Greenpeace alerta: las industrias fósiles podrían beneficiarse de hasta cuatro billones de euros en ayudas tras la COVID-19

18-06-2020

  • La Comisión Europea y los Gobiernos nacionales planean una inédita inversión frente a la crisis del Covid-19, cuyos criterios se trazarán mañana viernes en la reunión del Consejo Europeo
  • Greenpeace exige a los Gobiernos que aumenten los controles sobre estos paquetes económicos para asegurar que estén alineadas con los objetivos climáticos del Acuerdo de París
  • Grandes empresas contaminantes -como las petroleras- ya se están beneficiando de las ventajas de estos programas de emergencia, como la compra masiva de activos por parte del BCE o las rebajas fiscales anunciadas

Más allá de la polémica por los rescates, un análisis elaborado por Greenpeace durante estas últimas semanas demuestra que gran parte de las medidas económicas acaban beneficiando a la industria de los combustibles fósiles. Esto incluye rebajas fiscales, desgravaciones en los impuestos de hidrocarburos o cambios regulatorios. La organización ecologista exige a los mandatarios estatales, que se reúnen mañana en el Consejo Europeo, que se aseguren de que todas las medidas económicas y los fondos de recuperación sean utilizados exclusivamente para una recuperación justa y verde.

ENLACE AL INFORME AQUÍ

La Comisión Europea y los Gobiernos nacionales han propuesto unos cuatro billones de euros en programas de ayuda, lo que equivale a más del 25% del PIB de Europa o tres veces el PIB de España, unos 9.000 euros por habitante. Esta suma incluye tanto los 3,4 billones de los paquetes de recuperación anteriores como el nuevo instrumento de recuperación de la UE (dotado de 750.000 millones) y seguirá aumentando conforme se aprueben los proyectos nacionales de ayuda. Sin embargo, dichos proyectos carecen de condiciones serias y vinculantes en materia climática y no se garantiza que estén alineados con el Acuerdo de París. Igualmente, las grandes cantidades de fondos movilizados por el Banco Central Europeo (BCE) tampoco se acompañan de condiciones ambientales.

Esta falta de requisitos ambientales supone un “coladero” para que las industrias fósiles reciban ayudas públicas de múltiples formas. La industria de la aviación es el ejemplo más claro, con inversiones estatales que ya alcanzan los 33.000 millones, destacando el rescate de Lufthansa con 9.000 millones de euros del Gobierno alemán. No obstante, la investigación de Greenpeace ha descubierto vías menos evidentes a través de las que las industrias contaminantes se aprovechan de las ayudas tras la COVID-19. 

El informe presentado hoy por Greenpeace diferencia en cuatro tipos distintos las ayudas económicas aprovechadas por las empresas contaminantes: rebajas de impuestos; medidas fiscales no impositivas, como préstamos o avales públicos; medidas monetarias, como la compra de deuda y otros cambios regulatorios y legislativos. En cada una de estas categorías existen claros indicios de un apoyo deliberado o casual a una serie de empresas de combustibles fósiles.

«En España el Estado ha avalado los préstamos a las aerolíneas sin ningún tipo de condición ambiental y ha aprobado seguir subvencionando automóviles de combustión, una decisión que además de ir contra el medio ambiente condena a la industria del automóvil a mantener tecnologías obsoletas”, ha señalado Adrián Fernández, responsable de Movilidad de Greenpeace: “Tanto si esto sucede de forma casual como intencionada, los Gobiernos no deben emplear el dinero público para nada que no sea una transición social y ambientalmente justa«.

Greenpeace ha propuesto crear una comisión de seguimiento en la UE dirigida a evaluar todas las ayudas de la Comisión Europea y los Estados miembros. En el análisis que se publica hoy se resumen las políticas a llevar a cabo para evitar este aprovechamiento por parte de las empresas contaminantes:

  1. Excluir los rescates a los combustibles fósiles e introducir fuertes condiciones climáticas a los rescates de aerolíneas o fabricantes de automóviles.
  2. Excluir a los combustibles fósiles y las economías basadas en carbono de los préstamos públicos, tipos de interés favorables, avales y beneficios fiscales
  3. Excluir a dicho sector de los programas de compra de activos.
  4. No rebajar la normativa ambiental con la excusa de impulsar las inversiones.
  5. Asegurar la transparencia en los paquetes de ayuda a la Covid-19 y vigilar posibles inversiones en economías fósiles.

Greenpeace también exige que las medidas de recuperación llevadas a cabo se destinen a proteger a las personas y salvaguarden los derechos fundamentales. “Es hora de darle la vuelta al sistema con propuestas transformadoras. La salida a esta situación socieconómica tan dura puede ser una oportunidad para acometer cambios estructurales de calado que impulsen y fortalezcan al país, sobre todo para afrontar una crisis climática que ya ha avisado de sus devastadores efectos«, ha concluido Fernández.

“En los últimos tres meses hemos escuchado a nuestros dirigentes hablar de la importancia de una recuperación justa y verde, incluso apoyado públicamente por diecinueve Estados miembros. Y aún así siguen destinando dinero público a empresas contaminantes y atando a las industrias fósiles para asegurar su permanencia. Cuando mañana se reúnan los presidentes europeos para debatir sobre la recuperación a largo plazo deben poner condiciones ambientales sobre las actuales inversiones. La Comisión Europea debe implementar un mecanismo de vigilancia que evite un trasvase de millones a las industrias contaminantes antes de caer de forma irreversible en la crisis climática”, ha afirmado también Georgia Whitaker, responsable de la campaña de Ambición Climática en Greenpeace EU.


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