Ante los incendios, ¡protege el bosque, protege tu casa!
Todavía tenemos en la memoria el recuerdo de un 2017 fatídico, el peor del decenio (en número de grandes incendios forestales, 56 concretamente que tuvieron nos tuvieron en vilo). Los grandes incendios forestales suponen un problema ambiental y de emergencia social. Estamos ante una nueva era de incendios forestales, incendios que no son una excepción, sino la tendencia a la que vamos. Países como España, Portugal, Estados Unidos o Chile vivieron incendios dramáticos en una era de tecnología y en el que la extinción es un éxito (en España el pasado año, el 63% de los incendios producidos quedaron en menos de una hectárea afectada). Entonces, ¿Qué está pasando?
¿Por qué han cambiado los incendios a episodios de tanta gravedad?
El abandono del medio rural, la falta de aprovechamiento de recursos forestales y de cultivos, políticas de repoblación de los 50 sin gestionar así como políticas de supresión y extinción de los incendios, han supuesto una acumulación e invasión de la vegetación. Se añade además, las consecuencias del cambio climático: olas de calor, sequías prolongadas que desecan la vegetación y la convierten en “combustible” para el fuego. Nuestros bosques se transforman en paisajes con vegetación continua seca y por tanto, con alta capacidad de propagación. ¿El resultado? Un paisaje inflamable y susceptible de sufrir incendios muy peligrosos. Si se origina un incendio, ya tenemos un polvorín que alimenta y propaga incendios de alta intensidad. Es importante abordar las causas del origen pero también las de la propagación.
Y si en ese polvorín tenemos población viviendo (interfaz urbano-forestal, IUF), ya tenemos la emergencia asegurada.
Los incendios forestales en una región mediterránea, son algo con lo que convivimos, sin embargo ¿nos preparamos como lo hacemos en con avenidas e inundaciones?¿Nos preparamos ante los incendios forestales? Hoy presentamos un informe “Protege el bosque, protege tu casa”. Este informe explica el porqué de estos grandes incendios forestales, y la situación de la nivel de comunidades, sobre cómo se planifica el riesgo de incendios forestales en la prevención, emergencia y autoprotección.
Los resultados son alarmantes:
– En prevención. No se cumple la Ley de Montes que obliga a los municipios en zonas de alto riesgo de incendio (Zonas ZAR) a tener un plan preventivo. Apenas hay planes. Sólo 5 comunidades tienen planes, pero son escasos y no se asegura implementación.
– En emergencias. No se cumple la Directriz Básica de Protección Civil que obliga a los municipios en zonas de riesgo que tengan un plan de emergencias. Sin embargo, ¡El 80% de los municipios en zonas de riesgo no tienen plan de emergencias!
– En autoprotección. No se cumple la Directriz Básica de Protección Civil que dice que obliga a los personas propietarias de las viviendas en zonas de riesgo a que tengan planes de autoprotección. Son prácticamente testimoniales.
Teniendo en cuenta las distintas planificaciones (prevención, emergencia y autoprotección), tenemos una valoración global por CC.AA.
Muchas comunidades tienen una planificación deficiente o muy deficiente. Algunas comunidades han hecho avances, pero son todavía escasos. Estamos hablando de proteger vidas, nuestras casas, nuestro bosque, de manera que ninguna cubre con lo que se considera una planificación organizada.
Las consecuencias son graves. Cuando no hay planes de emergencia y autoprotección, los incendios se centran en las zonas urbanizadas mientras se quema el monte en unas horas claves para la extinción. Tras los desalojos, los operativos luchan por defender casas vacías que, en la mayoría de los casos, no han elaborado planes de autoprotección poniendo en riesgo sus vidas y post-poniendo la protección del bosque (es decir, más superficie calcinada). Además, es importante destacar que los incendios en urbanizaciones suponen peligrosidad añadida a operativos con distintas emergencias. Por eso, es fundamental que la población se relacione con el bosque de otra manera, conozca el riesgo y asuma su responsabilidad. Pueden hacer mucho por sus vidas, por sus casas, por el bosque donde viven y por tanto por las operativos que se enfrentan a situaciones de emergencias muy peligrosas.
Con este fin, hemos creado la calculadora de riesgo, una manera de evaluar el riesgo potencial de incendio forestal para así elaborar un plan para prevenir incendios y para estar preparados en caso de emergencia, lo que se denomina un Plan de Autoprotección.
La lucha contra los incendios forestales, especialmente en áreas de interfaz urbano-forestal, es una responsabilidad compartida entre los poderes públicos y la sociedad civil. El reto pasa por conseguir comunidades organizadas y adaptadas que asuman el riesgo de incendio para prevenirlo y mitigarlo. ¡Protege el bosque, protege tu casa!