03-10-2022

Cuenca del Segura, la aspiradora de agua


Los documentos del proyecto del plan de tercer ciclo de la Confederación Hidrográfica del Segura lanzan tres mensajes principales: el regadío ha dañado los acuíferos sobreexplotándolos y contaminándolos, afectando gravemente a ecosistemas como el Mar Menor; económicamente es un sector importante para todo el país y hay que protegerlo y, por último el mensaje histórico en todos y cada uno de los planes hidrológicos del Segura, que si se quiere mantener el peso económico y en el empleo del regadío se necesita más agua, más cuanto mayor sea el recorte previsto del agua procedente del trasvase del Tajo de aquí a 2039, así como que se subvencione el agua desalada de mar para que el regadío siga siendo competitivo.

En la demarcación del Segura hay 43 masas declaradas en mal estado, el 69% de las 63 en que se clasifica la cuenca.

ESTADO CUANTITATIVO
38 masas de agua subterránea (60%) están en mal estado cuantitativo en la cuenca del Segura. De estas, hay 6 masas que se acogen a prórroga por mal estado cuantitativo más allá de 2027, todas ellas también acogidas a prórroga por mal estado químico. Es importante destacar que el acuífero del Campo de Cartagena tiene varias capas y la superior, lejos de estar sobreexplotada, está a rebosar y cargada de nitratos que acaban por escorrentía en el Mar Menor.
ESTADO QUÍMICO
22 masas de agua subterránea del Segura (35%) están en mal estado químico. De ellas, 9 masas se acogen a prórroga porque no se espera su recuperación hasta después de 2027 y de estas 5 no la esperan hasta después de 2039. La apertura de un procedimiento sancionador por la Comisión Europea ha hecho que se modifiquen a última hora los objetivos intermedios de estas últimas.













«No se han experimentado mejoras importantes durante el primer y segundo ciclo», reconoce la memoria del Tercer Ciclo de la CHS.

El

60%
de las masas

presentan mal estado cuantitativo

El

35%
de las masas

presentan mal estado cualitativo

La principal demanda de consumo de agua, incluida el agua superficial y subterránea, de la cuenca del Segura es el regadío, con el 85% de los 1.695,7 hm3 anuales totales de demanda actual en la demarcación, seguida muy de lejos por las redes de abastecimiento urbano, con el 11,5% del total. Hay cerca de 450.000 hectáreas destinadas a la agricultura de las que algo más de 260.000 son de regadío.

Agricultura(*) 85% Urbana 11,5% Ocio y Turismo 0,66% Industria no urbana 0,5%

Demandas de agua en la demarcación hidrográfica del Segura. (*)En agricultura se incluye 11 hm3 destinados a la ganadería. Fuente: CHS

La CHS saca pecho de los 3.000 millones de euros de valor de la producción del regadío en 2016, 116.000 trabajadores empleados, exportaciones de 4.800 millones de euros en 2017 (11,4% de las exportaciones nacionales del sector) y «uno de los regadíos más competitivos de España» pero reconoce que ha sido a costa del agua. La aportación del regadío equivale a un 5,3% del PIB de la región. «La elevada rentabilidad de los cultivos ha provocado en algunas zonas una situación de minería del agua y el agotamiento de los acuíferos por un uso más allá de las posibilidades de recarga natural». A la vez se «han contaminado de manera difusa las masas de agua subterránea por las infiltraciones al terreno de los retornos de riego».

Trasvases y guerras del agua

Buena parte de lo que ocurre con el agua en esta demarcación tiene que ver de algún modo con el trasvase Tajo-Segura y con el regadío intensivo que propició, tanto por el agua que llegó como por la que no lo hizo. El empeño en convertir una zona con déficit hídrico en «la huerta de Europa», discurso que atraviesa la Segunda República, la dictadura y llega hasta la inauguración de la obra finalmente en democracia hace ya más de cuarenta años, no remite con la situación actual.

Aunque en España hay un alto número de trasvases entre cuencas, cuando se cita esta palabra es fácil que lo primero que venga a la mente es el Tajo-Segura. La envergadura de la obra civil quizás lo merece (un canal de 292 kilómetros con capacidad de enviar hasta 33 metros cúbicos por segundo) pero su realidad en cifras ha quedado muy lejos de lo que se pronosticó. El agua máxima prevista en la Ley del Trasvase que podía enviarse desde la cuenca del Tajo a la del Segura generó enormes expectativas y fue la excusa para dejar crecer el regadío sin control. Tanto como si hubiera llegado esa cantidad y mucho más. El regadío crecía y resistía incluso los periodos de sequía porque el agua que no llegaba en superficie se sacaba masivamente de otro sitio: bajo el suelo.

