Organizaciones eclesiales y civiles de la sociedad española exigen ante la COP30 una “Revolución Moral”: piden el fin de los combustibles fósiles y el pago de la deuda ecológica
En vísperas de la histórica Cumbre del Clima (COP30) en Belém, Brasil, una iniciativa de organizaciones sociales influyentes ha lanzado hoy un enérgico mensaje a los líderes mundiales, calificando la crisis climática como una “urgencia moral” que exige una acción radical e inmediata.
Los numerosos puntos de encuentro en materia de justicia climática entre el mundo eclesial (inspirados en la encíclica Laudato Si’) y el no confesional, se dan cita en esta iniciativa en la que las organizaciones firmantes de la declaración quieren enviar un mensaje de denuncia ante la decepcionante brecha entre las promesas climáticas y la realidad científica. Estas organizaciones advierten que los planes actuales son “insuficientes” y conducen al mundo a un calentamiento desastroso, lo que representa un fracaso moral que castiga con mayor dureza a las naciones pobres y vulnerables.
“El clamor de la tierra y el clamor de los pobres son un solo grito”, declaró el portavoz de la red. “No podemos construir un futuro verde repitiendo la injusticia de la explotación. La COP30 en Belém debe ser el lugar donde el mundo elija la vida sobre el lucro, y la solidaridad sobre la indiferencia. El tiempo de las excusas se ha terminado”.
El llamado se centra en tres pilares de justicia climática:
1. Justicia en la Acción: poner fin a la era fósil. Las organizaciones exigen compromisos reales que vayan más allá de las metas vacías. La principal demanda es un calendario claro, vinculante y justo para la eliminación gradual de todos los combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas). Insisten en que los países ricos y los mayores emisores tienen la obligación moral y legal de liderar esta transición y detener la deforestación global.
2. Justicia en la transición: Proteger a las personas, no solo al planeta. El mensaje advierte que la transición ecológica no puede crear nuevas formas de pobreza. Se exige una transición justa que garantice protección social y empleos dignos. Esto incluye una transformación de los sistemas alimentarios, demandando el fin de los subsidios a los combustibles fósiles y la agricultura industrial contaminante y, en su lugar, el apoyo directo a la agroecología y a las comunidades indígenas y a las mujeres y hombres que cultivan la tierra y alimentan al mundo de forma sostenible.
3. Justicia en las finanzas y la fiscalidad: Pagar la deuda ecológica. La red subraya que las naciones ricas tienen una “deuda ecológica” con el Sur global. Para saldarla, exigen que la financiación climática sea nueva, adicional y entregada como subvenciones (donaciones), no como préstamos que aumenten la deuda de los países empobrecidos. Hacen un llamado urgente para llenar el Fondo de Pérdidas y Daños y proponen la cancelación de la deuda de las naciones más vulnerables (un “Jubileo por el clima” en palabras de las organizaciones eclesiales), liberando así recursos para la acción climática. Sin una fiscalidad justa ordenada al bien común y la solidaridad global no habrá finanzas justas para encontrar los recursos necesarios en todo el mundo para esta acción.
La declaración conjunta hace un llamado a la ciudadanía global para que exija responsabilidad a sus líderes, concluyendo que la historia juzgará a los líderes de la COP30 por su capacidad para proteger la dignidad humana y el bien común.
FIN DEL COMUNICADO
Acerca de la iniciativa de organizaciones eclesiales y civiles. La iniciativa, convocada por el Departamento de Ecología Integral de la Conferencia Episcopal Española, está conformada por Cáritas Española, CONFER, ECODES, Greenpeace España, Justicia y Paz, Manos Unidas, Movimiento Laudato Si’, Movimiento Rural Cristiano, REDES y más de veinte comisiones diocesanas de ecología integral de España. En el caso de las organizaciones eclesiales, se trata de organizaciones que trabajan para promover la ecología integral y la justicia climática, inspiradas en la Doctrina Social de la Iglesia y la encíclica Laudato Si‘.