Entrada de blog por Luís Ferreirim - 09-10-2024


Las olvidadas fábricas de cambio climático

Hoy en día ya no hay duda de que el extraordinario calentamiento global del planeta está provocado por la actividad humana. Las consecuencias de la crisis climática en la que estamos inmersos son cada vez más evidentes e incluso están superando las estimaciones de la ciencia. La buena noticia es que aún estamos a tiempo de evitar las peores consecuencias del cambio climático, pero para ello debemos reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de todos los sectores, sin excepciones, de forma urgente.

Porcentaje de las emisiones anuales de metano estimadas por sector
Porcentaje de las emisiones anuales de metano estimadas por sector (2017, excl. Oceanía, copiado de PNUMA (2022), citando a Saunois et al. 2020).

Y, en los últimos años, la producción y el consumo de alimentos de origen animal ha crecido considerablemente y la ganadería es ya la mayor fuente de las emisiones de metano de origen humano. En este sector no cabe duda de que fue el crecimiento descontrolado y desmesurado de la ganadería industrial y sus macrogranjas – auténticas fábricas de cambio climático – el gran responsable del incremento de estas emisiones.

En España, ocurre exactamente lo mismo. La ganadería es ya la responsable del 62% de las emisiones de metano (40,2% provienen del proceso digestivo de los rumiantes, principalmente del vacuno, y 20,4% de los excrementos de los animales, principalmente del porcino) y del 75% de las emisiones totales del sector agrario.

Y, ¿por qué poner el foco en el metano?

La comunidad científica coincide en que el metano, un potente gas de efecto invernadero, es 80 veces más potente que el dióxido de carbono (CO2) a la hora de calentar el planeta. Por lo que en 20 años, debe reducirse rápidamente durante esta década para evitar los peores efectos del cambio climático. La buena noticia es que mientras el dióxido de carbono permanece en la atmósfera durante siglos, el metano desaparece en 12 años. Si empezamos a reducir sus emisiones, podría producirse un rápido efecto de ralentización en el aumento de la temperatura global del planeta.

Sin embargo, a pesar de que la ciencia señala a la ganadería como la mayor fuente de metano de origen humano, poco o nada se está haciendo globalmente para reducir las emisiones de este sector. En España, el recientemente publicado Plan de Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) no establece objetivos de reducción del metano y las medidas para reducción de emisiones del sector agrario son claramente insuficientes.

Las grandes empresas cárnicas y lácteas bloquean el cambio

Por desgracia, las empresas cárnicas y lácteas tienen poco interés en cambiar su modelo productivo, pues les da ingentes beneficios económicos. Por un lado, exprimen a los productores y les obligan a entrar en un ciclo vicioso del cual no consiguen salir – grandes inversiones, endeudamiento, dependencia de las grandes empresas, etc. – y por otro ofrecen productos muy baratos que llevan al incremento de su consumo. Para empeorar las cosas, las grandes empresas cárnicas y lácteas presionan activamente a los políticos para evitar o al menos retrasar cualquier regulación del sector ganadero y los gobiernos son altamente permisivos para con este sector. 

Y estas empresas, con sus prácticas, están ganando una dimensión estratosférica Y, por supuesto, no están solas. Las cinco mayores empresas emisoras de metano del sector cárnico y lácteo son JBS, Marfrig, Minerva, Cargill y Dairy Farmers of America, que juntas superan las emisiones de metano declaradas por algunas de las mayores corporaciones del sector de los combustibles fósiles como ExxonMobil, Shell o BP. Se da la circunstancia que entidades financieras con sede en España, como el Banco Santander, prestan servicios financieros a esta industria, concretamente a JBS, Marfrig y Minerva, responsable también de problemas globales como la deforestación en Brasil, convirtiéndose en corresponsables de este grave problema.

¿Cuál es la solución?

Hoy, Greenpeace ha publicado «Bajar la temperatura: Echar el freno a la emergencia climática por parte de la industria cárnica y láctea» un informe pionero, que muestra cómo podríamos frenar el calentamiento del planeta. Las demandas propuestas en el informe son nuestra mejor oportunidad para activar los cambios necesarios que tienen el potencial de salvar millones de vidas y el planeta. ¿Cómo? ¿Acabando con los combustibles fósiles? Sí. Pero también hay algo más que se puede hacer: los políticos deben frenar la expansión de la ganadería industrial, reducir la cabaña ganadera en intensivo, fomentar la adopción de dietas donde predominan los alimentos de origen vegetal, ecológicos, locales y de temporada y hacer la transición a un nuevo sistema alimentario que pone en el centro a las personas – también las personas productoras – y la naturaleza.

¿Qué puedes hacer tú?

No necesitas ser un activista de Greenpeace para ayudar a que las empresas cárnicas y lácteas dejen de obstaculizar la urgente y necesaria transición del sistema alimentario. Puedes sumar tu voz al grito “¡Macrogranjas NO!”, que cada vez se escucha más por toda España firmando esta petición. Ya somos más de medio millón de personas, pero necesitamos ser aún más para que nos escuchen aún mejor y pongan en marcha regulaciones más estrictas de las emisiones de las empresas cárnicas y lácteas para detener el crecimiento desenfrenado de la ganadería industrial.

Por otro lado, puedes empezar hoy mismo a reducir tu consumo de alimentos de origen animal y apostar por aquellos que provengan de la ganadería extensiva de base agroecológica. Cada pequeño gesto se puede convertir en un gran cambio si muchas personas nos sumamos.

Luís Ferreirim - autor del blog.
Luís Ferreirim
Licenciado en Filosofía por la Universidade Nova de Lisboa. Post-grado en Filosofía de la Naturaleza y del Medio Ambiente por la Universidade de Lisboa. Responsable de la Campaña de Agricultura en Greenpeace España. Twitter: @LFerreirim
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Comentarios

1 comentario
MARIAN 09/10/2024

Salvemos la agricultura y ganadería ecológica, y evitemos los gases invernadero.

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