación del aeropuerto de Barcelona. En este sentido, desde la plataforma anuncian: “Las entidades que integramos Zeroport nos coordinaremos para activar todas las vías comunicativas, de presión y movilización social, políticas y legales, para frenar nuevamente este proyecto, que es aún más desastroso que el anterior y claramente nefasto para el bien común, la vida y la lucha climática. ¡La batalla será larga, pero se volverá a ganar!”.