Entrada de blog por Mariajo Caballero - 11-03-2022


Fukushima y Ucrania, la amenaza nuclear no desaparece

El 11 de marzo de 2011 un terremoto de intensidad de 9,1 puntos en la escala de Richter seguido de un tsunami en la costa noroeste de Japón se sumaron al error humano para desencadenar la mayor catástrofe nuclear vivida hasta el momento tras la de la planta nuclear de Chernóbil en 1986. La falta de suministro eléctrico en tres de los seis reactores de la central nuclear de Fukushima Daiichi provocó la fusión de sus núcleos y un cuarto quedó dañado también debido a las explosiones de hidrógeno. Hoy, las terribles noticias procedentes de Europa muestran que las centrales nucleares de Ucrania corren un grave riesgo como consecuencia de la guerra, recuerdan los acontecimientos de marzo de 2011.

Once años después, Greenpeace reitera su más sentido pésame a quienes trágicamente perdieron la vida y el más sincero respeto a quienes, a pesar de su profundo dolor, han seguido adelante hasta hoy. Aunque continúan existiendo numerosos retos en la zona, como los riesgos que conlleva el agua contaminada, los avances en la recuperación en estos 11 años de las áreas afectadas por este desastre a pesar de las crisis sin precedentes de un gran terremoto, tsunami y accidente nuclear, proporcionan esperanzas para el futuro.

 

El Sr. Haruo Ono, un pescador de la ciudad de Shinchi, expresó su profunda decepción y enojo. «Hemos estado tratando de mantener viva la pesca en Fukushima durante una década. Si el agua contaminada se vertió en el océano, nunca podremos recuperarla. ¿Por qué se apresuran a liberar el agua?»

Pero a medida que los recuerdos del desastre y el accidente se desvanecen, nos enfrentamos a un grave problema. Todavía hay 59 reactores nucleares en Japón (incluidos aquellos que están cerrados permanentemente). A fines de febrero de 2022, diez de ellos habían reiniciado sus operaciones

 

Gobiernos y empresas eléctricas en distintos lugares del mundo están promoviendo la idea de que las centrales nucleares serán una de las soluciones clave para la descarbonización.

 

Sin embargo, la generación de energía nuclear nunca debería ser una solución para la descarbonización y el cambio climático. Si bien las plantas de energía nuclear pueden generar enormes cantidades de electricidad, también conllevan riesgos inasumibles. Dichos riesgos no solo se limitan a los desastres naturales y las crisis humanitarias como Fukushima, sino que podrían aumentar significativamente el peligro durante los conflictos, como en el caso de la situación de la planta de energía nuclear de Zaporiyia en Ucrania a principios de este mes.

 

El conflicto armado en Ucrania nos está permitiendo ver las enormes y profundas consecuencias humanitarias de las guerras y también la grave dimensión que supone el peligro nuclear. Greenpeace está siguiendo muy de cerca la amenaza que los combates están provocando para los 15 reactores nucleares que generan la mitad de la electricidad que consume Ucrania. También seguimos con preocupación el estado de la central nuclear de Chernóbyl que fue devastada por el catastrófico accidente de 1986. 

 

Hace pocos días la central nuclear de Chernobyl fue ocupada por las tropas rusas. Desde entonces, los 210 técnicos y guardias encargados de mantenerla a salvo no se han tomado un descanso adecuado. Además, una combinación de otros factores ha aumentado los temores de fugas radiactivas. No hay posibilidad de una fusión nuclear: el último reactor se cerró hace más de dos décadas. Pero para agravar las preocupaciones están los problemas con las comunicaciones y la electricidad.

 

Sabemos, a través de la OIEA, que se ha perdido la transmisión de datos de los sistemas de monitoreo instalados en Chernobyl. Y también sabemos, por la información facilitada por la empresa estatal de energía nuclear, Ukrenergo, que el pasado miércoles se desconectó una línea eléctrica de alto voltaje que conecta Kiev y Chernobyl. Esto ha obligado a depender de generadores diésel para obtener electricidad y existe la preocupación de que se pueda producir una interrupción en el funcionamiento de las bombas de enfriamiento para el combustible nuclear gastado acumulado en la central que, según el ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, sólo podrían alimentar la central nuclear durante 48 horas y que después de eso, los sistemas de enfriamiento de la instalación de almacenamiento de combustible nuclear gastado se detendrán.

 

Una de las conclusiones que nos permite sacar este trágico conflicto es que, en materia energética, no existe fuente de energía más peligrosa que la nuclear, y que cualquier ataque o daño, aunque sea no intencionado, puede desencadenar una catástrofe sin precedentes, como Greenpeace ha advertido en un detallado análisis de los riesgos para la central nuclear de Zaporiyia, la mayor de Europa, que ha sido tomada por las fuerzas rusas.

Hace once años, la catástrofe nuclear de Fukushima Daiichi no fue provocada por la guerra, sino por las fuerzas de la naturaleza, pero en ambas situaciones, las consecuencias humanas y ambientales de la energía nuclear son devastadoras e inasumibles.

 

Nuestra solidaridad con todas las víctimas en Fukushima.
Nuestra solidaridad con todas las víctimas en Ucrania.
Mariajo Caballero - autor del blog.
Mariajo Caballero
Bióloga especializada en Zoología por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Dirección y Gestión de ONGs por ESADE. Responsable del área de Respuesta Rápida en Greenpeace España. Twitter: @mjocaballero
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Comentarios

2 comentarios
hermafrodita 12/03/2022

i NO A LAS CENTRALES NUCLEARES !
NO OLVIDO HIROSHIMA Y NAGASAKI , MÁS LAS CENTRALES NUCLEARES , CUYO MAL FUNCIONAMIENTO , HA REPERCUTIDO GRAVISIMAMENTE EN SERES VIVOS Y MEDIÓ AMBIENTE , TRAYÉNDONOS DESASTRES CUYAS SECUELAS A DÍA DE HOY DESGRACIADAMENTE PERSISTEN .
HAY QUIÉNES DESGRACIADAMENTE PROLONGAN LA GUERRA .
i PARARLA SE PUEDE PARAR ! LA OBJECIÓN DE CONCIENCIA ES UN PRIMER PASÓ . NO CAIGAMOS EN LA TRAMPA , DE QUIÉNES NOS QUIEREN HACER CREER UE LA GUERRA ES NECESARIA . LO QUE ES NECESARIO , ES QUE SE SIENTEN A DECLARAR YA UNA PAZ DEFINITIVA .
i GUERRAS NO !

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Greenpeace España 14/03/2022

¡NO!

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