Entrada de blog por Julio Barea Luchena - 30-09-2024


Agricultura sí o sí, pero no así 

La emergencia climática en España se ha convertido en una cuestión apremiante, tal como señala el último informe de Greenpeace titulado “¿Cuánto podremos regar? Análisis del agua disponible en una España con cambio climático”. Se prevé que, antes del año 2040, el país deberá reducir entre 650.000 y un millón de hectáreas de regadío, especialmente en aquellos terrenos dedicados a la agricultura intensiva e industrial para garantizar disponibilidad de agua suficiente para la población

Nuestro informe hace un análisis detallado sobre la escasez de recursos hídricos en nuestro país y lo que ello implica para el sector agrícola español, considerando tanto las proyecciones meteorológicas como el incremento anticipado de la demanda de agua en los próximos años.

No hay agua para tanto regadío

El panorama actual muestra que España tiene 3.975.000 hectáreas de tierras de regadío, pero la intención de continuar aumentando esta cifra choca frontalmente con las predicciones sobre la disponibilidad de agua. A medida que aumentan las temperaturas y cambian los patrones de precipitación, se espera que se produzcan sequías más frecuentes y prolongadas, así como inundaciones ocasionales. 

Estos factores generan ya tensiones crecientes entre distintos usuarios del agua: desde los agricultores hasta las empresas hidroeléctricas, pasando por las necesidades urbanas y recreativas. En este contexto, la lucha por el recurso hídrico se intensificará, no solo entre sectores, sino también entre comunidades autónomas y regiones.

Totana, Murcia, Región de Murcia, España.
Invernaderos en Totana.
La crisis del agua se soluciona cuando hay agua

El cierre del año hidrológico 2023-2024 trajo consigo cifras algo alentadoras, con embalses alcanzando un 47.92% de su capacidad, aunque este dato es considerado una tregua dentro de una tendencia descendente a largo plazo. La solución al problema del agua debe plantearse antes de que sea demasiado tarde. 
Aunque el regadío, especialmente el intensivo e industrial, consume alrededor del 80% del agua disponible, la clave radica en optimizar su uso y garantizar que los pequeños y medianos agricultores no queden desamparados frente a esta crisis. Al abordar el problema desde una perspectiva de sostenibilidad, se puede encontrar un enfoque que equilibre la necesidad de producción con la realidad de los recursos limitados.

Menos precipitaciones y más calor = menos agua disponible

Las predicciones meteorológicas del Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (CEDEX) dependiente del Ministerio de Transporte y Movilidad Sostenible sugieren que, aunque se registren reducciones moderadas en las precipitaciones, durante el primer tercio del siglo XXI, las condiciones se complicarán en las próximas décadas. El aumento de la evapotranspiración debido a las temperaturas crecientes incrementará aún más el estrés hídrico en el país. 

Es crucial entender estas dinámicas para mitigar los efectos adversos sobre la agricultura y la economía rural. Las demandas de agua, según los planes de cuenca, ya superan en más de 4.000 hectómetros cúbicos la oferta; una situación que recalca la urgencia de implementar cambios sustanciales en la política de gestión hídrica.

Algunas de las demandas recogidas en el informe:
  • Poner en marcha de forma urgente una moratoria a los nuevos regadíos intensivos
  • Reducir para 2040 un total de 983.981 hectáreas de regadíos. Para ello es necesario que el Gobierno establezca una hoja de ruta de reducción de los regadíos incluyendo en la planificación el cambio climático.
  • La reducción de estos regadíos debe enfocarse a las grandes explotaciones (fondos de inversión, empresas del agribusiness…), así como a aquellas que, por su cultivo, obtienen altas dotaciones por hectárea y, por lo tanto, no se adaptan a las condiciones climáticas actuales (regadíos en superintensivo de frutos secos, superintensivo de olivar, aguacates…).
  • Eliminar todos los regadíos ilegales del país.
  • Las reducciones de regadíos se deben realizar sobre las zonas de los actuales regadíos (516.803 hectáreas) que están ubicados sobre zonas tensionadas (sobre acuíferos en mal estado cuantitativo y químico así como sobre zonas vulnerables a la contaminación por nitratos). 
  • Congelar totalmente la inversión en nuevos regadíos en todas las cuencas. 
  • Los proyectos de modernización de regadíos deben revisarse para evitar que se usen como falsa justificación y solución para incrementar la superficie de regadío y prometer nuevos derechos de riego.  
  • Es necesario revisar los destinos finales de los productos de los regadíos a los que van asignadas las demandas de agua. 
  • Desligar la modernización de regadíos del incremento de producción. El agua que se puede ahorrar con la eficiencia debe volver a la red de drenaje natural. Es especialmente importante defender y preservar los caudales ecológicos.
  • Las nuevas inversiones en eficiencia del regadío o para conseguir más recursos hídricos, a través de desalación-reutilización, deben repercutir íntegramente los costes de la inversión en los usuarios que las demanden. Especialmente si los beneficiarios de estas inversiones no son pequeños y medianos agricultores.
  • Reducir de forma progresiva la cabaña ganadera en intensivo para alcanzar un 50% menos en 2030 y así reducir la demanda directa e indirecta de agua y también su contaminación
Julio Barea Luchena - autor del blog.
Julio Barea Luchena
Doctor en Geología, especialidad de Hidrogeología, Ingeniería Geológica y Geología Medioambiental, por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Gestión y Tratamiento de Residuos por la Universidad Autónoma de Madrid. Responsable de campañas de Consumo y Biodivesidad. Twitter: @JulioBarea
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Comentarios

3 comentarios
MARIAN 30/09/2024

Hagamos qué él agua sea sostenible, y no derroches alegremente.

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Pere Puig 30/09/2024

Felicidades por este reportage, es sincero y integro en el planteamiento del problema del regadio, tambien tendriamos que añadir el consumo consciente de la poblacion en los productos del campo, y no en los productos de cultivo intensivo y de fuera de temporada, vengan de donde vengan, la globalzacion hace que el poblema y el consumo del agua sea un problema comun en todo el mundo.
Gracias por aportar un poco de luz, a este problema, ya no futuro sino actual.

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Santiago 01/10/2024

Totalmente de acuerdo con el articulo,y con tu respuesta, pero el problema viene cuando no se entienden esos planteamientos y propuestas. Dile a un agricultor o ganadero de mi pueblo, que cuando se habla de macrogranjas, o super invernaderos, no se está hablando de ellos, ni contra ellos, sino todo lo contrario. Literalmente te comen. Les han hecho creer que es un ataque directo a su sistema de vida.

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