Cada vez más incendios devastadores, ¿Qué está pasando?
Son cada vez más frecuentes los incendios devastadores como los ocurridos en Grecia, California (EEUU), Portugal o los que se vivieron en España el octubre pasado. Cada vez hay más episodios de incendios forestales de altísima gravedad con desalojos masivos, pérdidas de bienes, personas fallecidas y miles de hectáreas calcinadas. Estos incendios son la punta del iceberg de la situación de nuestros bosques.
Hoy sigue ardiendo California. A 30 de julio, 38.000 personas evacuadas, 5 personas muertas, casi 42.000 hectáreas, más de 4.000 infraestructuras amenazadas, 1340 estructuras destruidas (viviendas, comercios, etc) e inumerables accesos cortados. Otra emergencia social ocasionada por el llamado Carr, un incendio devastador, que tan sólo está controlado en un 23%.
Son ejemplos de incendios dramáticos que pasan a la historia más reciente. Megaincendios en países con recursos, con grandes dotaciones para la extinción y que, sin embargo, arden durante días, destruyendo inmensas superficies con terribles pérdidas humanas, ambientales y económicas.
Los datos confirman la tendencia
Tras dramas como el reciente vivido en Grecia, es importante estudiar qué ha pasado, el origen del problema, la raíz de estos incendios de alta intensidad, incendios que no son como antes. Una nueva era de incendios que nos dice que sólo la extinción no es la solución y que supone cada vez más un problema de emergencia. Por eso, es realmente es sorprendente (e irresponsable) que Luis Planas, nuevo ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación afirme que no es cierta la percepción de que cada cada vez haya más incendios y sean más grandes. Sr. Ministro déjese de percepciones y vaya a los propios datos del ministerio: en España en 2017 los 56 grandes incendios forestales fueron responsables de la destrucción de casi el 55% de las hectáreas quemadas.
Los incendios han cambiado y es la tendencia que ya estamos viendo. Una nueva era de incendios en una época de grandes infraestructuras y tecnología. ¿Qué está pasando?
Causas que originan los incendios y causas que los propagan
Para hablar de causas de los incendios es importante diferenciar las causas que originan el incendio y las que lo propagan. Cuando hay incendios de alta intensidad se habla la causa que lo originó, fundamental para determinar si son causas naturales (rayo), accidentales o negligencias y poder prevenirlas. De forma sistemática se olvidan las causas que propagan el fuego que serán las que determine que se convierta en un incendio de alta capacidad de destrucción.
Para que el fuego se propague necesitará combustible (es decir alimento: vegetación seca), condiciones meteorológicas que lo favorezcan (temperaturas altas, humedad relativa baja y fuertes vientos) y dependerá de la topografía del terreno.
Es fundamental, actuar en ambas causas: las de origen y propagación en ambos riesgos. De otra manera, independientemente de cómo se haya originado, habrá un incendio difícil de controlar. Por ejemplo, el origen del incendio activo en California ha sido un fallo mecánico de un vehículo. ¿Pero por qué no consiguen apagar el incendio?
De forma “tradicional” se tiene en cuenta la extinción del incendio, sin tener en cuenta el riesgo de la propagación. No podemos actuar en la meteorología ni en la topografía, pero sí en la cantidad de vegetación que se ha ido acumulando y que ha modificado un paisaje sin gestionar, en el que además se insertan cada vez más viviendas.
Éxodo rural, abandono del aprovechamiento de recursos forestales, las políticas de supresión del fuego y la eficacia en la extinción de incendios, han hecho transformado el paisaje con una acumulación de vegetación, además desecada por las olas de calor, es decir: un paisaje inflamable y susceptible de vivir incendios muy peligrosos. Y en este polvorín, se insertan además viviendas (interfaz urbano forestal). Ya tenemos la receta de la emergencia social.
Entender ese cambio es fundamental para poder hacer una correcta gestión de los bosques tanto en prevención como en extinción, sobre todo en las regiones del bioma mediterráneo, donde los veranos son cálidos y secos.
Viendo el mapa del bioma mediterráneo y los últimos incendios vemos claramente la vulnerabilidad de estas regiones.
Fuente. Mediterranean Type Ecosystems. CSIC
Y no sólo en zonas de clima mediterráneo. Los grandes incendios amenazas países norteños que viven con estupor un nuevo problema ambiental. El calentamiento global hace que los bosques estén más secos y vulnerables a los incendios.
