Reactivo al nuevo borrador de sanciones de la UE a Rusia
La excepción nuclear deja un agujero en las sanciones de la UE a Rusia mientras un buque ruso llega a Francia para cargar residuos nucleares
- Mientras los gobiernos se enfrentan por la inclusión del uranio y la tecnología nuclear en la última ronda de sanciones, sigue el comercio de combustible nuclear
- Con estos intercambios, Europa sigue financiando la guerra en Ucrania, prolongando la dependencia energética de Europa y retrasando la transición hacia las energías renovables
- Greenpeace considera que, si los gobiernos de la UE quieren terminar con la guerra, deben cortar el vínculo de la industria nuclear europea con el Kremlin y centrarse en acelerar el ahorro energético y las energías renovables
El nuevo borrador de sanciones de la UE a Rusia, publicado por la Comisión Europea, no aborda la dependencia de Europa del comercio nuclear, justo cuando el carguero Mikhail Dudin, avistado varias veces en los últimos meses en el contexto del comercio nuclear con Rusia, atracó el miércoles en Dunkerque (Francia) para cargar contenedores de uranio reprocesado con destino a Rusia, después de una breve parada en Rotterdam (Países Bajos) el martes.
Mientras los gobiernos se enfrentan por la inclusión del uranio y la tecnología nuclear en la última ronda de sanciones, los envíos de combustible nuclear siguen llegando a la UE, financiando la guerra en Ucrania, prolongando la dependencia energética de Europa y retrasando la transición hacia las energías renovables.
La responsable de la campaña de finanzas sostenibles de Greenpeace en la UE, Ariadna Rodrigo, ha declarado: «Ignorar el comercio nuclear deja un agujero en las sanciones de la UE tan grande que se podría conducir un tanque a través de él. Si los gobiernos de la UE se toman en serio la necesidad de poner fin a la guerra, deben cortar el cordón umbilical de la industria nuclear europea con el Kremlin y centrarse en acelerar el ahorro energético y las energías renovables. Los acuerdos dudosos con dictadores a cambio de energía son la razón por la que la gente se enfrenta a los altos precios de la energía este invierno. La energía nuclear sólo empeora las cosas: es una pérdida de tiempo y dinero arriesgada y contaminante, y es intrínsecamente peligrosa, sobre todo en tiempos de guerra».
Los gobiernos de Hungría y Bulgaria bloquearon el pasado fin de semana un intento de Alemania, Polonia, Lituania, Letonia, Estonia e Irlanda de prohibir el comercio nuclear con Rusia. En abril, el Parlamento Europeo pidió un embargo total de las importaciones rusas de combustible nuclear, haciéndose eco de una demanda reiterada del Gobierno ucraniano.
En el centro de la dependencia europea de los suministros nucleares rusos se encuentra Rosatom, empresa estatal controlada por Putin [1], que dirige la industria civil, pero también está a cargo del arsenal de armas nucleares de Rusia y actualmente supervisa la central nuclear de Zaporizhzhia, ocupada en Ucrania.
Hay 18 reactores nucleares de diseño ruso en Europa, en Finlandia, Eslovaquia, la República Checa, Hungría y Bulgaria, todos los cuales dependen de Rosatom para su suministro de combustible nuclear y otros servicios. En agosto, Hungría decidió seguir adelante con la construcción de otros dos reactores nucleares rusos para ampliar la actual central nuclear de Paks.
Las filiales de Rosatom también suministran a centrales nucleares de Francia, Alemania, los Países Bajos y el Reino Unido. Rosatom, sus filiales y empresas asociadas también se encargan del mantenimiento de reactores en toda Europa, como en Bélgica, Suecia, España y Suiza.
Los envíos de uranio desde Rusia han continuado desde el inicio de la invasión de Ucrania por parte de Putin. Los destinos probables son Hungría, Francia, Eslovaquia, Finlandia, Bulgaria y la República Checa. Los envíos rusos habrían pasado normalmente por Ucrania en tren, pero en su lugar se han transportado por aire, debido a la guerra, y a pesar del embargo de la UE a los vuelos procedentes de Rusia.
Los residuos nucleares también se envían regularmente desde los países de la UE a Rusia, donde se almacenan en condiciones preocupantes.
Alrededor del 20 % del uranio enriquecido que utiliza la industria nuclear de la UE procede de Rusia, y otro 20 % también de Kazajistán. En España, según ENUSA (Empresa Nacional de Uranio) el 38,7 % de los concentrados de uranio procede de Rusia y el 11 % de Kazajistán.
«Hasta donde sabemos, los contratos de servicio y mantenimiento de Rosatom aún están vigentes. Rosatom está exenta de todas las sanciones de la UE, al igual que su filial alemana involucrada en el mantenimiento, NUKEM. Esta filial de Rosatom proporciona mantenimiento a la mayoría de los reactores nucleares en Alemania, los Países Bajos, Suiza, Bélgica, Suecia y España. No podemos seguir financiando la devastadora invasión de Ucrania por parte de Putin, dándole a Rusia un poder de negociación aún mayor sobre Europa», ha declarado Meritxell Bennasar, responsable de la campaña nuclear en Greenpeace.
Notas
[1] Informe de Greenpeace ‘Las empresas rusas presionan para que la taxonomía de la UE incluya el gas fósil y la energía nuclear’: https://es.greenpeace.org/es/wp-content/uploads/sites/3/2022/05/Ucrania.pdf