Miedo a cambiar el modelo energético

Aumenta el presupuesto para la transición justa y la pobreza energética, sin embargo se perpetúa el sistema de subsidios y ayudas a las industrias contaminantes y se congela la promoción de las renovables y la eficiencia

La creación del nuevo Ministerio para la Transición Ecológica en el que se incluye la Secretaría de Estado de Energía no ha supuesto una variación importante en los presupuestos con respecto a 2018 destinados a las políticas de gasto de Industria y Energía (0,5% con respecto a 2018). El discurso del Gobierno a favor de las energías renovables y acabar con los beneficios a las energías sucias tan solo se aprecia en los presupuestos destinados a la transición justa, en especial de las cuencas mineras, pero no ha revertido en un aumento para los presupuestos destinados a promoción de renovables y eficiencia con respecto a 2018.

El discurso del Gobierno a favor de las energías renovables y acabar con los beneficios a las energías sucias tan solo se aprecia en los presupuestos destinados a la transición justa.

La política de gastos de Industria y Energía de los PGE sigue siendo un reflejo del objetivo de la Ley del Sector Eléctrico (cuya prioridad es cubrir los costes, sin cuestionarlos, de un sistema eléctrico que no internaliza los costes ambientales y sociales) dejando muy poco margen a las políticas para acompañar y guiar la transición energética.

Así, Industria y Energía cuenta en 2019 con un presupuesto de 5.803,26 millones que se destina principalmente a financiar parcialmente los costes del sistema eléctrico (un 65,80% de este presupuesto). Para ello se utilizan los ingresos procedentes de las subastas de derechos de emisión de gases de efecto invernadero, que este año han aumentado considerablemente (1.000 millones) y los ingresos tributarios derivados de las medidas fiscales para la sostenibilidad energética (1.998 millones) que se recaudan a través de la factura eléctrica y que este año se han visto reducidos por la supresión temporal del impuesto a la electricidad. De esta suma también se destinan 780,58 millones para compensar el sobrecoste en la generación eléctrica en los territorios extrapeninsulares, que en la actualidad representa una subvención a las ineficientes centrales de carbón y gasóleo de estos territorios.

Este año se consigna también la partida que se introdujo en 2018 dentro de los costes del sistema de 40 millones de euros para compensar la reducción de ingresos en el sistema eléctrico debido a la eliminación del peaje 6.1.b a las industrias, principalmente de la cornisa Cantábrica y País Vasco. La eliminación de este peaje, que el Gobierno de Sánchez ha consolidado con un Real Decreto, hace que se reduzca el coste de su factura eléctrica y este dinero que se deja de percibir para cubrir los costes del sistema tiene que ser compensando por el Estado. La eliminación de este peaje representa una subvención encubierta a estas industrias.

La Ley del Sector Eléctrico deja muy poco margen a las políticas para acompañar y guiar la transición energética.

Presupuesto para políticas de gasto de Industria y Energía 2019

Partidas presupuestarias para la transición energética
Resto de partidas presupuestarias
Fuente: PGE 2019 y elaboración propia Descargar gráfico y/o datos
Aumenta solo el 1% el presupuesto dedicado a impulsar la transición energética.

El presupuesto que se dedica para impulsar la transición energética representa tan solo un 7,1 % del total, un ligero aumento del 1% con respecto a 2018. Al igual que en 2018, se destinan 300 millones de euros para fomentar la eficiencia energética y las energías renovables (esta partida que se ha incorporado a los presupuestos este año procede de los Fondos Europeos de Desarrollo Regional o fondos FEDER) y 17 millones de euros (16,6 millones en 2018) para promover la movilidad sostenible. En 2019 la partida dedicada al desarrollo alternativo a las comarcas mineras del carbón ha aumentado 11,2 millones su presupuesto.

Dentro de las políticas de industria y energía se destinan 80 millones de euros del Bono Social Térmico, programa de concesión directa de ayudas destinadas a paliar la pobreza energética en personas en situación de vulnerabilidad, en lo que respecta a energía destinada a calefacción y agua caliente sanitaria.

Subvenciones a las industrias para seguir contaminando

El dinero dedicado a las políticas de gasto en Industria y Energía no va orientado a que la industria aumente su competitividad reduciendo su consumo energético y cubriendo su demanda con energías renovables y autoconsumo, sino que sigue el camino contrario: evitar que este sector asuma tanto el coste del CO2 como el incentivo a las renovables que generar la electricidad que consumen.

