En España, el 30% de la población se abastece con aguas subterráneas, según el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO). Sobreexplotar las aguas, sacando más de la que es capaz de reponer el ciclo natural; contaminar con nitratos, sulfatos, pesticidas o arsénico los acuíferos, vaciarlos permitiendo que entre el agua de mar y los salinice, es un problema que acaba llegando al grifo. Y no es algo puntual.
Hay demarcaciones enteras buscando fuentes alternativas de abastecimiento, como ocurre en la cuenca del Júcar, que además reconoce que ha sido incapaz de establecer los perímetros de protección de las zonas de abastecimiento urbano. Hay infraestructuras nacionales desarrollándose en este mismo momento destinadas a abastecer amplias zonas cuyas poblaciones se han visto afectadas por la sobreexplotación y la contaminación de las aguas subterráneas de las que bebían, como ocurre con la tubería manchega, que dará agua del Tajo a decenas de pueblos de la cuenca del Guadiana. Hay pueblos en Aragón rodeados de macrogranjas sobre acuíferos contaminados donde, cuando llegan los cada vez más largos veranos, el ayuntamiento reparte garrafas de agua porque la del grifo supera los umbrales aptos para la salud en niveles de nitratos.
La agricultura y ganadería son los principales causantes del mal estado de los acuíferos, tanto de la sobreexplotación como de la contaminación. Ambos daños se relacionan entre sí además porque, cuanto más escasa es el agua, mayor es la concentración de los contaminantes. A todo ello se une la falta de mantenimiento de las infraestructuras destinadas a la captación y distribución del agua del grifo. Esto último ocurre con más frecuencia en municipios de tamaño mediano o pequeño.
La Ley de Aguas indica que el abastecimiento humano es la prioridad principal de las concesiones de agua. Está por encima del resto de usos, incluidas la agricultura y ganadería, a las que se destina la mayor parte del recurso. Existe la obligación de declarar zonas de protección para la captación de aguas para consumo humano siempre que se proporcione un volumen diario de 10m3 y se abastezca a una población superior a 50 personas.
A pesar de estas medidas de protección, en España se producen miles de incumplimientos de los valores límite establecidos en la legislación. Para el control de las aguas de consumo existe el Sistema de Información Nacional de Aguas de Consumo (SINAC), que recopila todos los análisis realizados a aguas de consumo humano proveniente de la red de abastecimientos, lo que incluye tanto las que proceden de acuíferos como aguas superficiales y desalación. Este Sistema no distingue en los datos la procedencia de uno u otro origen.
Un análisis realizado de más de 13 millones de registros de los resultados de los muestreos a aguas de consumo humano entre 2016 y 2021 indica que se han incumplido más de 100.000 veces los parámetros establecidos en el Real Decreto 140/2003 sobre criterios sanitarios de la calidad del agua de consumo humano. Aunque la mayoría de ellos -el 60%- se debe a incumplimientos por detectarse altos niveles de concentración residual de cloro libre, el resto de parámetros ha ido adquiriendo protagonismo.
Contaminación del agua del grifo por cloruros
La intrusión salina es una de las principales causas de la contaminación de las aguas para consumo humano en áreas cercanas al litoral y en las islas Baleares y Canarias, donde las aguas subterráneas son uno de los principales recursos para el abastecimiento. También se ha producido contaminación por cloruros en aguas continentales debido al alto nivel de la sobreexplotación de aguas, que produce una concentración de los minerales presentes en los acuíferos.
Contaminación del agua del grifo por nitratos
La contaminación del agua del grifo por nitratos provenientes principalmente de fertilizantes orgánicos e inorgánicos agrícolas es uno de los contaminantes con más incumplimientos en España. Entre 2016 y 2021 se han registrado 4.115 incumplimientos en 411 municipios. En los análisis realizados a muestras de agua del grifo, procedentes tanto de agua superficial como subterránea, la contaminación por nitratos contenía valores por encima del límite legal.
Entre ellos destacan algunos que se encuentran situados en zonas con una alta concentración de agroindustria como Las Pedroñeras y La Alberca de Záncara, poblaciones situadas sobre el acuífero 23 del Guadiana, con niveles de nitratos por encima de los 50mg/l. En Las Pedroñeras, conocida por la producción de ajo morado, llevan más de una década con problemas en el agua del grifo por contaminación por nitratos.
Precisamente en el Alto Guadiana se han ido haciendo cada vez más habituales advertencias de ayuntamientos para que la población más vulnerable no beba agua del grifo al superarse los límites máximos admitidos para la salud. Ya en 2011, el alcalde de Las Pedroñeras (Cuenca) alertaba de que el agua de beber, agua de acuífero, superaba los niveles máximos de nitratos por litro. En 2015 volvía la advertencia. También en San Clemente (Cuenca). El listado se fue ampliando.
Desde principios de 2020, un total de 15 municipios se fueron sumando al plan del ramal nororiental de la tubería manchega que traerá agua del Tajo y que ha entrado en pruebas este verano: Pedro Muñoz y Socuéllamos (Ciudad Real); Belmonte, Los Hinojosos, Horcajo de Santiago, Las Mesas, Mota del Cuervo, El Pedernoso, Las Pedroñeras, El Provencio, San Clemente, Santa María de los Llanos y Villamayor de Santiago; así como Minaya y Villarrobledo, en Albacete.