La consigna desde el organismo de cuenca durante años fue la permisividad con los pozos ilegales, la habilitación de fórmulas para incrementar el agua en los periodos secos (pozos de sequía, desaladoras de agua subterránea y sus vertidos) y la búsqueda posterior de fórmulas para su regularización. Por su parte, el Gobierno de la Región de Murcia permitió la extensión del regadío en miles de hectáreas fuera de terreno regable especialmente en el Campo de Cartagena.

El plan de tercer ciclo afirma que las llamadas Zonas Regables del Trasvase ocupan una superficie bruta de 145.000 hectáreas con una demanda asociada de 600 hm3 al año. En opinión de la Confederación, esa demanda «debería atenderse mayoritariamente con los 400 hm3/año del trasvase Tajo-Segura y el resto con recursos de otra procedencia». Los 400 hm3 son en realidad el máximo para regadío que estableció la ley en 1980 y que se han quedado en una media anual en destino muy inferior.

Consumos netos totales para riego del trasvase Tajo-Segura por año hidrológico. Fuente: CHS.

La CHS hace referencia al borrador del plan de tercer ciclo del Tajo y la previsión de reducción del agua trasvasada. «Si la disminución del volumen trasferido supera la capacidad de aportación de aguas desalinizadas de la demarcación, se producirá una pérdida real de la superficie de regadío actual, con importantes efectos socioeconómicos en el territorio».

Uno de los problemas es que el agua desalada de agua de mar se ha estado destinando en buena medida hasta ahora a regularizar pozos ilegales o alegales, es decir, a sustituir agua subterránea que se extraía de forma irregular o de acuíferos sobreexplotados por agua desalada con derechos recogidos en una concesión. La CHS ha regularizado en los últimos años alrededor de 2.500 hectáreas con cargo a la desaladora de Águilas por esta vía y está en proceso de regularizar una extensión similar con cargo al agua desalada de Valdelentisco. Las plantas desaladoras de agua de mar, infrautilizadas durante años y ahora cruciales tanto para el regadío como para abastecimiento urbano, empiezan a ver el límite de su capacidad y ya se plantean obras de ampliación.

La CHS calcula que se deberá reducir en 190 hm3 de aquí a 2027 el agua extraída de acuíferos para alcanzar el buen estado cuantitativo. Buena parte, considera, deberá sustituirse por agua con otros orígenes, una parte de la reducción procederá de cambios a cultivos que exijan menos agua y solo en último caso se plantea que, si no fuera suficiente, habrá que reducir la superficie en riego.

Al organismo de cuenca no solo le preocupa la cantidad de agua que demanda el regadío, también su precio. De incrementarse el uso «de aguas desalinizadas tendrá un impacto de la tarifa media resultante del agua que es utilizada por las comunidades de regantes del trasvase, que puede comprometer la actividad socioeconómica en las condiciones en que se desarrolla en la actualidad». Por eso en las medidas del Tercer Ciclo propone que se subvencione parte de ese precio.

Dado que se precisará inversión en infraestructuras como poco para canalizar el agua y que sirve «para la eliminación de situaciones de sobreexplotación de aguas subterráneas», la CHS propone «la exención del principio de recuperación de costes de las infraestructuras hidráulicas que resulten necesarias para eliminar las situaciones de infradotación de cultivos en zonas regables del trasvase».

Sobreexplotación y los sietemiles

Algunos acuíferos empezaron a estar sobreexplotados hace décadas aunque no se los declaraba definitivamente como tal con la idea reconocida por la CHS de evitar la obligación legal de elaborar un Plan de ordenación de las extracciones que habría puesto límites al regadío, al fijar un calendario que fuese equilibrando el agua extraída con el recurso disponible.

Tipos de cultivo en la cuenca del Guadiana
< 80%
>80% <136%
>146% <248%
>248% <334%
>334% <452%
Nivel de sobreexplotación de los acuíferos de la cuenca del Segura. Cuando las extracciones se sitúan por encima del 80% del agua anual disponible y el nivel freático (medido por sensores piezométricos) baja, se considera que la masa de agua está sobreexplotada. Fuente: CHS.

