Por primera vez, se cuantifica el impacto de la publicidad de coches y aerolíneas en los consumidores y, así, en las emisiones de CO2

23-02-2022

  • En todo el mundo, el consumo adicional derivado de la publicidad de coches y aviones genera cada año una cantidad de CO2 equivalente al doble de las emisiones de un país como España
  • El Congreso de los Diputados rechazó ayer una iniciativa para prohibir la publicidad de los vehículos de combustión, pese a la intención de la Unión Europea para prohibir su venta en el año 2035
  • Más de 30 organizaciones promueven una campaña para acabar con la publicidad y los patrocinios de la industria fósil en la UE, de manera similar a la directiva europea que prohíbe la publicidad del tabaco

La publicidad de la industria de la automoción y las aerolíneas provocó un aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero equiparable a más del doble de las emisiones de España, según la investigación realizada por Greenpeace Nordic y el New Weather Institute.

En su nuevo informe “Anunciando el caos del clima: cómo los anuncios de coches y vuelos están alimentando la emergencia climática” ambas organizaciones han calculado, por primera vez, el impacto total que la publicidad de la automoción y las aerolíneas tuvo en 2019 sobre el consumo de combustibles fósiles y sus consecuentes emisiones de carbono, tanto globalmente como dentro de la UE.

“La publicidad de la aviación y la industria del motor perjudica al cambio climático como la industria del tabaco perjudicaba a la gente vendiendo cigarrillos”, declara Andrew Simms, codirector del New Weather Institute y coautor del informe. “La manera más fácil para empezar a rebajar las emisiones de carbono es acabando con unos excesos que suceden porque la publicidad nos empuja. Al igual que por cuestiones de ética y coherencia acabamos con la publicidad del tabaco para salvar vidas, ahora es el momento de hacer lo mismo con los anuncios de las empresas contaminantes”, sentencia Simms.

El Congreso rechaza prohibir la publicidad de los vehículos de combustión

Este informe llega en medio de un creciente debate internacional sobre si resulta ético promover el consumo de actividades que dependan de los combustibles fósiles en medio de una grave emergencia climática. Ayer mismo, el Congreso de los Diputados votó en contra de una iniciativa de Más País-Equo, en la que se pedía prohibir la publicidad de los vehículos contaminantes para el año 2025. La Unión Europea ya ha propuesto limitar la venta de coches diésel y gasolina en 2035, adelantándose 5 años al veto fijado en la Ley de Cambio Climático.

En el último mes, más de 450 profesionales científicos han pedido a las grandes empresas de publicidad y de relaciones públicas que abandonen sus contratos con empresas de combustibles fósiles y dejen de minusvalorar la crisis climática.

En Europa, más de 30 organizaciones están apoyando una gran campaña para lograr una ley que acabe con la publicidad y los patrocinios de la industria fósil en la UE. Si esta campaña recoge un millón de firmas verificadas en un año, la Comisión Europea está obligada a responder.

Para el responsable de la campaña de movilidad de Greenpeace España, Adrián Fernández: “la publicidad es una herramienta muy poderosa. Y en un escenario donde se nos pide rebajar urgentemente las emisiones de CO2, resulta incoherente permitir que se incentiven actividades que contribuyen a aumentar las mismas, como la venta de coches o el aumento del tráfico aéreo. La comunidad científica ya ha sido contundente: hay que reducir las emisiones de manera urgente. Ahora toca quitarle la voz a las industrias cuyo modelo de negocio sea quemar combustibles fósiles para ganar más dinero.

Principales resultados del informe

El informe analiza la relación entre las empresas que promueven modos contaminantes como el transporte en coche y en avión, la respuesta del consumidor y las emisiones de gases de efecto invernadero resultantes. Estima que, globalmente, las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) debidas al aumento de los automóviles por la publicidad pueden alcanzar el equivalente a 572 megatoneladas (Mt) de CO2. Esta cifra supera en 27 Mt el total de las emisiones de países como Australia en 2019. En su estimación mínima, el informe atribuye a la publicidad global del automóvil al menos 191 Mt de CO2, más que las emisiones anuales de los Países Bajos.

Las emisiones debidas al sector aéreo derivadas de su publicidad son inferiores, pero también significantes. En 2019, la cantidad de GEI atribuible a la publicidad de las aerolíneas en todo el mundo como consecuencia de la publicidad podría alcanzar el equivalente a 34 Mt de CO2; las mismas que si quemásemos 17 millones de toneladas de carbón. Solo por los anuncios de vuelos en la UE, las emisiones adicionales de GEI en 2019 equivaldrían hasta 9 Mt de CO2.

El informe emplea datos públicos sobre emisiones de GEI, gasto en publicidad y el retorno de la misma para la industria, con el fin de hacer una estimación de las emisiones de GEI de la promoción de vuelos y automóviles en Europa y en todo el mundo. Greenpeace Nordic y el New Weather Institute piden a las aerolíneas y empresas automovilísticas que publiquen sus datos de ROAS (el retorno de la inversión publicitaria, por sus siglas en inglés) para posibles evaluaciones futuras.

Las organizaciones que apoyan la campaña para prohibir la publicidad de combustibles fósiles en la UE se detallan aquí.


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