Más de 450 organizaciones de todo el mundo piden la dimisión del sultán y empresario petrolero Al Jaber como presidente de la COP28

25-01-2023

  • La persona elegida para supervisar las negociaciones de la próxima cumbre del clima es el director ejecutivo de la Compañía Nacional de Petróleo de Abu Dabi, la 12ª productora mundial de petróleo
  • En una carta a António Guterres, las organizaciones firmantes denuncian que este nombramiento supone una amenaza a la legitimidad y la eficacia de la COP28
  • Para abordar la crisis climática, las COP deben estar libres de toda influencia de la industria de los combustibles fósiles, sus principales causantes
  • Las organizaciones demandan, además, que los grandes contaminadores dejen de participar en la acción climática, y reclaman repensar el sistema para proteger a la gente y el planeta

 

Organizaciones sociales y ecologistas han enviado una carta dirigida a Antonio Guterres, secretario general de Naciones Unidas; a Simon Stiell, secretario ejecutivo del Convenio Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, y a todos los gobiernos que participan en la CMNUCC en protesta por el nombramiento del sultán Al Jaber como presidente de la COP28. El sultán y director ejecutivo de la Compañía Nacional de Petróleo de Abu Dabi (ADNOC) ha sido nombrado para dirigir  la próxima ronda de negociaciones mundiales sobre el clima, organizada por los Emiratos Árabes Unidos (EAU).

Más de 450 organizaciones por la justicia climática, entre las que se encuentra Greenpeace, denuncian en su carta que este nombramiento representa “una amenaza a la legitimidad y a la eficacia de la COP28: si tenemos alguna esperanza de abordar la crisis climática, todas las COP deben estar lejos de la influencia que pueda ejercer la industria de los combustibles fósiles”, denuncian.

ADNOC es el 12º productor mundial de petróleo. Ocupa el lugar número 14 en la lista de empresas responsables de un tercio de las emisiones de carbono. ADNOC también ocupa el puesto número 2 en un análisis global de los planes de expansión de petróleo y gas de las empresas de combustibles fósiles, lo que la convierte en una de las empresas de combustibles fósiles con más planes de crecimiento, con la construcción de nuevos yacimientos y pozos. Estos planes son totalmente incompatibles con las declaraciones de la Agencia Internacional de la Energía, que deja claro que no puede haber nuevas explotaciones de petróleo y gas si realmente se quiere limitar el aumento de la temperatura global a 1.5 grados centígrados.

Según estas organizaciones, el nombramiento de este ejecutivo del sector de los combustibles fósiles para supervisar la respuesta mundial al cambio climático no es ni mucho menos un motivo de celebración, ya que este sector tiene beneficios récord mientras alimenta la crisis climática. “Que este hecho pueda considerarse beneficioso para la COP, en medio de una crisis climática cada vez más grave, en la que millones de vidas y ecosistemas están en peligro, es un ejemplo de cuánta influencia siguen teniendo los grandes contaminadores sobre la política climática”, denuncian, y añaden: “También apunta a un problema más profundo, que los intereses de los combustibles fósiles han invadido el CMNUCC y amenazan su legitimidad”. 

La influencia de estas empresas crece cada vez más. En la pasada COP27, más de 630 grupos de presión de la industria de los combustibles fósiles se inscribieron para asistir a las negociaciones sobre el clima. Los Emiratos Árabes Unidos, que ahora acogen la COP28, contaban con más grupos de presión en su delegación que ningún otro país.

Las organizaciones firmantes exigen que las presidencias de las COP estén libres de toda influencia de las compañías de combustibles fósiles, para avanzar en la necesaria eliminación progresiva y justa de los combustibles fósiles. Y demandan: 

  1. Que los grandes contaminadores no participen en la legislación climática, para que no consigan debilitar la respuesta al cambio climático. El Convenio Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático debe establecer, de manera urgente, un marco regulatorio que incluya una política que termine con el conflicto de intereses de una vez por todas.
  2. Que los grandes contaminadores no financien la acción climática. No se debe permitir el greenwashing y la compra de su responsabilidad en una crisis que ellos han ocasionado.
  3. Que los grandes contaminadores salgan para que entre la gente. Aunque la sociedad civil siempre ha participado en el proceso de la COP, los gobiernos han dificultado cada vez más que las ONG y los movimientos por la justicia climática sean escuchados. La acción climática debe estar centrada en la experiencia de vida de las personas que más sufren la crisis climática.
  4. Repensar el sistema para proteger a la gente y al planeta. No más grandes Contaminadores. El sistema capitalista está destruyendo la vida tal como la conocemos. Es el momento de construir una nueva manera de vivir y colaborar que sea útil para las personas, no para los contaminadores, y que restaure la naturaleza en lugar de destruirla. Es necesario abordar una transición total y equitativa que permita dejar de utilizar los combustibles fósiles y que consiga el fin de la impunidad y de los abusos corporativos.

Para estas organizaciones, la CMNUCC ha fallado hasta ahora en la lucha por la justicia climática y no ha propuesto las acciones necesarias para terminar con la era de los combustibles fósiles y para emprender una transición rápida y justa hacia un nuevo sistema global, objetivos para los que, consideran, 2023 debe ser un año decisivo.

CARTA COMPLETA, AQUÍ.


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