Ya nunca es primavera: la crisis climática irrumpe en España con toda su crudeza
- Activistas de Greenpeace denuncian la situación de calor extremo en la Feria de Abril de Sevilla
- La organización alerta: es más urgente que nunca que el Gobierno actúe para que el incremento de temperaturas no vaya a más
- Las emisiones de los combustibles fósiles son, una vez más, la principal causa de esta crisis
Sevilla, 26 de abril de 2023.- Activistas de Greenpeace se han desplazado a la Feria de Abril de Sevilla para advertir con pancartas que “ya nunca es primavera” y que el episodio de temperaturas anómalas que estamos atravesando está causado por el cambio climático. La causa, de nuevo, son las emisiones de los combustibles fósiles. Para ello, han portado pancartas con otros lemas como “En abril, calores mil” o “Feria de la calôh” en la portada de la Feria de Sevilla.
Según Meteored, España no había superado nunca los 21 ºC de media en abril, y se prevé que el jueves y el viernes se alcancen temperaturas máximas que podrían superar los 40 ºC en algunas zonas del Valle del Guadalquivir. La organización ecologista quiere remarcar que es más urgente que nunca actuar con ambición y rapidez para que el incremento de temperaturas no vaya a más.
En estos días, paralelamente, con una situación de sequía pertinaz, habrá riesgo extremo de incendios forestales. Los datos de superficie quemada ya son los peores en 10 años, según el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS) y la situación de sequía y olas de calor hace prever un verano complicado de incendios forestales. Greenpeace recuerda que la defensa de la biodiversidad agrícola y forestal y la buena conservación de los ecosistemas son en estos momentos una fórmula clave para encarar la adaptación y mitigación del cambio climático. Por ello, es fundamental defender la biodiversidad en espacios como el Parque Nacional de Doñana, recientemente amenazado por el proyecto de legalización de regadíos en la corona norte.
Esta semana sufrimos una nueva ola de temperaturas extraordinariamente altas, de hasta más de 20 grados por encima de lo normal, con récord de temperaturas máximas para el mes de abril. A ello se suman unos meses de enero y marzo con temperaturas récord tanto en tierra como en los océanos. Además, estamos viviendo una sequía que asola la Península Ibérica desde el año pasado oficialmente, y que este año está suponiendo graves perjuicios para la agricultura. Los incendios han comenzado a arrasar nuestras zonas rurales ya desde enero y todo indica que esto no ha hecho más que empezar. La crisis climática se está desatando en España con toda su crudeza.
La situación no es exclusiva de nuestro país. Los datos que vienen de otros países, como los de los informes de Copernicus, sobre la gravedad del cambio climático en Europa, y el informe de la WMO, muestran datos y cifras que aterran, como las 15.000 personas fallecidas en cinco países europeos debido a olas de calor de 2022.
Para la ciudadanía, para las empresas, para las masas forestales y los espacios naturales, la situación es dramática. Según las encuestas, más del 80% de la población española piensa que la situación es muy grave, y la ciencia indica que esto es sólo el principio.
Es posible evitar las peores consecuencias, pero hay que actuar ya, y acelerar la acción climática a una velocidad sin precedentes, para alcanzar a reducir las emisiones de efecto invernadero, como mínimo, en un 55% en 2030 respecto a 1990 en España. Este es el gran cambio que debe introducir el gobierno en el nuevo plan de clima y energía (PNIEC) que está elaborando y que debe enviar a Bruselas el 30 de junio. Es la cifra que se necesita por física, para evitar un calentamiento mayor a 1,5ºC de la temperatura media global.
Lo que nos dice el informe del IPCC es que es urgente abandonar lo más rápidamente posible el uso de petróleo, carbón y gas, que son la principal causa del cambio climático.
Para conseguirlo, son necesarias tres tipos de medidas: reducir el consumo, aumentar la eficiencia energética, y conseguir un sistema energético 100% renovable, que permita abandonar definitivamente los combustibles fósiles. Además, hay que actuar en todos los sectores: el transporte, la industria, la producción de electricidad, el sistema agroalimentario, en los edificios y en la gestión de residuos.
Porque además, la acción climática es una oportunidad para nuestro país. Eso sí, hace falta mucha ambición, mucha acción e inversión.
Por último, Greenpeace recuerda que esta emergencia climática tiene grandes responsables, entre los que destacan, por un lado, las grandes empresas de combustibles fósiles, que sabían desde hace décadas que su negocio acabaría generando un daño catastrófico contra el planeta y contra las personas, pero aún así prefirieron priorizar su ánimo de lucro sobre la salud de la gente; por otro, los gobiernos cómplices que, por acción u omisión, han dejado actuar a estas grandes compañías a su antojo, cuando no las han subvencionado o protegido directamente.
“Las medidas para reducir las emisiones de efecto invernadero y reducir las peores consecuencias del cambio climático son necesarias, urgentes, posibles, beneficiosas y recomendables. Mucha gente, gente que no tiene alternativa, que va a vivir las consecuencias en el clima, depende de las políticas que se apliquen actualmente. Como sociedad, tenemos una responsabilidad enorme”, declara Luis Berraquero, portavoz de Greenpeace en Andalucía, y concluye: “España puede ser un país líder en la transformación del sistema energético, ya que está en la mejor posición posible: no tenemos combustibles fósiles, tenemos sol y viento, tenemos a las personas, el conocimiento, la experiencia y la capacidad”.