En España no se cumple la Ley
Esta vulnerabilidad en España queda recogida en nuestra propia legislación. La Ley de Montes especifica las zonas de alto riesgo de incendio forestal (denominadas ZAR) y los planes preventivos en esas zonas. Por otro lado, la Directriz básica de planificación de protección civil de emergencia por incendios forestales, obliga a las zonas ZAR a planes de emergencia y autoprotección.
Según nuestro último informe Protege el bosque, protege tu casa: en prevención sólo cinco comunidades tienen planes, pero son escasos y no se asegura implementación, el 80% de los municipios en zonas de riesgo no tienen planes de emergencia y los planes de autoprotección son testimoniales.
¿Nos preparamos ante los incendios forestales?
La autoprotección de las viviendas en el monte (interfaz urbano forestal) se refiere a medidas preventivas y a medidas de protección de nuestras casas en caso de incendio. En resumen tener un plan en caso de incendio, que hace que se puedan mitigar el impacto de un incendio porque sí, incendios va a ver. Y si asumimos el riesgo de incendio, la población va a tener una actitud más activa frente a la espera de ser rescatado. Una comunidad preparada contribuye a facilitar las labores de prevención y de los operativos de extinción. Esto se traduce en menos caos, menos consecuencias fatales, menos hectáreas calcinadas. De ahí nuestro lema protege el bosque, protege tu casa.
Aprendiendo de la tragedia de #Grecia, NUNCA debemos abandonar los vehículos o dejarlos estacionados bloqueando accesos. De esta forma tenemos garantizado que #Emergencias NO podrá actuar #IIFF #IUF pic.twitter.com/20ok595B4i
— InfoEmergencias (@InfoEmerg) July 24, 2018
Lo que ha pasado en Grecia puede pasar en España
Tras los incendios, es importante analizar qué ha pasado, el origen del problema, la raíz de estos incendios de alta intensidad,
Las fotografías de abajo son prácticamente idénticas. La de la izquierda en Valencia, la de la derecha Grecia. Poblaciones inmersas en un paisaje continuado por la falta de la gestión forestal de un monte seco por las olas de calor, fruto del cambio climático.
Fuente: Pyro Fire Extinction @PyroFire
La lucha contra los incendios forestales, especialmente en áreas de interfaz urbano-forestal es una responsabilidad compartida entre los poderes públicos y la sociedad civil. El reto pasa por conseguir comunidades organizadas y adaptadas que asuman el riesgo de incendio para prevenirlo y mitigarlo. Es fundamental planes de autoprotección en las viviendas. Fotos del desastre en Grecia nos hablan de ausencia de planes de evacuación, de planificación urbanísticas en zonas de mucho combustible, etc. Un caos difícil de gestionar que puede prevenirse y minimizarse con prevención, gestión de emergencias y autoprotección. En Greenpeace España, hemos creado la calculadora de riesgo de incendios de Greenpeace una manera de evaluar el riesgo potencial de incendio forestal en una vivienda para así elaborar un plan para prevenir incendios y para prepararse en caso de emergencia. De esta forma evitar algunas situaciones como las vividas en Grecia.
Antes-después de la zona del cruce entre las calles Panos y Prousiotisis, en Mati. Viendo las imágenes de Street View, ¿alguno se sorprende ahora del comportamiento del fuego y de las consecuencias? El enemigo es la desidia y vivir de espaldas al riesgo. El fuego el resultado. pic.twitter.com/Y5UDZIMxwG
— David Caballero (@david_gnomusy) July 29, 2018
En esta nueva era de incendios, resulta fundamental modificar el paisaje que circunda las viviendas para dotarlo de condiciones menos propicias a la propagación virulenta de un fuego forestal. Paisajes fragmentados en mosaico, que paren el fuego. Por otro lado, la sociedad civil tenemos el reto de crear de núcleos de población concienciados, autoprotegidos y resistentes al paso del fuego.
Comienza una ola de calor, ¡extrema las precauciones! así evitaremos que se origine un incendio que pueda propagarse en unos bosques cuyo paisaje está sin gestionar y en los que viven/vivimos personas y otros seres vivos.
Comentarios
La lucha contra los incendios forestales ya no debería estar en manos de los cuerpos de bomberos y brigadas forestales solamente, sinó también en manos de la sociedad civil. La gestión forestal, dinamización de economías rurales, conciencia del riesgo para la autoprotección, y governantes que entiendan que los incendios ya no són solamente una catástrofe natural sinó un problema de seguridad nacional és lo que nos hace falta.
Los incendios son provocados por un grupo de personas enroladas con la misteriosa sigla Q