Entrada de blog por José Luis García Ortega - 30-04-2025


ANÁLISIS: 48 horas después del apagón, ¿dónde está el debate?

José Luis García, responsable del Área de Clima y Energía de Greenpeace

Tras la caída del sistema energético hace ya dos días, son muchas las incógnitas que continúan en el aire. Pese a que todavía no hay evidencias, las especulaciones ya se han colado en todos los platós y grupos de whatsapp. Cómo no. Necesitamos saber. Pocas veces como ahora el sistema energético -tan gris, tan complejo de explicar y, a la vez, como hemos visto, tan crucial para el desarrollo normal de la vida tal y como la conocemos- había sido el protagonista de la agenda pública, no por sus costes, sobre los que ha habido crisis anteriores, sino por la importancia del servicio que presta. Ha sido por las malas, pero por fin ha llegado el momento de hablar de ciertas cuestiones que nos afectan a todas las personas, más allá del precio de la factura de la luz. 

Hay tres asuntos que, tras estas 48 horas de incertidumbre, nos preocupan pensando en el futuro: 

1/ Energías renovables:

Son esenciales para garantizar una energía segura, asequible y sostenible que nos permita responder al reto climático. Hace ya dos décadas que Greenpeace demostró que un sistema 100% renovable no solo es imprescindible sino realista, factible de alcanzar y beneficioso para todos. Hemos avanzado en esa dirección, pero es algo que no se consigue simplemente añadiendo energía renovable en grandes cantidades al sistema, sino que además es necesario complementarlo con las herramientas adecuadas para que el sistema sea flexible y resiliente.

«Un sistema 100% renovable no solo es imprescindible sino realista, factible de alcanzar y beneficioso para todos»

Las soluciones técnicas existen, pero la planificación y la regulación deben asegurar que se implementen: generadores renovables gestionables con capacidad síncrona (como la solar termoeléctrica), el almacenamiento en todas sus versiones (hay muchos tipos de baterías, que pueden estar acopladas a centrales de generación o a puntos de consumo), sistemas de inversores de última generación que simulan la red, sistemas de autoconsumo y microrredes con capacidad de funcionar en isla, capacidad de respuesta de la demanda, etc.

Llevamos tiempo insistiendo en que, en el desarrollo renovable, el cómo es tan importante como el cuánto. Y no solo desde una perspectiva social y ambiental que asegure que se haga de manera armoniosa y respetuosa con las personas y la biodiversidad, sino que el factor técnico no debe darse por supuesto.

Estos días, como era de esperar, los archiconocidos enemigos de las renovables están tratando de aprovechar la coyuntura para vender una imagen, tan distorsionada como falsa, de fallo estrepitoso: quieren hacer creer que España ha ido demasiado lejos, demasiado rápido con las renovables y pretenden que nos quedemos anclados al viejo sistema de gas y nuclear.

Ojo con esto, porque nos lo jugamos todo: las renovables no solo son la mejor herramienta para prevenir apagones y garantizar un sistema eléctrico fiable y de calidad sino que, además, son imprescindibles. Junto a la reducción del consumo y una mayor participación ciudadana, son nuestro mejor seguro de vida frente al cambio climático, una de las mayores crisis a las que se enfrenta la humanidad.

2/ Energía nuclear:

Mucho se está hablando sobre si la falta de energía nuclear ha sido la causa del apagón -algo completamente falso, puesto que la mitad del parque nuclear estaba operativo en ese momento-, pero si algo ha quedado claro en estas horas es que las centrales atómicas no solo no ayudaron a prevenir sino que entorpecieron el restablecimiento del sistema.

La batalla narrativa pronuclear estaba ya en un punto álgido y el gran apagón la ha intensificado. Su propósito es claro: detener el calendario de cierre progresivo previsto, para lo cual necesitan inyectar cantidades ingentes de dinero público para mantener los reactores en funcionamiento.

