Se sigue apostando por modelos agrícolas y ganaderos insostenibles
A pesar del ligero aumento de las ayudas a la agricultura ecológica, solo constituyen el 2,8% del total del presupuesto del programa
No se puede frenar el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la contaminación, la sequía ni la “erosión” rural si no se actúa sobre el modelo agroalimentario. El sector agrícola es el responsable del 24% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, del consumo del 70% del agua dulce del planeta, pero también el fundamental responsable de su contaminación, principalmente por nitratos, del 80% de la deforestación de algunos de los bosques con más biodiversidad del planeta y del uso masivo de plaguicidas y de antibióticos en la ganadería industrial. La producción industrial de carne y otros derivados animales tiene un impacto muy elevado sobre el medio ambiente, la salud de las personas, el bienestar animal y los territorios.
Afortunadamente existen alternativas y son la única forma para afrontar los retos presentes y futuros en cuanto a la producción de alimentos. A pesar de la tímida apuesta del Gobierno por la agricultura ecológica, esta ha verificado en España un crecimiento vertiginoso (incluso durante la difícil situación económica) y es un motor generador de riqueza y empleo, especialmente el llamado “empleo verde”, que presenta cifras positivas y una tendencia creciente.
España es el país de la Unión Europea con una mayor superficie dedicada al cultivo ecológico, con más de dos millones de hectáreas en 2016, aunque la proporción de las tierras agrícolas dedicadas a la producción ecológica no alcanza el 10%.
Dentro de los PGE existe un programa dedicado a la competitividad y a la calidad alimentaria. Fue creado en el año 2009 y gestionado por la Dirección General de Industria Alimentaria, bajo la dirección de la Secretaría General de Agricultura y Alimentación, y se divide en seis grandes objetivos, uno de los cuales se centra en la agricultura ecológica. Este subprograma de apoyo y gestión de la calidad diferenciada y la agricultura ecológica ha experimentado un incremento presupuestario de más del 60% desde el 2009, cambiando a partir del año 2016 la programación plurianual para los presentes cuatro años (2016-2019), creciendo a 872,63 millones de euros anuales en los años 2016, 2017 y 2018. En 2019 ha aumentado 17,37 millones con respecto al año anterior (890 millones). A pesar de dicho aumento, sigue suponiendo un porcentaje muy bajo: el 2,8% del presupuesto total del programa para el año 2019.
La Política Agrícola Común (PAC) es un eje fundamental para vertebrar el desarrollo rural y un modelo agrícola que respete el medio ambiente y las personas. De esta forma, las partidas que se contemplen en los PGE no deben seguir financiado la agricultura y ganadería industriales debido al elevado impacto ambiental y social que tienen y sí la agroecología, puesto que esta pone a las personas en el centro, permite un desarrollo rural sostenible y es a la vez la mejor herramienta para hacer frente a cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación.