Greenpeace también hace orgullo
Hoy 28 de junio se celebra nuevamente el Día Internacional del Orgullo y Greenpeace se suma a esta celebración cuando aún resuenan los ecos de las reivindicaciones feministas de marzo. La idea de un mundo más ecológico y en paz tiene como principios esenciales la construcción de sociedades más sanas, más justas y más desarrolladas social, económicamente y ambientalmente y esto no es posible con cualquier discriminación en base a origen, creencia, raza, género o identidad sexual. Todo forma parte de un mismo grito de rebeldía: queremos un mundo mejor y en este mundo mejor caben todas las opciones.
La fecha elegida es el inicio de la conciencia de comunidad. Hasta ese fatídico -y glorioso- 28 de junio de 1969 las personas homosexuales neoyorquinas habían asumido pasivamente las palizas y abusos que sistemáticamente les infringía la policía, pero esa noche algo cambió y ya nada volvería a ser igual. Personas travestidas, negras e hispanas iniciaron manifestaciones espontáneas de protesta contra las redadas de la policía. Por primera vez los gays y lesbianas de Nueva York hicieron frente a obstáculos de índole generacional, de clase y de género para formar una comunidad cohesionada en base a la identidad sexual. Desde ese día comenzó el proceso por el que tener una identidad sexual diferente y, en algunas circunstancias, minoritaria, no solo no es motivo para sentirse inferior, sino que incluso es posible llevarlo con orgullo. El concepto de dignidad es esencial para seguir adelante.
En muchos países la situación para las personas homosexuales aún hoy sigue siendo trágica: leyes de escándalo público, cárcel, pena de muerte, violaciones grupales y programadas, torturas, desapariciones, mutilaciones sexuales… Estas medidas represivas, sumadas a otras variables de discriminación social, agravan la situación de exclusión, creando personas marginadas dentro de la marginación: comunista y gay, mujer negra y lesbiana, refugiado transexual, pobre y homosexual, etc.
Muchas de las personas vinculadas a Greenpeace nos identificamos con diferentes identidades y opciones sexuales, por lo que no se nos puede pasar por alto que en muchos de los países en los que trabajamos se dan circunstancias de marginación frente a las que no nos podemos mantener indiferentes. Nuestra presencia en estos países supone una oportunidad para desde la ejemplaridad, la rebeldía y la reivindicación, hacer que todas las personas puedan tener la libertad para vivir su vida sin sentir ningún tipo de represión, pero también que nuestro públicos en estos países sean conscientes de que la lucha medioambiental, sin justicia social no es posible.
En nuestro entorno muchas personas, sobre todo jóvenes, consideran que la lucha ha finalizado y que pocas cosas tienen en común con este histórico dramático. Este es el mayor riesgo: perder el concepto de comunidad, de orgullo compartido en base a una identidad sexual y de género diferente. No podemos olvidar que la homosexualidad aún es ilegal en más de 70 países y el 40% de las personas del planeta viven en lugares donde es perseguida, o que en nuestro país los adolescentes transexuales siguen muriendo en nuestros institutos perseguidos por los prejuicios. Tampoco debemos pasar por alto que el bullying por identidad sexual y de género continúa siendo la principal causa de suicidio infantil, o las más de 239 agresiones homófobas que se produjeron a la largo del año. Todo esto es solo la punta del iceberg, ya que son muchas las personas que no denuncian precisamente por miedo o por vergüenza. La plumofobia, la homofobia y la transfobia siguen siendo una barrera social para muchas personas.
Greenpeace es diversidad y apoya el Día del Orgullo. Porque defender la libertad de identidad y de género es una cuestión de justicia social. Porque la homofobia en España puede ser un odio al alza. Porque casarse o formar una familia no puede continuar siendo noticia. Y porque, desde luego, la identidad sexual y de género no puede ser delito ni motivo de discriminación en ninguna parte del mundo.
Feliz Orgullo.