Entrada de blog por José Luis García Ortega - 27-07-2020


Cambio climático: una pandemia sin estado de alarma

Durante años, o más bien décadas, las organizaciones ecologistas, haciéndonos eco del largo y a menudo ignorado trabajo de la comunidad científica; hemos estado avisando de la emergencia climática que se nos venía encima si no actuamos a tiempo. Incluso en Greenpeace llegamos a tener una campaña en los 90 que llamamos internamente “hacer sonar la alarma”. Cuando los hechos van confirmando las predicciones largamente anunciadas, uno se pregunta qué más tiene que pasar para que hagan caso.

Entonces vino la pandemia del coronavirus. Y ahora que llevamos unos cuantos meses de situación absolutamente excepcional e imprevista, podemos mirar atrás y preguntarnos por qué no afrontamos la emergencia climática con la misma contundencia con la que se ha hecho frente a la crisis sanitaria. Hemos encontrado siete elementos de comparación.

  • La crisis del coronavirus ha servido para darnos de bruces con la realidad de lo que es un problema mundial que pone en jaque nuestra salud y nuestra economía, que se extiende muy rápido, del que nadie está exento pero que se ceba sobre todo en la población más vulnerable. Eso mismo se puede decir del cambio climático. El concepto de pandemia referido al coronavirus se parece mucho a lo que significa el cambio climático, con una escala de tiempo mayor, pero con unas consecuencias potencialmente más devastadoras aún.
  • La pandemia vírica tiene un organismo de referencia, la Organización Mundial de la Salud, al que los gobiernos se refieren a la hora de valorar el problema y decidir las respuestas. El equivalente climático más parecido a la OMS sería el IPCC, el grupo científico de Naciones Unidas que asesora a los gobiernos sobre el cambio climático. Ambos sufren el desprecio de gobiernos negacionistas como el de Trump. Los informes del IPCC no son menos contundentes que las advertencias de la OMS, pero no tenemos un Fernando Simón climático que nos informe cada día de la evolución de la crisis.
  • Ante la advertencia de la OMS, el gobierno declaró el estado de alarma. Lo podría haber hecho antes, pero fue cuestión de días. Un par de meses antes, el Congreso había aprobado el estado de “emergencia climática”… 30 años después de la publicación de los primeros informes del IPCC.

23/09/2019. Congreso de los Diputados, Madrid, Comunidad de Madrid, España. ©Greenpeace

Las diferencias son abismales no solo por la velocidad de reacción. La emergencia climática no tiene consecuencias jurídicas inmediatas ni ha provocado todavía grandes cambios en la acción política ni de la sociedad. La emergencia climática aprobada en España incluía 30 medidas de acción prioritaria, 5 de ellas a abordar en los primeros 100 días de Gobierno y la primera de ellas era llevar al Congreso la Ley de Cambio Climático y Transición Energética. Efectivamente, la ley está ya en el Congreso, aunque no sabemos si llegará a aprobarse en todo este año. ¿Qué habría pasado si la respuesta al coronavirus hubiera tenido que esperar todo ese tiempo?

  • El equivalente climático al confinamiento sería suspender todos aquellos consumos de combustibles fósiles no esenciales. Parece una burrada imposible de realizar, pero lo cierto es que durante el confinamiento, debido a la paralización de muchas actividades, sobre todo las de transporte, las emisiones en España se llegaron a reducir nada menos que en un tercio. Las emisiones mundiales podrían ser del orden de un 4% menores este año por la crisis. Sin embargo, y a diferencia del coronavirus, para evitar un cambio climático peligroso (que sería el que derivaría de un calentamiento global superior a 1,5 ºC) la reducción de emisiones tiene que ser del orden del 7% anual cada año, a escala mundial. No basta con un esfuerzo puntual, sino que la respuesta tiene que mantenerse en el tiempo. Pero es factible, en la acción climática hay alternativas que no conllevan la paralización de la economía como con el coronavirus, ya que los servicios energéticos se pueden mantener aún prescindiendo de los combustibles fósiles.
  • Curiosamente, mientras el mundo se afana en la búsqueda contrarreloj de un tratamiento médico frente al coronavirus, no parece que haya la misma urgencia en encontrar una solución al cambio climático. Quizá es porque ya la tenemos. La revolución energética está en marcha y es capaz de transformar el sistema energético para usar energía 100% renovable, de manera eficiente e inteligente, empezando por la electricidad. Ahora bien, que esté en marcha no significa que no tenga obstáculos ni que vaya a la velocidad necesaria, porque ha habido y sigue habiendo poderosas resistencias. ¿Qué pensaríamos si alguien tuviera el tratamiento contra la COVID y no le dejaran aplicarlo? Además, aunque la revolución energética es una pieza esencial del tratamiento contra la pandemia climática, no solo hay que transformar el sistema energético, sino todos los sectores y actividades que provocan emisiones de gases de efecto invernadero, para que a mitad de siglo se reduzcan a cero neto, o sea, que estén por debajo de lo que la naturaleza es capaz de absorber.