Así, dentro del programa de desarrollo industrial (54 millones), que ha mantenido su presupuesto este año, el Gobierno destina 11,35 millones de euros (casi el doble que en 2018) a compensar a determinadas industrias (metalúrgicas, papeleras, de fertilizantes, del plástico, del cuero, etc.) por los costes indirectos de CO2 : una subvención para reducir sus gastos y evitar que asuman el coste de las emisiones de CO2 que genera su consumo de electricidad.
Por el contrario, los 150 millones de euros que percibía en 2018 la industria que más electricidad consume para su producción (electrointensiva) como “compensación por determinados costes adicionales derivados del uso de la energía eléctrica” se han reducido este año a 31,9 millones.

Mina de carbón en Estercuel (Aragón)
Transición justa

El acuerdo para una transición justa de la minería del carbón alcanzado por el Gobierno con los sindicatos a finales de 2018 es un primer paso en la buena dirección y está alineado con el cumplimiento de la normativa europea. Este acuerdo es el cierre de una transición que está ya casi terminada, que lleva años y que ha sido solidaria y generosa por parte de todas las personas contribuyentes en el Estado.
El acuerdo de la minería da un señal clara para incentivar las inversiones en energías renovables y restauración ambiental, así como desincentivar las de la industria del carbón. También contempla prejubilaciones y bajas incentivadas para personal del sector y la creación de una bolsa de trabajo para personas no prejubiladas, en la que también podrá participar personal de las subcontratas.

El Instituto para la Reestructuración de la Minería del Carbón y Desarrollo Alternativo de las Comarcas Mineras cuenta con unos recursos de 241 millones de euros (incluidos dentro del programa de Explotación Minera) que se destinan principalmente a ayudas laborales (bajas indemnizadas de carácter voluntario y prejubilaciones). Además se dedican 43,4 millones (12,2 millones más que en 2018) a ayudas para el desarrollo alternativo de las comarcas mineras y 98 millones (48 millones más que en 2018) al programa de infraestructuras en las comarcas mineras, destinados a la reactivación económica de estas comarcas.

Este año se ha asignado una partida nueva a la Oficina de Cambio Climático procedente de los ingresos de la subasta de derechos de emisión que asciende a 32 millones de euros y que estará dirigida a frenar el cambio climático y a la transición justa.

Para abordar la transición energética al completo y que esta sea justa y ordenada se necesita un plan detallado que incluya las fechas de cierre de todas las centrales que usen energías sucias y peligrosas y su sustitución por un modelo 100% renovable, inteligente, eficiente y en manos de la ciudadanía.

El plan de transición justa debe contar con políticas y fuentes de financiación que faciliten y aceleren la transición hacia nuevas actividades productivas sostenibles con enfoque de género, para potenciar que las mujeres tengan un papel en la transición energética que no han tenido hasta ahora en el sector energético.

Investigación tecnológica

Para avanzar en el camino de la transición energética es necesario invertir en innovación tecnológica para favorecer el desarrollo de las renovables, el almacenamiento de energía, la electrificación y la inteligencia y eficiencia.

El programa I+D+i en materia medioambiental, energética y tecnológica, gestionado por la Secretaría de Estado de I+D+i, ha sufrido en estos 10 años un recorte de un 19% (tomando 2008 como referencia). En 2018 el presupuesto total de I+D+i experimentó un aumento del 8,3% con respecto al año anterior y en 2019 ha subido un 16% respecto a 2018. La mayor subida se encuentra en el capítulo de inversiones reales que pasa de 19,73 millones de euros a 27,08 millones.

Al analizar el total de programas destinados a Investigación y Desarrollo en 2019 la mayor subida ha sido para los programas de investigación y estudios sociológicos y constitucionales (28%) e investigación desarrollo tecnológico-industrial (14%). El programa dirigido a la investigación en materia medioambiental, energética y tecnológica, que representa solo el 1,4% del total de la inversión, es el tercer programa que más ha subido en 2019 (16,2%).

Fuente: PGE. Años 2009-2019. Programa 467H. Datos reales sin ajuste de inflación Descargar gráfico y/o datos