Entrada de blog por carmen - 28-11-2024


Todas las esperanzas puestas en Belem

Decepción

Decepción. Es la palabra que mejor define el cierre de la 29ª Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que durante las últimas dos semanas se ha desarrollado en Bakú (Azerbayán). Que la sede elegida para la celebración del encuentro fuese una de las principales ciudades petroleras del mundo podría ser presagio del frustrante desenlace, marcado por un acuerdo muy alejado de las demandas por parte de la sociedad civil para que la población más vulnerable pueda hacer frente a la crisis climática. Del billón de euros de financiación pública requerido, el objetivo establecido se ha quedado muy lejos: la cantidad acordada han sido 300.000 millones de dólares. Y es todavía menos ambiciosa porque se ha acordado que solo se llegue a esa cifra en 2035. Además, incluye financiación pública y privada, cuando la demanda del billón se refería únicamente a financiación pública. Eso hace que el objetivo sea menos de una décima parte de lo demandado, cálculo que se basaba en estudios sobre las necesidades reales.

De hecho, el propio acuerdo reconoce que las necesidades actuales de financiación climática alcanzan los 900.000 millones anuales. Entonces, ¿a qué viene la irrisoria cifra pactada? Como sugiere Pedro Zorrilla Miras, representante de Greenpeace España en la COP29, si el argumento de los países del norte es la falta de fondos públicos para la financiación climática internacional, solo hay que recordarles los millones de dólares de beneficio que cada año obtienen las compañías de petróleo y gas. ¿Por qué no pasarles, por fin, la factura de la crisis climática que han provocado?

Letur, Albacete.

El compromiso alcanzado en la cumbre resulta aún más decepcionante y doloroso, si cabe, al producirse a escasas semanas de las trágicas consecuencias del paso de la DANA por el este peninsular. Una vez más, la sensación es que los principales responsables de estos fenómenos se van de rositas: «No podemos olvidar que los verdaderos culpables están en la industria de los combustibles fósiles, origen de la destrucción de la naturaleza y la desesperación de las poblaciones que sufren la crisis climática, que se esconde detrás de la baja ambición de los Gobiernos. No se puede permitir su presencia en estas cumbres. Los líderes mundiales deben tener la valentía de ponerse en el lado correcto de la historia», explica Zorrilla Miras.

Precisamente para remarcar la emergencia climática y señalar a sus verdaderos responsables, los miembros de Greenpeace desplazados a Bakú escenificaron las terribles consecuencias que acarrea la actividad de estas industrias, portando objetos personales de víctimas de fenómenos climáticos ocurridos en 10 lugares del planeta. Entre ellos, un peluche con forma de tortuga encontrado entre el lodo en la localidad valenciana de Sedaví, una de las más afectadas por la DANA. Aunque, a tenor del resultado de la cumbre, parece que los destroyers no se dieron por aludidos. O, al menos, no lo suficiente como para tomar las medidas necesarias para frenar esta emergencia cuanto antes.

Seguro que las conclusiones de la COP29 han caído como un jarro de agua fría entre las decenas de voluntarios que durante estos días están ayudando a los damnificados de la DANA. Personas que, en casos como el de Lourdes y Fede, acumulan años de activismo y que ahora han experimentado in situ las consecuencias del cambio climático. «Está claro que no es algo que sufriremos en el futuro, sino que está aquí ya, con su cara más devastadora. Te puede golpear y cambiar la vida de un momento a otro», coinciden los voluntarios.

Siempre nos quedará Brasil…

Sin embargo, de Bakú no solo llegaron malas noticias. Pese a que el resultado final no está a la altura de lo esperado al no alcanzar el mínimo necesario para combatir la crisis climática, en la COP29 la voz de la sociedad civil se sintió con fuerza a través de las numerosas protestas pacíficas, y muy creativas en algunos casos.

Además, pese a la presencia de los grupos de presión de los combustibles fósiles, se consiguió evitar retrocesos en lo que respecta a la decisión alcanzada en el COP28 de dejar atrás los combustibles fósiles. Un logro nada desdeñable visto lo visto. Esto aumenta las expectativas puestas en la siguiente cumbre, que se celebrará en Belem, en el Amazonas. «Vemos que a nivel mundial cada vez se entiende más la relación entre clima y biodiversidad y se ve la necesidad de construir puentes entre las cumbres internacionales de ambos temas. La próxima cumbre será la ocasión de conectar las luchas por el clima y por la biodiversidad. Esperamos que Brasil muestre un verdadero liderazgo en la lucha contra el cambio climático mundial. Persistiremos en nuestras demandas», concluye An Lambrechts, experta en Políticas de Biodiversidad de Greenpeace Internacional.

La industria fósil nos ha hecho creer que la acción climática tendrá un coste por tener que abandonar este tipo de combustible, cuando es al contrario: mejorará nuestra vida y nuestra sociedad con energía más barata, mejor salud y mejor calidad de vida. Por lo tanto, los escasos avances de esta COP29 nos tienen que servir para recargar las ganas de luchar contra el cambio climático, contrarrestar las presiones de la industria fósil y trabajar por un mundo mejor, más justo, y un planeta vivo.

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Comentarios

5 comentarios
MARTA jORBA 28/11/2024

A este paso no se conseguirá nada, las grandes empresas siguen con sus ganancias y la tierra se va al desastre, mejor dicho, la humanidad, pues la tierra seguirá dañada pero se recuperará.

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María León 28/11/2024

Los países productores de petróleo viven el cambio climático como una situación ajena a sus vidas, no les importan las muertes ni los destrozos ni la ruina económica que provocan los fenómenos derivados del cambio climático; a ellos no les afecta nada de todo eso… nada salvo perder sus enormes ingresos.
Frente a esto sólo cabe la concienciación, la asociación y la oposición.
La frase es de Burke "Cuando los hombres malos se juntan, los buenos deben asociarse; de lo contrario, caerán, uno por uno, un sacrificio implacable en una lucha despreciable"

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Marcelino 28/11/2024

Donald Trump no es el culpable: son los cientos de millones de personas que lo votan pq piensan como él. La industria fósil no tienen la culpa en exclusiva, sino que la comparten con los miles de millones de personas que no creen en eso del "cambio climático". Tenemos lo que la mayoría de la gente quiere. Y si esto implica la extinción de la humanidad, pues nos lo habremos merecido democráticamente.

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José Luis Sanmiguel. 28/11/2024

No es fácil comprender la mentalidad de esta gente que no quiere reconocer algo tan evidente. Se creen al margen de la realidad, porque se sienten poderosos e invulnerables. y no piensan nada más que en si mismo, sin ir mas allá de su corta existencia. ¿Y SUS HIJOS, NIETOS Y DE MAS DESCENDENCIA? Lo pero es que hay tontos para dar y vender, por eso les votan, a esta gente insensible y, por qué no decirlo. ¡¡¡No son buena gente!!! Soy pesimista, no de naturaleza. Si no porque prima la avaricia inconsciente. Tienen todo el poder del mundo.

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Penélope 29/11/2024

Me indigna,después de todo lo que está pasando.Que la gente siga negando el cambio climático.Habra que hacer más ruido para que se nos vea.

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