En vísperas de que Miren Arzalluz asuma el cargo mañana, 1 de abril 

Greenpeace pide a la nueva directora del Museo Guggenheim que pare la ampliación en Urdaibai y no destroce esta Reserva de la Biosfera 

31-03-2025

  • La organización confía en que una nueva dirección abra la oportunidad de replantear un proyecto que considera “anticuado y destructor de la naturaleza”
  • Greenpeace argumenta que están en juego el deterioro de un ecosistema vital, que atesora una biodiversidad excepcional, y la propia reputación del Guggenheim
  • Mientras la Diputación Foral de Bizkaia señala que el proyecto no tiene una gran oposición social, Greenpeace lleva recogidas casi 22.000 firmas en contra

En vísperas de que Miren Arzalluz asuma la dirección del Museo Guggenheim de Bilbao, la organización ecologista le pide que reconsidere el proyecto de ampliación en la que es la única Reserva de la Biosfera de Euskadi y que atesora una biodiversidad excepcional. Sus marismas y bosques son refugio de numerosas especies protegidas, incluidas aves migratorias, y, debido a su alto valor ecológico, acumula varias figuras de protección ambiental a nivel autonómico, estatal e internacional. 

Greenpeace solicita a la nueva directora, al Gobierno Vasco y a la Diputación Foral de Bizkaia que desistan de este proyecto en el lugar planteado actualmente. La obra constaría de dos sedes y una pasarela entre ambas. El edificio que se pretende instalar en Murueta supondría un paso más en la vulneración del núcleo de la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, la zona más valiosa y necesitada de protección efectiva. Asimismo, la pasarela supone serios riesgos, ya que atravesaría hábitats prioritarios de especies en peligro de extinción, como el visón europeo. 

No hay justificación para que el museo tenga que disponer de edificaciones que atraviesen el núcleo de la Reserva de la Biosfera, que debería restaurarse y dedicarse casi exclusivamente a la conservación de la biodiversidad. Los ojos de todo el mundo van a mirar al nuevo Guggenheim. La ampliación no puede suponer ni un ápice de destrucción del espacio más especial y único del exiguo 24 % del territorio vasco que goza de protección estricta: está en juego el deterioro de un ecosistema vital y la propia reputación del Guggenheim. La cultura y la naturaleza deben ir de la mano. Sin naturaleza, no hay cultura”, ha declarado Lorea Flores Compains, coordinadora de Greenpeace en Euskadi. 

La estrategia de sostenibilidad del museo habla de su gran compromiso ambiental, por eso es de extrañar que se quiera seguir adelante con un proyecto que, de acuerdo con la información que se conoce, destruirá la biodiversidad: “Desde Greenpeace esperamos que una nueva dirección del museo abra la oportunidad de frenar y replantear este proyecto que, en una situación de aguda pérdida de biodiversidad y crisis climática, puede considerarse anticuado y destructor de la naturaleza, y claramente desconectado de la realidad”, continúa Flores. 

Además, Greenpeace considera que el Gobierno Vasco y la Diputación Foral de Bizkaia deben abandonar todos los trámites administrativos previos a conocer el proyecto definitivo de ampliación del museo, imprescindibles para que pueda realizarse. Para la organización, es prioritario que el proyecto salga a exposición pública en su totalidad, para poder realizar la Evaluación Ambiental Estratégica de todo el conjunto. “Elixabete Etxanobe, diputada general de Bizkaia, dice que no va a faltar a su palabra y que el proyecto va a salir adelante sí o sí, a la vez que le intenta quitar importancia a la oposición de la comarca. Esto indica que el proceso de escucha, impulsado por el Gobierno Vasco y la Diputación Foral de Bizkaia, no es más que un lavado de cara, ya que salga lo que salga no será vinculante”, analiza Flores. 

Ante las declaraciones de Etxanobe de que “no hay oposición mayoritaria”, la realidad es que el proyecto cuenta con un amplio rechazo, como muestran la creación de la plataforma Guggenheim Urdaibai Stop (que reúne a 400 entidades), el colectivo Zain dezagun Urdaibai, las manifestaciones masivas, los múltiples recursos a modificaciones normativas, las declaraciones de los alcaldes y alcaldesas de la zona y las protestas de las principales organizaciones ambientales del Estado español. A día de hoy, la petición de Greenpeace para parar el proyecto cuenta con casi 22.000 firmas, lo que supera con creces a las 1.000 personas que sondeará el proceso de escucha activa del Gobierno Vasco.

Asimismo, la organización considera que la orden ministerial otorgada para reducir la franja de protección del dominio público marítimo terrestre de 100 a 20 metros es lo que se denomina “desviación de poder”: el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD) debería velar por la protección de la naturaleza; sin embargo, está utilizando su posición para facilitar la destrucción de esta joya natural en favor de intereses privados, algo que Greenpeace ya ha denunciado ante la Justicia.

En sentido contrario, Greenpeace solicita al MITERD que se incluya la Reserva de la Biosfera de Urdaibai de manera prioritaria en el Plan Nacional de Restauración, siguiendo lo establecido por el Reglamento Europeo de la Restauración de la Naturaleza. Este reglamento establece los objetivos de restaurar al menos el 20 % de las zonas terrestres y marítimas de la Unión Europea de aquí a 2030 y todos los ecosistemas que necesitan restauración de aquí a 2050. 

Más información:

En profundidad No a la ampliación del Museo Guggenheim en Urdaibai: la cultura y la naturaleza deben ir de la mano


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