Greenpeace: presentación del informe 'Crisis a toda costa'

La costa vasca en riesgo: empezaremos a perder playas en los próximos diez años

23-07-2024

  • La costa retrocederá en todo su litoral, especialmente en Bilbao con 40 metros a finales de siglo pero se siguen impulsando proyectos que agravarán esta situación 
  • Greenpeace presenta hoy un informe que repasa los principales riesgos en Euskadi y el resto de comunidades del litoral: destruir la costa es exponer a millones de residentes 
  • La subida del nivel del mar, el aumento de la temperatura marina, la intensificación de los fenómenos meteorológicos extremos y la turistificación masiva, principales causas de peligro

Greenpeace presenta hoy el informe Crisis a Toda Costa 2024. Análisis de la situación del litoral ante los riesgos de la emergencia climática (ver AQUÍ extracto de Euskadi) donde realiza una radiografía del estado de la costa del Estado español ante las amenazas que vienen.

Riesgos en el litoral

No hay región costera, y Euskadi no es una excepción, que no esté expuesta a riesgos por exceso de urbanización e infraestructuras, contaminación, la construcción de barreras artificiales (como diques, espigones, paseos marítimos o puertos deportivos), el despilfarro de recursos naturales y el encauzamiento, soterramiento y desvíos de cauces fluviales. Todas estas actuaciones han provocado desequilibrios que se traducen en el retroceso y la pérdida de las playas, y con ellas, su función de barrera protectora, lo que supone un riesgo para millones de personas residentes en el litoral. 

A estas malas prácticas hay que sumar las debidas específicamente al cambio climático: la subida del nivel del mar, el aumento en frecuencia e intensidad de los eventos meteorológicos extremos (como olas de calor, sequía, lluvias torrenciales, temporales, huracanes, incendios e inundaciones), el incremento constante de la temperatura de mares y océanos y la pérdida de oxígeno disuelto en el agua, que dispara de forma exponencial los riesgos.

  • La subida del nivel del mar, según las previsiones de la NASA, ocasionará la pérdida de playas en la totalidad del litoral. Cabe recordar que, según la regla de Bruun, de media se estima que por cada centímetro que suba el nivel del mar, la costa retrocederá un metro. Las estimaciones indican que la subida del nivel del mar afectará al 70% de las playas de Gipuzkoa y el 45% de las de Bizkaia. Para final de siglo, en ciudades como Bilbao el mar se habrá comido más de 40 metros de costa.
  • Los datos de la subida de la temperatura de mares y océanos muestran que las olas de calor marinas se suceden sin tregua desde 2022.  Las aguas del Golfo de Bizkaia son las más vulnerables a su creciente intensidad. Temperaturas marinas más altas provocan la disminución del oxígeno disuelto en el agua y a ello se suma la contaminación, que provoca la acidificación del agua. Es lo que la Agencia Europea de Medioambiente denomina “el trío letal”, que ya está provocando graves impactos sobre la biodiversidad y los ecosistemas marinos, así como sobre la pesca y el marisqueo.
  • Más eventos meteorológicos extremos y de mayor intensidad. El agua más caliente se evapora más y esto provoca la formación de DANAs y ciclones más potentes y peligrosos, aumentando los daños por inundaciones.

Durante décadas hemos deformado la costa a nuestro antojo, pero eso ya no funciona más. Ya no llegamos a anticiparnos al problema, porque ya está aquí, pero las soluciones tienen que ponerse en marcha con urgencia. Todo retraso resultará en mayores costes económicos y humanos”, explica María José Caballero, responsable de Costas en Greenpeace España.

A pesar de tener un litoral que sobrevivió con pocos proyectos al boom urbanístico, ahora está amenazado por uno de los peores ejemplos en un espacio protegido: el segundo museo Guggenheim dentro de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai. Allí el ministerio de Transición Ecológica ha permitido que los Astilleros de Murueta eludan su responsabilidad de descontaminar los suelos y ha modificado la protección de la costa para permitir que las instalaciones se construyan a 20 metros de las marismas de Urdaibai, una zona protegida por su gran valor ecológico, que se vería además impactada por la turistificación. Otro de sus puntos negros es la planta de Petronor en la ría del Barbadun gracias a la cual Muskiz se ha convertido en una cloaca. Se une a estas dos aberraciones el proyecto para construir una piscifactoría en los terrenos de la central nuclear de Lemoiz, donde el Ministerio para la Transición Ecológica ha levantado la protección que le otorga la Ley de Costas, y el proyecto de una granja de engorde de atún rojo en Getaria.