Hay 54 masas de agua con presiones de tipo cuantitativo en la DHS, de las que 30 tienen un índice superior al 100%, es decir, se extrae cada año más de lo que el ciclo del agua es capaz de reponer. En algunos casos ese índice supera con mucho esa recarga de la masa subterránea.

El 12 de marzo de 2019, la Sala Tercera del Tribunal Supremo anulaba el artículo del Plan 2015/2021 del Segura por el que se requería autorización previa de la CHS para aprovechamientos que no sobrepasen los 7.000 m3/año, las famosas aguas de uso privativo. Desde entonces no solo es posible abrir estas nuevas captaciones sino que, comentan fuentes de otras cuencas con graves problemas de sobreexplotación como la del Guadalquivir, están perdiéndose numerosos procesos sancionadores en los juzgados mientras no se sabe cuánto se está sacando de verdad, si 7.000, 14.000 o 25.000 porque no hay capacidad para controlarlo.

Regadío ilegal, nitratos y el acuífero contaminado que rebosa junto al Mar Menor

La contaminación difusa en la cuenca del Segura está relacionada principalmente con las altas concentraciones de nitratos que llegan a alcanzar “medias muy superiores a los valores límite establecidos en la Directiva sobre Nitratos (medias de 250 mg/l frente al límite de 50 mg/l)” en algunas masas.

El análisis de la CHS desvela que a partir de un 27% de superficie agraria, en la masa de agua subterránea aparecen impactos por nutrientes.

En la DHS se han declarado 24 zonas vulnerables a la contaminación por nitratos, con una superficie total dentro de la demarcación de 5.457 km2, equivalente a un 27% de la extensión de la DHS, mientras en el Plan 2015/21 se inventariaron 9 zonas vulnerables declaradas por extensión de 1.873 Km2, lo cual suponía un 9,3% de la demarcación. En el tercer ciclo de Planificación se declaran 15 zonas más, 12 de ellas en la Región de Murcia.

De las 21 masas con problemas de calidad química destacan 3 que son las que aglutinan la mayor parte del regadío: Campo de Cartagena, Valle del Guadalentín y Vegas Media y Baja del Segura. En el caso del Campo de Cartagena, el problema termina llegando al Mar Menor.

Ese problema se vio incrementado por los miles de hectáreas de regadío ilegal que las administraciones parecieron no ver durante años hasta que tuvo lugar el primer episodio de mortandad masiva de peces y crustáceos en octubre de 2019. Fue entonces cuando la CHS reconoció en cuestión de semanas una cifra de regadío ilegal muy similar a la que años antes habían denunciado en un estudio la asociación ANSE y WWF. El regadío ilegal no solo cogía agua subterránea que no le correspondía sino que contribuía a la contaminación de las aguas subterráneas. Tras la alarma mundial generada por las imágenes de las orillas de la playa de Villananitos y tras meses de pelea entre el organismo de cuenca y el Gobierno de la Región de Murcia culpándose mutuamente de no actuar, la CHS parece haber aprendido a cerrar el grifo a los ilegales. Así lo ha hecho ya en 6.000 hectáreas y espera haber llegado a las 8.500 que considera ilegales a final de año. Los expedientes sancionadores de 5.000 hectáreas han sido ya remitidos al Gobierno de la Región de Murcia pero el desmantelamiento de las infraestructuras de riego para hacer definitivo a futuro la eliminación y la restitución del terreno, de competencia autonómica, no llega aún a las 1.000 hectáreas.

Es precisamente en el acuífero Campo de Cartagena donde se ve la gran variedad de capas que pueden formar parte de la misma masa de agua subterránea. La capa del Cuaternario, la que está más cerca de la superficie, se fue llenando hasta rebosar por los abundantes retornos de riego del regadío. Esas aguas se filtraban cargadas de abonos nitrogenados y se unían bajo el suelo a las aguas salinas que habían llegado por infiltración desde el Mar Menor.

Las aguas del Cuaternario, contaminado hasta multiplicar varias veces el límite de nitratos por litro aceptable para la salud que fija la ley, rebosan actualmente en superficie y acaban en la laguna y se han convertido en una nueva batalla sobre si hacer nuevas infraestructuras para sacar agua del acuífero, bajar el nivel freático, desnitrificarla y dársela de nuevo al regadío. No hacerlo ha sido hasta el momento la postura del Ministerio de Transición Ecológica.

