La Primavera según Repsol
El 22 de febrero Repsol presentó sus resultados de 2023. Pero también actualizó su estrategia hasta 2027 y su hoja de ruta para un “futuro verde en 2050”. Pongámonos nuestras gafas de bucear a prueba de petróleo y lavado verde, y veamos los trucos que se esconden tras la “Primavera” según Repsol.
Plan Repsol 2024- 2027: perforar hasta sacar flores
Repsol presentó su plan estratégico hasta 2027. ⚠Spoiler: drill baby drill! o en castellano ¡perfora, cariño, perfora!. Y es que planea inversiones en nuevos pozos en EE.UU., México, Brasil y Libia.
En un ejercicio de cinismo afirma que las emisiones asociadas a sacar el petróleo y el gas van a ir disminuyendo. Aumentar la extracción de petróleo y gas y disminuir las emisiones parece imposible. Pero en la Primavera según Repsol todo es posible, el truco es no hablar de emisiones absolutas sino de Intensidad de Carbono (gCO2e/barril e) de producción. Esta “contabilidad creativa” de carbono les permite mantener o aumentar la extracción fósil cada año mientras consiguen que las emisiones por barril sean menores. En su plan dice que pretende disminuir un 33% la intensidad de carbono de sus activos en los cuatro próximos años gracias a las medidas de eficiencia.
Esta creatividad contable es particularmente sorprendente cuando aumenta la apuesta de Repsol por el petróleo y gas no convencional (mayoritariamente fracking) en EE.UU., una técnica particularmente sucia, cargada de emisiones y consumo de agua. Repsol planea invertir unos 2.200 millones de euros en sus pozos en Eagle Ford y Marcellu (EE.UU.) entre 2024-2027. Por comparar: las emisiones de extracción de petróleo y gas no convencional (fracking) son más del doble que las convencionales. Si incluimos las emisiones fugitivas de metano el potencial es aún mayor.
Hoja de Ruta 2050 Repsol: la primavera infinita
Por último el 22 de febrero Repsol aprovechó para describirnos su “primavera soñada” en 2050, un horizonte futuro donde la demanda energética sigue subiendo y el petróleo y gas aún juegan un rol fundamental. Al mismo tiempo la compañía apuesta por alcanzar las cero emisiones netas en 2050. Todo en la hoja de ruta es contradictorio y con más trucos como un show de magia.
![](https://es.greenpeace.org/es/wp-content/uploads/sites/3/2024/03/REPSOL-escenarios-carbono-500x427.png)
La hoja de ruta de Repsol es inviable con un clima seguro pues contradice el ABC de la acción climática. Es decir, a la hora de establecer una senda de descarbonización no solo importa el objetivo final (cero neto en 2050, que es el objetivo mínimo que nos exige la ciencia) sino cómo llegues a él. Cuanto más tardemos en reducir las emisiones de CO2, antes consumes tu presupuesto de carbono y más abrupta has de hacer la transición; e incluso, implica que aunque llegues al objetivo en tiempo y forma, has vertido demasiado CO2 en el camino y el planeta se ha calentado más de lo seguro. Resumiendo: freímos el planeta.
Además la disonancia entre el futuro cercano a años vista y el futuro a medio plazo es bochornosa. Sus objetivos de reducción de emisiones a corto plazo son decepcionantes, sólo un 15% en 2025 y un 28% en 2030. Los objetivos más “duros” de reducción los deja para 2040 (55 %) y 2050 (100 %). Entendemos que la actual dirección de Repsol deja el “marrón” de cambiar de modelo de negocio al futuro y posiblemente a otro consejo de administración, pues estas reducciones ambiciosas de emisiones afectarían realmente a su cuenta de resultados y a las retribuciones a sus accionistas, dado que su actual modelo de negocio basado en los combustibles fósiles es muy rentable.
![](https://es.greenpeace.org/es/wp-content/uploads/sites/3/2024/03/REPSOL-objetivos-reduccion-intensidad-carbono-730x596.png)
Además, en la hoja de ruta, Repsol emplea el mismo truco de no hablar de emisiones sino de Intensidad de Carbono como en su estrategia a 2027. Empleando su Indicador estrella de Intensidad de Carbono Global (IIC, gCO2e/MJ) en lugar de emisiones absolutas para su senda de descarbonización. Por si fuera poco, cuando en algún rincón de su informe de gestión hablan de emisiones, solo incluye el alcance 1 y 2 (las emisiones producidas durante su extracción, procesado y venta), es decir no incluyen el alcance 3, que es el producido por la quema del combustible en sí. Este juego de manos con el carbono les permite seguir sacando gas y petróleo hasta el 2050 mientras consigan que las emisiones por la extracción transporte y refino de cada barril sean cada vez menores. Esto es tramposo y les permite integrar falsas soluciones en la captura y almacenamiento de carbono o CAC ya sea en bosques o en el subsuelo.
![](https://es.greenpeace.org/es/wp-content/uploads/sites/3/2024/03/REPSOL-cero-emisiones-netas-2050-730x265.png)
En resumen, tras hacer malabares con las emisiones que plantea Repsol en sus resultados y planes estratégicos se esconde una cruda realidad. Repsol no tiene ninguna intención de priorizar la descarbonización y el bien de la sociedad frente a sus beneficios fósiles, la retribución a sus accionistas.
Conclusiones de la primavera según Repsol
- Un plan de verdad. El plan de descarbonización de Repsol es tramposo y deja a las décadas siguientes los cambios relevantes y en ningún caso pretende abandonar totalmente los fósiles. Repsol necesita una auditoría de su plan estratégico y se ve obligada a presentar un plan de descarbonización alineado con el Acuerdo de París asumiendo la responsabilidad completa de las emisiones del combustible que vende (Alcance 1+2+3).
- Un plan vinculante. Repsol no va a cambiar sola, es necesario que el Gobierno, sus accionistas, sus clientes y la sociedad en general la hagan cambiar acorde a su nuevo plan, reduciendo su inversión en sus proyectos de extracción de hidrocarburos y la extracción diaria en sí de hidrocarburos.
- Un plan de transición justa. La transición a soluciones eléctricas renovables que provean servicios energéticos esenciales, que ahora proveen los fósiles, requiere grandes inversiones cuyo coste no tiene por qué recaer sobre los usuarios y la sociedad. Dado que Repsol y sus accionistas tienen una deuda histórica con la sociedad por todas las emisiones desde hace décadas, es Repsol quien ha de arrimar el hombro, y en línea con la actual ley 38/2022 sobre los beneficios extraordinarios, pagar a través de impuestos parte de esta transición.
Comentarios
Repsol nos lo pone crudo .
NO A LAS GUERRAS .
Esto deberia saberlo todo el mundo y deberíamos actuar a título individual, no dando nuestro dinero a quienes persisten en un modelo de negocio destructivo y lejos de rectificar, lo disfrazan para persistir.
Tambores de guerra se escuchan cada vez con mayor frecuencia . Las armas bélicas se cotizan al alza , prolongadoras de calamidades inhumanas . Hay quienes se preparan para una guerra global , haciendo valer su supuesta fortaleza armamentística , en sus delirios por perpetuarse como dominadores del planeta .
No olvidemos que las guerras nos inhumanizan por completo . Nos convierten en esclav@s de la bestia .