También relacionado con la acuicultura se encuentra el proyecto de Itsas Balfegó S.L. y Azti para instalar una granja de engorde de atún rojo en Getaria, que propiciará que las buenas prácticas de la pesca artesanal que se han realizado históricamente en el Cantábrico y que son un ejemplo de sostenibilidad en todo el mundo, se vean sustituidas por la indiscriminada pesca de cerco. Además, los residuos generados por las gigantescas jaulas de engorde, tendrán una clara repercusión sobre los fondos marinos.

Otro de los problemas que se está expandiendo por la cornisa cantábrica es la turistificación, que ya afecta a Donosti y algo menos a Bilbao. Además del proyecto en Urdaibai, algunos otros puntos se exponen al mismo fenómeno, como la Isla de Santa Clara, que ha ampliado su periodo de visitas en contra de su conservación. Otro punto lamentablemente masificado es San Juan de Gaztelugatxe, convertido en una atracción de visitantes sin límite donde se limita el aforo pero se amplían las zonas de aparcamiento.

Soluciones para la costa

Es urgente afrontar estos riesgos. Con una reducción moderada de las emisiones de gases de efecto invernadero se podría evitar el 40% del retroceso de las playas de todo el mundo. También son necesarias medidas de adaptación a nivel municipal, autonómico y estatal que minimicen los daños y busquen soluciones reales y duraderas. Las soluciones aplicadas hasta ahora, como las regeneraciones artificiales de playas y la reconstrucción de paseos marítimos, ya no sirven. Cada nuevo temporal destruye las costosas intervenciones artificiales que no atienden a la raíz del problema. Sólo entre 2016 y 2020 se gastaron cerca de 60 millones de euros en la reposición artificial de arena en las playas.

Las soluciones han de ser locales, porque cada tramo de litoral tiene características propias, pero deben ser acordadas por las administraciones y participadas por la ciudadanía de forma urgente. Proteger y conservar las playas supondría un beneficio 150 veces superior a dejar que sigan deteriorándose.

La costa nos protege de los eventos meteorológicos extremos y la subida del nivel del mar provocados por el cambio climático, pero seguimos maltratándola. La pérdida de sus características naturales tiene que revertirse para que pueda protegernos”, explica Lorea Flores, coordinadora de Greenpeace en Euskadi.

Para revertir la situación actual, resulta imprescindible:

  1. Aplicar políticas ambiciosas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y normativas de adaptación y protección de la costa de acuerdo con lo que marca la ciencia.
  2. Devolver la calidad ambiental a los espacios costeros para tener sistemas naturales estables que protejan de los peores riesgos.
  3. Acabar con la contaminación que empobrece la calidad de las aguas y nos supone el pago de cuantiosas multas a la Unión Europea.
  4. Poner coto a la turistificación masiva a través de medidas como la limitación de vuelos y cruceros, el establecimiento de tasas por pernocta que repercutan en la mejora de los servicios públicos y la regeneración de ecosistemas o la limitación de alojamientos turísticos y la participación ciudadana en la planificación turística.
  5. Introducir las previsiones sobre el cambio climático en la planificación urbanística y de infraestructuras.
  6. Impedir la construcción de infraestructuras y la urbanización que generen barreras artificiales que hacen de pantalla e impiden que la arena se deposite en las playas y aumentan la virulencia de los temporales marinos.
  7. Conservar y facilitar la expansión hacia el interior de marismas y humedales (son grandes disipadores de la energía del mar y, por tanto, muy buenos aliados en la protección). Prohibir proyectos en estas zonas y retirar las que existan.
  8. Revisar los deslindes (la delimitación) que determinan el dominio público marítimo-terrestre (100 metros en zona no urbanizable y 20 en zonas urbanizables),  que constituye la zona mínima de protección frente a DANAS, temporales y la subida del nivel del mar.
  9. Recuperar las zonas inundables. En España, las inundaciones son, después de las olas de calor, el segundo fenómeno natural que más muertes provoca. Liberarlas de construcciones (su presencia aumenta exponencialmente los daños y riesgos) y recuperar los cauces naturales de ríos y avenidas.
  10. Promover la investigación científica de las afecciones provocadas tanto por las barreras artificiales como por el cambio climático en los ecosistemas, las especies marinas y la salud de las personas.

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Enlace a la sección de Euskadi del informe AQUÍ.

Enlace al informe completo AQUÍ

 


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