Cuando tu casa se convierte en un horno
- Desde Greenpeace hemos usado cámaras termográficas para documentar las enormes cantidades de calor que se cuelan en nuestras viviendas por culpa de un mal aislamiento. Esto supone un gran impacto en nuestra salud, física y mental, y una pérdida de dinero para los hogares, que están pagando por enfriar sus casas, mientras aumentan las emisiones de efecto invernadero y los ingresos del oligopolio energético.
¿Llega el verano y sueñas con irte al Polo Norte para no cocerte de calor en casa?
Si en invierno te mostrábamos cómo se te escapaba el calor por ventanas y paredes por culpa de un mal aislamiento, ahora en verano, te mostramos cómo el calor se cuela en tu casa, reduciendo tu calidad de vida, física y mental, y la de tu familia en los días y noches de verano.
El problema se repite: no es tu culpa y tiene solución. El 95% de nuestras viviendas tienen una pésima eficiencia energética. Es decir, vivimos en casas mal aisladas y permeables al calor del verano, lo que nos convierte en vulnerables frente al aumento de las temperatura.
Al debate social sobre el derecho a la vivienda, el futuro que nos ofrece el cambio climático nos debe movilizar a la acción, no solo por las muertes que provocan las olas de calor, sino porque nuestras casas, que son ya nuestro más importante refugio climático, estarán cada vez peor preparadas para darnos la dignidad habitacional que necesitamos con el aumento de las temperaturas. De modo que rehabilitarlas es cuestión ya de salud individual y pública como sociedad; presente y futura, pero también para la salud del planeta.
Una imagen vale más que mil palabras

A peor aislamiento toca elegir: aguantarte y sufrir o más factura eléctrica y emisiones para el planeta. A más calor colándose por ventanas, techos y paredes, más horas necesitarás de aire acondicionado o ventilador. Esto supone más factura de electricidad para enfriar nuestras casas, causando un costoso impacto al planeta por las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas (porque sí, la electricidad todavía se genera con muchísimo gas o nuclear, ambas sucias y peligrosas). Y si no puedes pagarlo, en el peor de los casos y desgraciadamente para millones de familias, nos somete a renunciar a una temperatura de confort adecuada. Carencias que se traducen en nuestra salud física por ausencia de confort térmico, confort acústico, filtraciones de aire, etc. y también en nuestra salud psicológica y somática generando ansiedad, depresión y malestar, entre otras, por estos tórridos días y noches sin descansar.


Foto izquierda: Casa parcialmente rehabilitada con temperaturas máximas de 29.1 ºC
Foto derecha: Casa sin aislar, techo y paredes a 35,5 ºC y 33,3 ºC respectivamente.
¿Qué pedimos desde Greenpeace?
Porque:
- Una casa digna también debe ser habitable, segura y garantizar el bienestar desde el punto de vista de la salud, el confort térmico, y la justicia social (pues nos permite combatir la pobreza energética y desigualdades residenciales)
- Enfriar tu casa no debería ser un lujo. ¿Energía para que se forren las empresas que la venden y especulan o energía como derecho para asegurar el bienestar de todas las personas? (la necesaria, que tampoco es cuestión de derrochar).
- Nuestras casas son nuestro primer refugio climático y también solución al cambio climático pues consumen mucha energía y emiten mucho CO2 a través de la climatización (calefacción y refrigeración), agua caliente y electricidad.
- Hay soluciones técnicas y hay dinero para ello (lo que falta es dirigirlo a políticas públicas y de bienestar social, en vez de a las empresas que causan el cambio climático
- Actualmente se están diseñando diferentes políticas y planes convergentes en materia de vivienda, donde podemos legislar en favor del bienestar de la ciudadanía y no de las empresas que se enriquecen a costa de contaminar el planeta.
Demandamos:
- Una rehabilitación urgente para todas las personas (en alquiler o propiedad) a través de políticas públicas ágiles y accesibles, desde lo estatal a lo local, y priorizando a las personas que más lo necesiten, para asegurar una vivienda digna en su acepción más amplia, más integral.
- Y en el corto plazo: Nunca olvidar la necesidad de soluciones paliativas inmediatas para las personas que más lo necesitan, que garanticen un acceso a servicios básicos energéticos, como el bono social (8 de cada 10 potenciales beneficiarios no lo reciben), tarifas sociales, o la prohibición de cortes de suministro por impago a los hogares en situación de vulnerabilidad.
Comentarios
tengo dudas de si debo aislar mi vivienda con aislante inyectado a la cámara de la pared exterior. ¿Es difícil hacer mediciones para saber por dónde tengo más pérdidas?