Llevamos la DANA de Valencia a la COP29
La emergencia climática ya no es algo “que vendrá”: está aquí y ahora. La emergencia climática es un peluche en forma de tortuga encontrado en mitad del barro que algún niño perdió durante la DANA en Sedaví, Valencia. Es un cuaderno y una zapatilla destrozados por el lodo que no sabemos de quiénes son o de qué casa vendrán. Lo que sí sabemos es que las familias a las que pertenecían habrán perdido una parte muy importante de su vida.
Estos objetos simbolizan a las víctimas de este devastador fenómeno meteorológico, entre ellas ancianos, algunos de los cuales han perdido su casa y sus pertenencias construidas con enorme esfuerzo durante toda una vida, y niños, que pagan el precio de una crisis que no han provocado, y que ha causado 220 víctimas humanas hasta la fecha.
Semana decisiva, lobby petrolero
En esta semana decisiva de negociaciones finales, desde Greenpeace hemos llevado hasta Bakú (Azerbaiyán) restos de desastres climáticos ocurridos en cinco continentes. Vestidos con nuestras camisetas de MAKE POLLUTERS PAY (hacer pagar a los contaminadores), los representantes de Greenpeace en esta Cumbre del Clima hemos mirado a la cara a los lobistas de la industria fósil y hemos mostrado en la sede de la COP29 objetos personales y restos de la devastación en islas del Pacífico, Brasil, Filipinas, Austria, Italia, Bélgica, Indonesia, Sudáfrica, Camerún y España, para exigir a la industria fósil que pague por la crisis climática, de la que es la principal responsable. A la COP29 han acudido alrededor de 1.800 lobistas de la industria fósil, y hemos querido traerles pruebas de la destrucción y la desgracia humana que causa el uso del carbón, el gas y el petróleo.
Frenar el cambio climático salva vidas
En 2023, se emitieron en el mundo 53.000 millones de toneladas equivalentes de CO2, 1,9 % más que el año anterior y más que nunca en la historia de la humanidad. Como resultado, las concentraciones atmosféricas de gases de efecto invernadero aumentaron sustancialmente, potenciando el efecto invernadero natural, lo que puede afectar negativamente la vida en la Tierra. Seguimos agravando el problema cuando deberíamos ya estar poniéndole freno
La DANA que ha azotado España, y cuyas dramáticas consecuencias seguiremos sufriendo mucho tiempo, debe suponer un antes y un después en la lucha contra la crisis climática. De ella debemos extraer aprendizajes importantísimos: para mitigar el cambio climático, es urgente reducir las emisiones, hasta llevarlas a cero, y para ello, hay que abandonar el carbón, el gas y el petróleo, principales responsables de esas emisiones. Debemos invertir en nuestra supervivencia y emplear recursos ingentes en adaptarnos a aquellos impactos del cambio climático que ya están aquí. Y para prevenir y adaptar hace falta inversión pública y que los que contaminan, como las grandes corporaciones fósiles, paguen.
Necesitamos un acuerdo sobre financiación
La COP28 comprometió a los países a un abandono gradual y justo de los combustibles fósiles. En esta COP el tema central es la financiación. El sufrimiento que están viviendo miles de personas en nuestro país tras el paso de la DANA más destructiva que recordamos tiene que servir como acicate para que el Gobierno español lidere la lucha por el clima. Tanto la ministra Ribera como el presidente, Pedro Sánchez, han manifestado la importancia del principio de “quien contamina paga”. Es el momento de que España lidere las negociaciones para conseguir un acuerdo sólido que haga realidad este principio y obligue a la industria fósil, que obtiene enormes beneficios por su actividad contaminante, a pagar por el daño causado.
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