El mal en las aguas subterráneas ha llegado incluso a las zonas de la cuenca del Guadiana donde el abastecimiento dependía de aguas superficiales, como los 12 municipios del Campo de Calatrava unidos en el Consorcio Vega del Jabalón. En 2020, cuando el agua del embalse se redujo al mínimo, haciendo imposible su uso, se abrieron sondeos de agua subterránea de emergencia. El intento de utilizar esa reserva que son los acuíferos se encontró pronto con el problema de que el agua subterránea salía con niveles de nitratos por encima de los umbrales aptos para la salud. Este año han tenido que invertir de nuevo de urgencia en una planta de ósmosis inversa para desnitrificar el agua a la espera de que el nuevo ramal planeado de la tubería manchega les lleve también agua del Tajo.
Macrogranjas, agricultura y contaminación por nitratos en el Ebro
La alta concentración de macrogranjas en Aragón, principalmente de porcino, y la agricultura industrial afectan al agua del grifo en algunas poblaciones y municipios de la demarcación del Ebro.
La Confederación Hidrográfica del Ebro reconoce que la ganadería intensiva es una de las principales presiones que causa la contaminación por nitratos de las masas de agua de la región. En el caso de las masas de agua subterránea, los nitratos provenientes de la ganadería tienen ya una presión significativa en 37 de las 105 masas de agua.
También la Dirección General de Salud Pública del Gobierno de Aragón, la comunidad autónoma que ocupa mayor superficie en la demarcación del Ebro, indica que los nitratos en las aguas se deben a malas prácticas agrícolas y ganaderas. En 2020, este organismo detectó 93 mediciones por encima de 50mg/litro de nitratos en 37 zonas de abastecimiento humano con una población de 6.997 personas.
Las analíticas reportadas al Sistema de Información Nacional de Agua de Consumo (SINAC) muestra que entre 2016 y 2021, 95 municipios de la demarcación del Ebro dieron valores por encima de 50 mg/litro de nitratos en el agua del grifo.
En este mapas puedes ver la localización de los municipios afectados por la contaminación por nitratos en el agua del grifo en algún momento entre 2016 y 2021 y las masas de agua subterránea con impacto por nutrientes, sobre todo nitratos de abonos orgánicos e inorgánicos.
Una gran parte de los municipios afectados por contaminación por nitratos en el agua del grifo se encuentran situados en zonas vulnerables a nitratos de origen agrario.
La comarca de la Hoya de Huesca, situada a escasos kilómetros de la ciudad de Huesca, tiene un problema de contaminación por nitratos en sus manantiales. Afecta al agua del grifo en los núcleos urbanos de los municipios de Alerre, Chimillas, Loscorrales, La Sotonera y Banastás. En el caso de Alerre, Chimillas y Banastás, la Diputación Provincial ha licitado este verano las obras para construir una conducción de agua de 5,5 kilómetros por más de medio millón de euros. En Lierta, un núcleo urbano que pertenece al municipio de La Sotonera, sus vecinos llevan varios veranos sin poder beber agua del grifo debido a los altos niveles de contaminación por nitratos por encima de 100 mg/litro del manantial que abastece al municipio. La solución propuesta para solucionar el problema es licitar obras para captar el agua desde otro manantial que aún no está afectado por la contaminación por nitratos. En La Sotonera, con una población de 903 personas, hay 14 macrogranjas porcinas con capacidad para 47.000 animales.
Contaminación del agua del grifo por pesticidas
Entre 2016 y 2021, en 55 municipios de España se han encontrado valores por encima del permitido de plaguicidas y pesticidas como Metolacloro, Metalaxil o Alaclor en el agua del grifo, procedente tanto de agua superficial como subterránea. En total se recopilan 136 incumplimientos. Entre los municipios afectados se encuentran algunos que están sobre acuíferos con mal estado químico como Tiñosillos (Ávila) y Cantalpino (Salamanca) situados sobre el acuífero de Los Arenales y en municipios de Valencia como Puçol, Sant Joanet o El Real de Gandía cuyas aguas pertenecen a la Confederación Hidrográfica del Júcar.
El toque de Europa para mejorar el control
El incumplimiento sistemático de la calidad de las aguas de abastecimiento humano en la Unión Europea motivó que en diciembre de 2020, el Parlamento Europeo aprobara la directiva 2020/2184 relativa a la calidad de las aguas destinadas al consumo humano. Debe ser traspuesta por los Estados miembros antes del 12 de enero de 2023. Esta directiva pretende que los controles se realicen de forma sistémica en toda la cadena de suministro de agua desde la zona de extracción, tratamiento, almacenamiento y distribución.
La nueva directiva también incide en ampliar las frecuencias de muestreo. En municipios de mediano o pequeño tamaño no se realizan controles todos los años, lo que conlleva que puedan estar bebiendo durante meses agua contaminada sin saberlo. Esto ocurre, por ejemplo, con aquellos contaminantes que no se pueden detectar a través del color, olor o sabor, como puede ser un nivel superior a 50mg/l de contaminación por nitratos.
Fotografía de portada: Lectura de 110 mg/l de nitratos en el manantial de abastecimiento urbano de la localidad de Lierta, que pertenece al municipio de La Sotonera (Huesca), realizado con un dispositivo para la medición de nitratos en el agua repartidos por Greenpeace el 28 de junio de 2022. / DATADISTA