La realidad es que este suceso ha demostrado la incapacidad de la energía nuclear para impedir o resolver un apagón. 48 horas después, todavía ningún reactor había conseguido reconectarse con normalidad, pues es una operación lenta y compleja. Pero más allá de eso, las centrales nucleares son un problema en sí mismas, pues en caso de apagón necesitan refrigeración constante e inmediata para prevenir una fusión de núcleo (accidente tipo Chernobyl o Fukushima) y, por tanto, la energía y esfuerzos que se necesitan en una emergencia para atender y restaurar los servicios energéticos básicos (por ejemplo, medios de transporte como ferrocarriles) se tiene que dar prioritariamente a la seguridad nuclear. De esto saben mucho nuestras compañeras de Greenpeace en Ucrania, que son testigos de los ataques deliberados de Rusia a las infraestructuras eléctricas que tienen al país al límite de una catástrofe por los cortes de suministro que afectan a las centrales nucleares. Un país con nucleares es menos seguro, menos resiliente y con más dificultad para incorporar energía renovable.

«La realidad es que este suceso ha demostrado la incapacidad de la energía nuclear para impedir o resolver un apagón. 48 horas después, todavía ningún reactor había conseguido reconectarse con normalidad«

3/ El gas.

Se trata del ganador encubierto de toda esta historia. Mientras el foco se centra en las renovables y la nuclear, las centrales de gas han desempeñado su (lento) papel para reactivar el sistema, de la mano de la energía hidráulica, y ser consideradas complementarias de las renovables. Esto es cierto ahora, pero no debe serlo en el futuro. Si esto se perpetúa como relato ganador, sería la excusa perfecta para aprobar el sistema de pagos por capacidad (se les pagaría por existir, no por producir) que tiene previsto el Gobierno y que crearía un marco estable para que el gas permanezca eternamente mientras sigue emitiendo CO2 y metano, principales responsables del cambio climático. Para completar la transición energética, es necesario implementar alternativas para poder prescindir del gas. Y las hay.

Hay muchos más debates sobre los que habrá que profundizar, y lo haremos: la transparencia del sector, el papel de las eléctricas (los intereses que hay detrás), el papel y gestión de las redes eléctricas, las interconexiones, la posibilidad de ser autónomos con energía solar en casa, las comunidades energéticas, el papel de la hidroeléctrica, etc.

En cualquier caso, aunque sea a raíz del apagón, es bueno y necesario que se hable de energía. Esta crisis ha hecho más evidente que nunca cuánto necesitamos la electricidad para nuestra vida diaria. Tenemos que aprovechar este momento para debatir y decidir conjuntamente qué cambios hay que hacer en el sistema eléctrico y energético para que sea renovable y así nos garantice los servicios que nos presta y el futuro de la vida en este planeta.

Esta conversación no puede darse sólo en los despachos gubernamentales y de las grandes eléctricas: tiene que darse también en la calle, donde estamos las personas más interesadas en tener servicios energéticos suficientes para una vida digna. Servicios asequibles, limpios y seguros.

José Luis García Ortega - autor del blog.
José Luis García Ortega
Licenciado en Ciencias Físicas, especialidad Astrofísica, por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Dirección y Gestión de ONGs por ESADE. Responsable del Programa de Cambio Climático en Greenpeace España. Bluesky: @jlgarciaortega.bsky.social
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Comentarios

4 comentarios
el bosque habitado 30/04/2025

La energía ni se crea , ni se destruye , se transforma . Mientras un@s nos condenan al oscurantismo permitido por gobiernos sin arrestos y sometidos por oligopolios , otr@s nos vemos sometidos a los vaivenes de unas facturas dispuestas al antojó del egoísmo y avaricia deshumana .
¡ GUERRAS NO !

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Hugo 30/04/2025

Día 30 de Abril veo que la factura ha podido escalar un 450%. ¿Pero es una broma? ¿Vamos a pagar los consumidores errores de otros? No. Ya basta 🏳️🏳️🏳️

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Jaume 02/05/2025

Opino que sería menos vulnerable un sistema menos centralizado de distribución de energía, multiplicando los sistemas de generación de energía eléctrica y situando a éstos más cercanos a los puntos de consumo. Se reducirían las necesidades de tendidos largos de muy alta tensión.

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Marcelino Rábago 07/05/2025

Tienes razón. De ahí que actualmente se esté fomentando más que nunca la fotovoltaica en nuestras casas. Quedan muchísimos tejados que cubrir con placas, pero creo que éste es parte del camino.

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