Un agricultor afectado por la DANA interviene en la Junta de Accionistas de Repsol: “¿Cuántos de sus beneficios se destinarán a pagar el cambio climático que provocan?”
- Ximo Herrero, labrador valenciano afectado por la DANA, ha participado de la mano de Greenpeace para denunciar el impacto de las empresas fósiles como Repsol y exigir a la compañía que pague por los daños causados
- Pese al marketing verde, Repsol sigue siendo la empresa más contaminante de España y destina en torno al 65% de sus inversiones a los combustibles fósiles o a biocombustibles
- Greenpeace exige nuevos impuestos y tasas a las empresas fósiles para financiar costes de eventos climáticos extremos como la DANA y asegurar una transición energética justa
Madrid, 30 de mayo de 2025.- Ximo Herrero, un agricultor agroecológico afectado por la DANA de Valencia, ha participado hoy de la mano de Greenpeace en la Junta General de Accionistas de Repsol para denunciar el sufrimiento y la destrucción que el modelo de negocio de esta empresa, la más contaminante de España, está causando sobre las personas y el planeta.
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Herrero, natural de Guadassuar (Valencia), ha comenzado su intervención recordando cómo el pasado 29 de octubre la DANA arrasó su mundo y el de miles de valencianos.”El agua y el barro destruyeron mis campos, mi almacén y mis herramientas. Mi vida entera, como la de muchos otros agricultores. Pero no fuimos los peores parados. Como bien saben”, ha señalado ante los accionistas de la compañía energética que se reunían esta mañana en el Palacio Municipal de Congresos de Madrid.
A continuación, Herrero se ha dirigido a Josu Jon Imaz, consejero delegado de Repsol: “Señor Imaz: el cambio climático mata. Y su negocio de los combustibles fósiles provoca cambio climático con sus emisiones. La ciencia es clara: si no bajan sus emisiones a cero cuanto antes, esta no va a ser la última dana mortal”, ha señalado. El agricultor también ha puesto el foco en la factura climática de la petrolera: “De los 3.327 millones de euros de beneficios de este año, ¿cuánto va a destinar Repsol a pagar las pérdidas provocadas por el cambio climático del que ustedes son responsables?”, ha preguntado.
A través de su reciente informe sobre DANAS e inundaciones y conclusiones como las del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), Greenpeace ha vuelto a insistir en el vínculo científico entre el aumento en intensidad y frecuencia de los fenómenos climáticos extremos como la dana y las emisiones derivadas de la quema de petróleo, gas y carbón.
“Mitigar la crisis climática sólo será posible con el abandono de todo proyecto de extracción de combustibles fósiles y una adecuada inversión en recuperar la salud de los ecosistemas que funcionan como sumideros de carbono”, ha señalado Francisco del Pozo Campos, responsable de la campaña de Combustibles Fósiles de Greenpeace España.
Durante la Junta, Imaz ha reiterado el “compromiso” de su empresa con la reducción de emisiones. Sin embargo, Repsol sigue siendo la empresa que más C02 emite de España: ocupa el puesto 49 del ranking mundial de empresas más contaminantes elaborado por Carbon Majors, con 4.677 megatoneladas de dióxido de carbono equivalente (MtCO2e). Asimismo, la compañía fósil mantiene un objetivo estratégico hasta 2030 de extraer como mínimo 550.000 barriles diarios de petróleo y gas, lo que equivale al 60 % del consumo total de hidrocarburos de España al día.
Repsol sigue destinando en torno al 65 % de sus inversiones a los combustibles fósiles o a biocombustibles. Entre sus nuevos proyectos fósiles destacan los pozos de Pikka 1 en el Ártico de Alaska, las plataformas marinas del campo Raia en Brasil o los nuevos descubrimientos de hidrocarburos en el Golfo de México. Junto a los ya en marcha, estos proyectos fósiles aseguran a la compañía el equivalente a ocho años de reserva. “Extraer y quemar esas reservas supondría doblar todas las emisiones históricas de la compañía y una verdadera bomba climática. Por si fuera poco, muchas de estas actuaciones también suponen un riesgo muy elevado para la biodiversidad”, ha advertido del Pozo.
A pesar de aumentar un 35 % este año sus inversiones en proyectos renovables, Repsol mantiene su apuesta por defender una transición energética basada en lo que denominan “combustibles renovables”. La ventaja climática de este tipo de soluciones ha sido ampliamente cuestionada por la ciencia, pues las materias primas que emplean (cultivos y sus residuos o fracciones no reciclables de la basura) ponen en riesgo la biodiversidad y emiten CO2 de manera indirecta. Asimismo, no está demostrada su viabilidad para conseguir suficientes residuos vegetales de manera sostenible y a gran escala.
“A medida que las danas y otros eventos climatológicos extremos se suceden, cada vez son más las personas que exigen el abandono definitivo de los combustibles fósiles. Es probable que entre ellas se encuentre también el accionariado de Repsol y otras petroleras, que ve cómo sus inversiones no dejan de perder valor. Desde Greenpeace no sabemos hasta cuándo va a mantener el señor Imaz los planes inconsistentes y de lavado verde que presenta cada año. Lo que sí tenemos claro es que seguiremos insistiendo las veces que hagan falta para que empresas fósiles como Repsol dejen de destruir el planeta y paguen por el desastre climático que provocan”, ha destacado del Pozo.
La organización ecologista exige a los Gobiernos que aprueben nuevos impuestos y tasas a los combustibles fósiles, la industria contaminante y los multimillonarios que permitirían conseguir hasta 10 billones de euros anuales para una acción climática nacional e internacional acorde con los compromisos del Acuerdo de París. Las empresas fósiles de todo el mundo obtienen más de 2,7 billones de dólares anuales en beneficios. Sólo en España, se calcula que reciben más de 9.000 millones de euros en subvenciones.