En lugar de mejorar, la CHS ha ido elevando en cada nuevo plan de cuenca el nivel de contaminación por nitratos previsto para 2027 en las masas más dañadas, argumentando ante Europa que la propia naturaleza de las aguas subterráneas hace muy lenta su recuperación. Cuando estaba inmersa en la elaboración del plan de tercer ciclo, el 2 de julio de 2020, se encontró con el procedimiento sancionador al Reino de España por el incumplimiento de la Directiva de protección de las aguas contra la contaminación por nitratos de la agricultura.

La CHS había vuelto a fijar como objetivo menos riguroso en 2027 para el acuífero del Campo de Cartagena un volumen de nitratos de 200mg/l, cuando la normativa europea obliga para entonces a que el máximo sean 50 mg/l.

El 22 de julio, 20 días después, la Confederación Hidrográfica del Segura declaraba al fin el acuífero del Campo de Cartagena en riesgo de no alcanzar los objetivos de la UE por contaminación por nitratos, activando así el plazo para disponer de un Plan. En la misma reunión de la Junta de Gobierno de la CHS, se tomaban medidas cautelares para reducir la aportación de nitratos en el Campo de Cartagena. Aunque hasta ese momento el organismo de cuenca no había entrado a tomar medidas directamente ligadas al modo de cultivo alegando siempre que esa competencia es autonómica, resultó que sí era posible hacerlo siempre que se justifique que era para evitar que se incremente la contaminación al acuífero. Entre las principales medidas: se limitó el volumen de fertilizantes admitido y se puso un máximo de dos ciclos de cultivo al año en hortícolas. Y los objetivos de cara a Europa cambiaron.

El objetivo menos riguroso en 2027 de la masa de Campo de Cartagena ha pasado a 150 mg de nitrato por litro en lugar de 200 como figura en los documentos preliminares, sensiblemente menos de la cifra que criticó la Comisión Europea pero tres veces el límite establecido por la normativa comunitaria, española y los criterios para la salud de la OMS.

A principios de septiembre de 2022, límite del plazo, se han presentado ante la CHS los informes de cumplimiento referidos a más de 37.000 hectáreas del Campo de Cartagena, el 98% de las zonas que estaban afectadas por las medidas cautelares. Ahora se inicia el proceso de revisión de esos informes, que se espera se prolongue alrededor de tres meses.

Purines sobre suelo muy permeable

A la contaminación de acuíferos con nitratos derivada de la agricultura se ha unido con fuerza la ganadería intensiva. No es solo que las macrogranjas de porcino hayan proliferado masivamente en regiones como Murcia. Su ubicación no ha calibrado el riesgo de los suelos elegidos. La CHS reconoce que «existen 38 masas de agua subterránea sobre las que se ubica más de una instalación ganadera intensiva sobre formaciones de media a muy alta permeabilidad». Es decir, el riesgo de las balsas de purines y la gestión de su extensión como fertilizante por encima de los límites que absorbe la tierra se ha colocado sobre suelos en los que la filtración es más fácil.

Varios municipios de la DHS tienen una cabaña ganadera con más de 100.000 animales. Términos municipales con mayor actividad ganadera: Lorca y Fuente Álamo, con más de 400.000 animales cada uno. Le siguen: Hellín, Murcia, Puerto Lumbreras, Cartagena, Totana, las Torres de Cotillas, Pulpí, Alhama de Murcia o Caravaca de la Cruz, con una población superior o próxima a 100.000 animales.

Tipos de cultivo en la cuenca del Guadiana
Macrogranjas de porcino y aviar
Masas con impacto por nitratos
Masas subterránea afectadas por nitratos con el porcentaje de superficie agraria. Cuatro de ellas tienen también más de 50.000 cabezas de animales censados en explotaciones ganaderas. Fuente: CHS, PRTR-España.

La CHS dice que será ya en el próximo ciclo cuando se valorará cómo afecta la contaminación por nitratos ya «en los abastecimientos a poblaciones», en teoría el uso prioritario del agua, «y en el deterioro ambiental, incluyendo la actividad turística y comparando costes y beneficios».

Fotografía de portada: Imagen captada por el satélite Sentinel-2 el 13/09/2019 de las escorrentías producidas por las lluvias torrenciales ocurridas unas horas antes en el Campo de Cartagena y Mar Menor. / COPERNICUS

contaminación del agua , robo de agua