En la COP29, los líderes mundiales pueden frenar el cambio climático
A medida que los fenómenos meteorológicos extremos se vuelven más frecuentes e intensos en todo el mundo, desearíamos poder detener el reloj (o incluso ralentizar el paso del tiempo) en el cambio climático. La buena noticia es que no necesitamos una máquina del tiempo para hacerlo.
En este momento se está llevando a cabo en Bakú (Azerbaiyán) la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2024 (conocida comúnmente como COP29). Hoy, 19 de noviembre, los debates se han centrado en la alimentación, la agricultura y el agua. Los responsables de las políticas que se reúnen en estas negociaciones sobre el clima deben reconocer que los sistemas alimentarios son responsables de hasta el 37% de las emisiones de origen humano. Y si empezamos a tomar medidas significativas y a transformar estos sistemas, pueden ofrecer reducciones radicales de las emisiones de gases de efecto invernadero y, al mismo tiempo, restaurar la naturaleza.
Tic, tac… es la hora del metano del ganado
Nuestro margen para limitar el calentamiento planetario a 1,5 ºC se está cerrando rápidamente. Reducir el metano, un potente gas de efecto invernadero 80 veces más potente que el dióxido de carbono (CO2) en un periodo de 20 años, es clave para ampliar ese margen y darnos la oportunidad de salvar millones de vidas y medios de subsistencia de los peores impactos del cambio climático.
Lamentablemente, las emisiones de metano están aumentando más rápido que nunca, lo que hace que el planeta se caliente más rápido. La ganadería es la principal fuente de emisiones de metano de origen humano. Y si bien la COP 29 aborda el tema del metano, los gobiernos aún no han hablado de adoptar medidas significativas para reducir el metano de la ganadería.
El nuevo estudio de Greenpeace Nordic muestra que podríamos eliminar rápidamente el metano de la atmósfera. De hecho, podríamos lograr un efecto de enfriamiento de 0,12 °C con respecto al aumento de temperatura habitual si los países de ingresos altos y medios redujeran la producción de carne y productos lácteos en consonancia con una dieta saludable para el planeta. Esto equivaldría a una reducción del 37% del calentamiento previsto para mediados de siglo, de 0,32 °C, procedente únicamente de la carne y los productos lácteos, según las previsiones de producción y consumo sin cambios.Los científicos estiman que estamos en camino de que el calentamiento global se sitúe entre 2,6 °C y 3,1 °C para finales de siglo. Por lo tanto, cada décima de grado Celsius que reduzcamos ahora, y lo más rápidamente posible, nos permitirá tener una oportunidad de limitar el calentamiento a niveles que la humanidad pueda soportar: es decir, alrededor de 1,5 °C como temperatura media global. Para poner esto en contexto, hasta 410 millones de personas en todo el mundo podrían evitar los impactos del calor extremo para finales de siglo si se evitara un aumento de 0,3 °C en las temperaturas globales.
Cuenta atrás para la COP30
Los gobiernos deben dar un “salto cuántico” (según el informe Emissions Gap) en sus compromisos climáticos, denominados NDC (Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional), antes de la COP30 en Brasil el año próximo. Como parte de este esfuerzo, los países deben establecer metas nuevas y más ambiciosas de reducción de emisiones que se alcanzarán en 2035. Reducir las emisiones agrícolas en general y, en particular, el metano de la producción de carne y lácteos podría ser clave para lograr ese objetivo.
Para lograrlo, debemos alejarnos del modelo industrial destructivo de producción de carne y lácteos que está cocinando el planeta a fuego lento y solo beneficia a las grandes empresas cárnicas y lácteas. Cinco empresas cárnicas y lácteas emiten tanto metano como algunas de las mayores petroleras, pero los gobiernos están haciendo muy poco, si es que hacen algo, para controlar sus emisiones.
En la última ronda de NDC de 2020/2021, solo 12 países incluyeron objetivos de gases de efecto invernadero para la ganadería. A excepción de Nueva Zelanda, el resto de los países no son grandes emisores de emisiones de la ganadería. En la COP 28 del año pasado, cerca de 160 países se comprometieron a incluir las emisiones del sistema alimentario en sus NDC.
¿En qué consisten los recortes ambiciosos y cómo se pueden lograr?
Necesitamos objetivos concretos y ambiciosos para reducir el metano y el óxido nitroso de la agricultura para 2035 mediante la implementación de un cambio de abajo hacia arriba, con plazos determinados, de la agricultura industrial a la agroecología. Los gobiernos deben comprometerse a apoyar un fondo de transición justa para los agricultores y ganaderos, garantizando que los beneficios de ese cambio se compartan ampliamente, apoyando a quienes podrían perder económicamente; y establecer regulaciones que penalicen a las grandes empresas de carne y lácteos por sus emisiones, y que ayuden a los países a realizar la transición a la agroecología y a una dieta donde predominen los alimentos de origen vegetal en esta década.
Debemos hacer todo lo posible para evitar que las emisiones de gases de efecto invernadero sigan aumentando. Poner fin a la sobreproducción cárnica y láctea que sigue enriqueciendo a unas pocas empresas es una forma clave de lograrlo. Los grupos de presión de las grandes empresas cárnicas y lácteas están una vez más en la COP 29, obstaculizando los cambios que necesitamos.
Juntos podemos construir un sistema alimentario verde y justo, donde los agricultores y ganaderos reciban apoyo para poner alimentos saludables en nuestros platos. ¡Es hora de que nuestros gobiernos escuchen que exigimos un cambio! Puedes sumar tu voz al grito “¡Macrogranjas NO!”, que cada vez se escucha más por toda España firmando esta petición. Ya somos más de medio millón de personas, pero necesitamos ser aún más para que nos escuchen aún mejor y pongan en marcha regulaciones más estrictas de las emisiones de las empresas cárnicas y lácteas para detener el crecimiento desenfrenado de la ganadería industrial. ¡Frenemos la emergencia climática reduciendo las emisiones de metano de la carne y los productos lácteos industriales! ¡Hagamos visible su contribución a la crisis climática!
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