21-03-2023

IPCC Agua 2023

El informe presentado ayer por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) indica que las consecuencias negativas del cambio climático se están experimentando antes y tienen consecuencias de mayor magnitud que las anticipadas en informes anteriores. Los estudios científicos coinciden en prever un aumento de los peligros relacionados con el agua, un aumento de las amenazas a su disponibilidad y calidad debido al incremento del calentamiento global. Esto repercute en los sectores agrícola y energético, en la integridad de los ecosistemas y las cuencas fluviales que se nutren del deshielo, los glaciares, la disponibilidad de aguas subterráneas y el almacenamiento de agua superficial. El incremento de las temperaturas aumentará la demanda de agua de la vegetación y los cultivos entre un 25% y un 200%. Además, las precipitaciones se darán con menos periodos de lluvias, pero más intensos, aumentando así las grandes inundaciones. La duración de las sequías aumentará drásticamente si se supera el límite de 1,5ºC.

En lo relativo a los datos del IPCC para el agua en España, las previsiones alertan de un aumento de las temperaturas asociado a una (desigual) disminución de las precipitaciones y un aumento de la evapotranspiración. Todo ello llevará, inexorablemente, a una menor disponibilidad de agua. Muchas zonas se volverán más secas y, sin embargo, también se prevé que los períodos de lluvia (o nieve/granizo) se vuelvan más intensos, con volumen de hasta un 10% más en el día más lluvioso del año, lo que podría aumentar el riesgo de inundaciones.

Las proyecciones para el sur de Europa indican que, a medida que el nivel de calentamiento global alcance los 2°C, más de un tercio de la población experimentará escasez de agua, con el riesgo de sufrir sequías agrícolas y ecológicas más frecuentes y/o más graves. La escasez de agua y los eventos extremos, como la sequía, tienen un impacto negativo en los ecosistemas porque los hábitats pueden disminuir, así como la tasa de crecimiento de los árboles, aumenta el riesgo de erosión del suelo y el de incendios forestales. Además, se proyecta una pérdida generalizada de humedad del suelo para España bajo el calentamiento global continuo.

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