Entrada de blog por Raquel Montón - 28-03-2019


40 años del accidente nuclear de Harrisburg: ¿el síndrome de Almaraz?

Hace mes y medio se publicaba que el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) contendría un calendario de cierre que alargaría la vida de las nucleares a gusto de las eléctricas. No pretendo confundir, el PNIEC establece un marco de cierre entre 2025 y 2035, que implica la ampliación de vida de los siete reactores una media de unos 7 años y superando en todos los casos la vida de diseño de 40 años. Desde Greenpeace y Fundación Renovables advertimos que, además de consultar con Endesa, Iberdrola y Naturgy, era imprescindible contar con el resto de la sociedad.

Aún así, a las dueñas siguieron a la gresca, y a pesar de tener un documento interno pactado necesitaron de dos reuniones más para acordar hace seis días (el pasado viernes 22 de marzo) que solicitarán la ampliación de Almaraz, la más vieja y cuyo plazo para la solicitud de la nueva licencia vence dentro de tres días (el próximo domingo 31 de marzo).

La “gresca” es debida a que las cuentas de resultados no le salen a Endesa, ya que amortiza las centrales a 50 años, mientras que Iberdrola las amortiza a 40 años. Nos preguntamos cómo puede el organismo de control (CNMV) permitir criterios contables tan diferentes, porque en economía de empresa la contabilidad debe ser fiel reflejo de la realidad, y realidad sólo hay una. Pero incoherencias tan grandes no parecen importar, y han solucionado el escollo pactando una ampliación controlada, cuyas inversiones tendrán un máximo de 400 millones de euros, ampliables un 50%.

Parece que ya todo está decidido, y esto sólo acaba de empezar. Ayer mandamos nuestras alegaciones y comentarios a ese Plan que el Gobierno ya ha presentado a Bruselas, y que tendrá que ser sometido durante todo este año a las consideraciones, no sólo de la UE, también de la sociedad. Y desde luego en Greenpeace no nos faltan razones, ni estudios, para asegurar que el plan debe incluir un calendario detallado de cierre de la energía nuclear y de carbón, para que todas esas centrales estén cerradas como límite en el año 2025.

Central nuclear de Three Mile Island, en Pensilvania, Estados Unidos.

Mañana probablemente se renueven cuatro de los cinco consejeros del Consejo de Seguridad Nuclear, tal y como veníamos reclamando. Y será este CSN quien determinará de manera vinculante qué requisitos son necesarios para la prórroga de las licencias, y parece claro que si estos requisitos implican inversiones superiores a lo pactado la ampliación será cierre. Pero eso será mañana, hoy termino recordando que hace 40 años ocurrió el primero de los accidentes nucleares más graves, en Three Mile Island, Harrisburg, estado de Pensilvania. El CSN no debe olvidar que son ellos quienes tienen que asegurar que nunca ocurra aquí lo que pasó en Harrisburg, Chernobil o Fukushima porque es la sociedad quien soporta las cargas, servidumbres, y riesgos cuando, además sabemos que hay alternativas viables a esta forma de generación eléctrica.

Raquel Montón - autor del blog.
Raquel Montón
Responsable de las campañas relativas al sistema eléctrico y la energía nuclear en Greenpeace. Estudios de Agronomía en la UPM y en la organización desde 2001, primero en la campañas de Biodiversidad y Cambio Climático. Twitter: @raquelmonton
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Comentarios

1 comentario
Andres Quiros 02/09/2019

Gracias por informarnos, por defendernos y vigilar por nuestro futuro.

Las nucleares son un negocio IMPONENTE para Endesa (Enel) e Hiberdrola. Con unos residuos nucleares de alta y media radiación cuya FACTURA Y RIESGOS la estamos pagando y se la dejamos a nuestros hijos y nietos durante MILES DE AÑOS. Será Enresa (empresa publica) quien con nuestro impuestos tenga encargarse de ellos durante miles de años.

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