Pancarta de Greenpeace en el peine de los vientos de Donosti para pedir la democratización del sistema energético

12-11-2023

  • La actividad ha sido el cierre de las Jornadas de transición energética de Guipúzcoa que la ONG lleva celebrando desde el jueves 
  • Para la organización es imprescindible que el País Vasco aumente su ambición climática y, al mismo tiempo, regule para que ninguna empresa pueda poner sus beneficios por encima de las personas y la biodiversidad

 

Donostia, 12 de noviembre de 2023.- Voluntarias y voluntarios de Greenpeace han acudido hoy al Peine de los Vientos, en Donosti, y han formado un mensaje con pancartas de tela, en el que podían leerse: “Renovables en nuestras manos ya” y “Democratizar la energía”. Esta actividad ha sido el punto final de las Jornadas de transición energética de Guipúzcia, que comenzaron este jueves y han terminado hoy. 

En las jornadas que han tenido lugar esta semana se han ido combinando diversas mesas redondas y talleres sobre el panorama energético en el País Vasco. El primer día se enfocó en las claves para impulsar una transición energética ágil pero justa para las personas y que proteja la biodiversidad. Las principales conclusiones que se identificaron en este día fueron la necesidad de la participación temprana de las comunidades locales en los proyectos renovables, la exclusión de zonas protegidas de las zonas aptas para grandes plantas renovables, la necesidad de impedir la expropiación innecesaria de suelos, la urgencia de abordar un cambio del modelo socio-económico para respetar los límites planetarios y el rol fundamental de los medios de comunicación en hacer que la sociedad afronte esos cambios de forma consciente. “La transición a las renovables en el País Vasco prácticamente no ha comenzado. Además, lo poco que se está tramitando, a menudo, está desarrollándose bajo el mismo paradigma de los combustibles fósiles: poco participativo, en manos de pocas empresas y de forma desordenada. Es imprescindible que el País Vasco aumente su ambición climática y, al mismo tiempo, regule para que ninguna empresa pueda poner sus beneficios por encima de las personas y la biodiversidad”, ha comentado Sara Pizzinato, responsable de la campaña de renovables y territorio de Greenpeace.

El viernes tuvo lugar una charla sobre qué es el voluntariado de Greenpeace y cómo se puede participar. Las personas voluntarias de Euskadi compartieron sus intereses y varias personas entre los asistentes al público mostraron interés en unirse al voluntariado de Greenpeace en la zona. A la sesión del voluntariado le siguió una mesa redonda en la que se abordó la manera de impulsar la transición energética desde un punto de vista ecofeminista. “Una de las conclusiones principales de esta mesa, en la que participaron cuatro mujeres del ámbito institucional, sindical, periodístico y empresarial, fue la necesidad de cuestionar radicalmente el poder de quienes deciden nuestro modelo energético para ser capaces de construir una transición energética que sea colectiva y democrática, basada en la suficiencia y la relocalización y que no reproduzca violencias de ningún tipo”, ha apuntado Nerea R. Piris, responsable de Ecofeminismo en Greenpeace y moderadora de la mesa redonda.

El sábado se centró en las iniciativas energéticas ciudadanas que pueden construirse desde la sociedad. En un primer taller más práctico se explicó cómo pasarse al autoconsumo solar, algo que está ya al alcance de todas las personas. En un segundo taller diferentes representantes de varias cooperativas energéticas de Navarra y el País Vasco compartieron sus experiencias y mostraron que es posible a nivel local juntarse y crear proyectos entorno a las energías renovables, procesos empoderadores que generan múltiples beneficios económicos, sociales y ambientales para las personas de su comunidad, aunque las barreras suelen ser múltiples, sobre todo las impuestas por las grandes distribuidoras eléctricas. Todas las participantes de la charla coincidieron en que la parte más reconfortante de crear una comunidad energética es precisamente la sensación de comunidad y grupo que se genera con vecinas y vecinos del entorno que de otra manera quizás ni se conocerían entre sí. Generar la energía al final sólo es una parte más de otras muchas que se trabajan en comunidad dentro de estos proyectos. “Escuchar de la mano de sus protagonistas, mujeres y hombres comunes, como cualquiera de nosotros, cómo han imaginado y llevado al éxito proyectos renovables tan transformadores para su pueblo o municipio, superando los obstáculos con ilusión y perseverancia ha sido muy estimulante. Ojala pronto cada pueblo, barrio y ayuntamiento pueda imaginar y crear su propia comunidad energética, porque la energía, y estos procesos, transforman nuestras vidas y pueblos a mejor en un momento en que el clima y la sociedad lo necesitan”, ha afirmado Maria Prado, responsable de autoconsumo y comunidades energéticas de Greenpeace.

“Han sido unas jornadas muy intensas, que nos han permitido debatir la transición energética desde puntos diversos, que a veces quedan sin abordarse. Además ha sido una ocasión especial para que la gente de Donosti conozca más cerca la organización y la manera de participar en el voluntariado. Han sido unas cuantas las personas que han mostrado interés en este sentido y esperamos que esto suponga un impulso para los cambios más locales que podemos fomentar desde la movilización ciudadana”, ha dicho Lorea Flores, coordinadora de Greenpeace en el País Vasco y Navarra.


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