El Gobierno presentó ayer el Plan de Recuperación que llevará a Europa para acceder a los 140.000 millones de euros asignados para la reconstrucción tras la crisis del coronavirus. Los números impresionan. En tres años se gastarán 76.000 millones en inversiones – 27 millones se adelantarán ya en los próximos Presupuestos Generales – se crearán 800.000 empleos y el 37% del total se destinará a la transición ecológica.

El Plan define cuatro ejes principales, uno de ellos dedicado a la inversión verde, y diez políticas palanca que inciden directamente en los sectores con mayor capacidad de transformación económica y social. Entre estas políticas se encuentra la Agenda urbana y rural que concentra en torno al 16 % de los recursos y entre sus objetivos está crear ciudades más limpias y cómodas y evitar el despoblamiento rural. La política dedicada a infraestructuras y ecosistemas resilientes que cuenta con el 12% de los fondos para promover la movilidad sostenible y el cuidado de los ecosistemas o la transición energética y justa hacia un sistema renovable con el 9% de los fondos. La modernización del sistema fiscal, con un aumento de la progresividad y la redistribución de los recursos y la sostenibilidad también será otra de las diez palancas.

Hay más cifras: se restaurarán 10.000 hectáreas de humedales, 5000 km de cauces de ríos, se instalarán 100.000 puntos de recarga eléctrica y habrá 250.000 vehículos eléctricos nuevos en 2023 entre otras.

Un verdadero plan Marshall verde para recuperar la economía que en grandes líneas suena bien. Desde Greenpeace creemos que los ejes y las políticas palanca propuestas van en la línea adecuada, sin embargo; debemos recordar que la clave del éxito es que todas estas inversiones sirvan para que realmente haya un cambio y una verdadera transformación de la economía para que vaya de la mano de la vida y el planeta. Las inversiones no pueden servir para seguir subvencionando combustibles fósiles ni falsas soluciones. No es tiempo de greenwashing. Tenemos una oportunidad única y para ello es importante que cuando se empiece a concretar el destino de los fondos en proyectos todos apunten en esta dirección.

Pero ahora la mirada todavía está en Europa

El dinero para llevar a cabo este Plan no comenzará a llegar a nuestro país hasta enero de 2021 y en estos momentos aún se están debatiendo en el Parlamento Europeo las condiciones del Fondo de Recuperación y Resiliencia del que se nutrirá el Plan de Recuperación anunciado. Algunas de las cuestiones sobre las condiciones de este Fondo tienen que ver directamente con la inversión verde y con la aprobación de un listado de actividades excluidas de la financiación por no cumplir estrictas condiciones climáticas y ambientales, como es el caso de las que utilicen combustibles fósiles. También se decidirá el porcentaje del Fondo que se debe dedicar para afrontar la crisis climática y ambiental, actualmente en un 30% y que debería aumentar hasta un 50%.

Nos queda un trimestre de gran debate económico sobre la recuperación verde. De las condiciones que tenga el fondo dependerá también que los proyectos que se aprueben nos lleven a una verdadera transformación del sistema. Por eso nuestra mirada las próximas semanas estará allí.