Entrada de blog por Maria Prado - 12-01-2021


Filomena, otro golpe de la pobreza energética

Por si no teníamos bastante, el temporal Filomena azota gran parte de la península cubriéndola de frío y nieve. Una cara más del cambio climático mostrando otro fenómeno meteorológico extremo y que será uno de los muchos que seguiremos sufriendo si no dejamos de alterar el clima con nuestras emisiones de gases de efecto invernadero.

Estos días estamos documentando gráficamente los impactos del paso del temporal en la vida diaria de la sociedad. Y anoche en la Cañada Real -Madrid- la población sufrió unos tremendos -11ºC y sin energía. Energía para cubrir una necesidad básica como es la calefacción o la cocina. Necesidades básicas para una vida digna y que debería ser impensable que estén en riesgo. Pobreza energética.

Pero Cañada Real es solo un ejemplo. En España un 15% de la población sufre pobreza energética. Unos 6,8 millones de personas según el Informe de Pobreza Energética en España 2018, de la Asociación de Ciencias Ambientales.

Las medidas a corto plazo impulsadas por el gobierno para luchar contra la pobreza energética (como el bono social eléctrico, la existencia de moratorias o treguas, y el apoyo al pago de facturas), aunque necesarias, no están resolviendo el problema estructural de fondo. Más allá de unos bajos ingresos, persiste una grave deficiencia energética de nuestros edificios, una brecha de género, y un modelo energético que diseña unos elevados precios de la luz, sustentado por un oligopolio energético (las grandes eléctricas, Endesa, Viesgo, EDP, Naturgy, Iberdrola, a las que se han unido petrogasistas como Repsol) que ha dictado históricamente nuestra cultura, política, leyes y economía energética.

Para Greenpeace y para el conjunto de la sociedad es una cuestión de urgencia social empezar a plantearnos que el acceso a la energía no debería ser un producto sino un derecho. Un derecho porque como servicio condiciona y cubre el ejercicio de necesidades y derechos fundamentales como la alimentación, la salud o la educación.

Pero además debemos impulsar una reforma del mercado eléctrico para asegurar el suministro de forma sostenible a todas las personas, en la que la energía deje de estar en manos de unos pocos y se logre una emancipación energética de la ciudadanía gracias a las energías renovables. Renovables que ya son más baratas y accesibles que nunca a través de diferentes fórmulas como el autoconsumo individual o colectivo y otras. Porque además de energía necesitamos que esta sea limpia o seguiremos sufriendo cada vez más desastres climáticos que podrían dejar a Filomena en pura anécdota.

 

Maria Prado - autor del blog.
Maria Prado
María Prado, Ingeniera de Montes por la Universidad Politécnica de Madrid. Responsable de Campaña de Renovables y Transición Energética.
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Comentarios

4 comentarios
Emilio 12/01/2021

Creo desde mí más sincera opinión que los Gobiernos amparándose en la creencia que son intocables están directamente violando o vulnerando los Derechos Humanos que protegen tanto en alimentación como educación y amparo ante las adversidades del clima.
Sin importar los ingresos económicos ya que para eso existen los fondos reservados para solventar todo ello.
Y no por el contrario descaradamente subir la factura de luz justo cuando más se necesita.
Gracias un cordial saludo

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Greenpeace España 13/01/2021

¡Gracias a ti, Emilio!

Wanda 14/01/2021

https://www.elmundo.es/madrid/2020/12/15/5fd7adbefc6c83af798b459c.html

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Juan Carlos Otazu Pipaòn 15/01/2021

Los oligopolios energéticos convierten la necesidad energética en URGENCIA ENERGÉTICA para cada vez más personas demandadoras de energía .

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