 

abril 2020: 416.21 ppm
abril 2019: 413.33 ppm
Ultima actualización: 29 de mayo
Media mensual concentración de CO2

Cuando se discute el programa de recuperación, tanto en España como en Europa, se debería estar planeando eso mismo para la respuesta al cambio climático, antes de que nos arrase como un virus cosa que va a suceder si seguimos ignorando las advertencias científicas y no actuamos para aplanar el pico de la curva. Al menos, se debería aprovechar la oportunidad de dar una respuesta coherente y unificada a ambos problemas. Por eso Greenpeace ha propuesto un plan para darle la vuelta al sistema. Aunque de momento, la respuesta está siendo insuficiente, tanto en la comisión de reconstrucción, como en el difícil acuerdo europeo para la financiación de la recuperación, del que lamentablemente se podrán beneficiar las empresas contaminantes.

  • Y aquí llegamos a la gran diferencia: los intereses económicos. Si frente al coronavirus los gobiernos se han sentido legitimados para tomar medidas contundentes por el bien común, incluso pasando por encima de las implicaciones sobre la economía a corto plazo, frente al cambio climático el bien común se deja de lado para que ganen las grandes corporaciones, que son las que siguen dictando el ritmo y la intensidad de la respuesta climática, sólo pensando en sus beneficios. Las mismas multinacionales (y gobiernos) que han bloqueado el tratamiento climático durante años (incluso han financiado el negacionismo) quieren ahora controlar el tratamiento para que los beneficios sigan siendo suyos.
  • Un interesante artículo planteaba la pregunta ¿Por qué no actuamos igual ante la COVID-19 y el cambio climático? Y daba tres claves de respuesta: el equívoco de los análisis coste-beneficio, el efecto “marco” y el efecto “fecha límite”. Parece como si el cambio climático no tuviese fecha límite, cuando el IPCC lo ha dicho muy claro (tenemos solo una década para bajar las emisiones mundiales a la mitad) o más bien es percibido como no tan urgente como para tomar medidas drásticas. La urgencia es la clave. Solo cuando tomamos conciencia de la urgencia (y por eso hablamos de emergencia climática) surge la fuerza suficiente para anteponer el bien común a los intereses de los lobbies empresariales.

La ventaja con el clima es que conocemos el problema, la causa y el tratamiento. Y tenemos tiempo para aplicarlo. Pero ese tiempo es corto y si no dejamos todo y concertamos toda la acción política y económica para afrontarlo, llegaremos tarde.

El momento de actuar frente al cambio climático es ahora. #REinventaElSistema

 

José Luis García Ortega - autor del blog.
José Luis García Ortega
Licenciado en Ciencias Físicas, especialidad Astrofísica, por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Dirección y Gestión de ONGs por ESADE. Responsable del Programa de Cambio Climático en Greenpeace España. Twitter: @jlgarciaortega
6 posts

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Comentarios

17 comentarios
Maitane 27/07/2020

Es la hora del cambio real ,se nos acaba el tiempo

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Greenpeace España 12/08/2020

💪

Juan Carlos Otazu Pipaòn 27/07/2020

El empeoramiento climático es una realidad que se nos muestra en el día a día , sus efectos son minúsculos ante la fuerza aniquiladora que si no nos ponemos manos a la obra se va a desatar , estamos hiriéndonos de muerte , continuamos con el suicidio colectivo ?

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José Antonio Casas 27/07/2020

Yo me desplazo en bici o a pie, excepto en los viajes que es obligatorio coger el coche, pero siento impotencia para resolver la situación. La humanidad es inconsciente porque manda el capital. Cuando luchar contra el cambio climático de ingresos a las grandes corporaciones y países entonces este problema se resuelve solo.

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Bonnie Vargas 27/07/2020

Gracias por la información, GREENPEACE debe tener un centro en todo país y en estos en todo rincón para difusión ya que el conocimiento es una fuerte arma y herramienta. Ciudadanos del mundo ponemos nuestro granito de arena de diversas maneras para mitigar y adaptarnos al Cambio Climático, sin embargo, se precisa una estrategia global de acción para detener y revertir los impactos ambientales negativos generados por la humanidad sobre el planeta de manera inmediata y concreta, ya no tenemos tiempo, y, GREENPEACE conoce cuales y que, lo que no encuentro es como despertar esa consciencia en quienes podrían aportar con toneladas de arena con solo quitar las toneladas de aportes al Cambio Climatico y se cumplan acuerdos de gobiernos en convenciones y se fuerce a aquellos que se niegan a participar.

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María 27/07/2020

Totalmente de acuerdo, necesitamos cambiar nuestras políticas y forma de vida, ¡ya!, es una emergencia climática que lleva años avisándonos sin que nuestros gobiernos, empresas y sistema se haya planteado un cambio real, efectivo que apueste por un desarrollo sostenible, por la reducción de la contaminación, por el cuidado de nuestr@s bosques, mares y seres vivos que habitan en este planeta. La Tierra puede vivir sin el ser humano pero nuestra especie como otras, necesitan el planeta para su existencia. Urge llegar a formas de vida sostenibles y reducir residuos contaminantes. Aprendiendo a ser una sociedad que reutilice, genere mínimos desechos, evite utilizar productos contaminantes y apueste por las energías sostenibles. No es solo por nosotr@s, es por las futuras generaciones, las demás especies y la naturaleza en sí. Como ser inteligente y racional, es nuestro deber pensar y actuar con estos propósitos. ¡Se lo debemos a la madre Tierra por las maravillas que ella siempre nos ha otorgado!

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Greenpeace España 12/08/2020

💪

José luis Sanmiguel 27/07/2020

La " economia" defendida por los descerebrados como Tram y otros como el, tan inhumanos, la interponen sobre todo y con el poder que tienen no les importa su enorme torpeza y egoísmo sin tener en cuenta el enorme daño que hacen al mundo. Espero que les un buen disgusto su enorme egoismo.

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Elisabeth 27/07/2020

No hay plan B... hagamos que el plan A funcione!!!

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Greenpeace España 12/08/2020

¡exacto!

Siro 29/07/2020

Me temo que con las políticas neoliberales, que se han vuelto a aplicar; a hemos llegado tarde. El futuro tan nefasto que pronosticaba Greenpeace en los años 1990, ya está aquí. (No time to waste) era la frase que circulaba en aquellos años. Han pasado 22 años y estamos peor que entonces. No tenemos remedio. Merecemos extinguirnos.

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Diane Sear 29/07/2020

Tienes razón....nuestra planeta azul, tan fantástica tiene la solucion....

Greenpeace España 12/08/2020

Podemos y debemos cambiar: se puede y hay que hacerlo 💪

Jose Miguel 29/07/2020

Hola! Gracias por el artículo y vuestra determinación en la lucha por la defensa del medio ambiente. Me gustaría saber qué opinión tiene Greenpeace sobre la pandemia, su origen y más que probable creación en laboratorios, las evidencias científicas sobre los test, las desproporcionadas medidas sanitarias y, sobre todo, el clima de miedo y ansiedad que se ha creado y se sigue queriendo mantener a toda costa, en el que los problemas reales del planeta parecen diluirse en esta pandemia de estupidez e histerismo generalizado. Confío en que desde la organización haya una visión clara y objetiva de la situación, y se combata con la misma contundencia y valentía que el resto de cuestiones que afectan al conjunto de seres vivos, incluido el humano. Ánimo y saludos!

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Cathy 30/07/2020

Esto estaba pensando yo. No me parece que el Gobierno haya manejado esta “pandemia”, que no lo es realmente según los propios términos de la OMS. Esta crisis tendrá sus repercusiones a nivel medio ambiental, tan solo por que ha servido de perfecto alibi para retrasar las medidas urgentes que requiere la emergencia climática. Como bien dice Jose Miguel, una histeria colectiva, sin rigor científico y medidas acercándose a la dictadura, utilizando el miedo y la ignorancia para controlar. Greenpeace lo ve todo como un proceso normal? Realmente se cree todo lo que se ha dicho sobre el coronavirus?

elisenda 30/07/2020

En plena crisis Covd19 y con un gobierno que pretende ser aventajado en medidas para apoyar la enegia renovable, lanzan una campaña para mitigar la crisis que consiste en financiar/suvbencionar coches de gasolina y diesel Ya no digo prohibir su venta, ¿pero subvencionalos? ¿con los impuestos de todos vamos a destinar dinero a coprar coches que nos perjudican la salud y al planeta? Mientras la población los compre..... y que hacer? La pedagógía es lenta o insuficiente. ¿Acciones mas visibles? ....

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FER 17/08/2020

El capitalismo manda a pesar de lo autodestructivo que es... Hasta que las renovables no sean un buen negocio la oligarquía del sector energético no actuará a su favor... Por tanto deberían ser los gobiernos y los organismos supranacionales los que deberían liderar el cambio con las herramientas que tienen: regulación, ventajas fiscales, ayudas para la transición, etc... Ahora es el momento de pisar el acelerador hacia el sector de las renovables y también a la gestión de residuos, reciclaje, sector primario ecológico, economía circular, etc A la gente como es lógico le preocupan los puestos de trabajo, por eso es necesaria una transición planificada para que se vaya produciendo un trasvase de puestos de los sectores contaminantes a los sectores "verdes"

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