21-06-2022

La oligarquía del campo español

En el campo español hay pequeños agricultores y agricultoras que se ganan el pan con el sudor de su frente y también hay (muchas) grandes empresas del campo que gestionan extensas superficies y controlan de forma integral todo el proceso agrícola, desde la preparación de las tierras y la siembra, hasta que el producto que es llevado al mercado. Esta actividad encomiable deja de ser digna de admiración cuando se utilizan tretas o malas artes para que el negocio funcione a cualquier precio, le cueste lo que le cueste a otras personas o al medioambiente. Este patrón se repite en numerosas ocasiones en el entorno murciano, donde grandes empresas agrícolas tienen tanto poder que podemos hablar de una ‘oligarquía’ del campo que ejerce su fuerza a todos los niveles en los que su negocio tiene algo que jugarse.

Invernaderos junto al mar de la empresa Paloma en Mazarrón, Región de Murcia

Invernaderos junto al mar de la empresa Paloma en Mazarrón, Región de Murcia. ©Greenpeace/Pedro Armestre

Lógicamente no todas las empresas grandes tienen porqué entrar dentro de este perfil, pero sí que hay un número suficiente como para poner en valor su capacidad de influencia y su poder. De hecho, según el INE, en la región hay 660 explotaciones de más de 100 ha, que suman la mitad de las tierras cultivadas (158.479 ha). Señalar las malas prácticas destructivas no hace sino contribuir a limpiar la imagen del sector y recriminar a quien lo hace mal.

En torno a esta “oligarquía” se ha montado un aparato para que el proceso funcione de forma fluida y esto pasa principalmente por garantizar la llegada de agua sin ningún tipo de restricción que pueda afectar a sus negocios, y para ello cuentan con la suficiente influencia como para movilizar y poner a su disposición los recursos necesarios.

La oligarquía se refiere con frecuencia a sí misma como “agricultores y agricultoras” en sus páginas web y en sus comunicaciones, pero la inmensa mayoría jamás lo han sido, de hecho, muchas de estas empresas son multinacionales o están controladas por fondos de inversión, que poco o nada tienen que ver con el campo. También las hay familiares que han crecido tanto que igualmente nada tienen que ver con quien trabaja la tierra. Un elevado porcentaje de la producción es exportado, lo mismo que sucede con los beneficios obtenidos cuando se trata de empresas multinacionales extranjeras.

Este perfil es fundamental, porque se encuentran al final de la tubería y en el caso de la cuenca del Segura son quienes han apostado decididamente por el mantenimiento del trasvase del Tajo al Segura, que les garantiza un flujo a demanda de agua nada más abrir el grifo y sin tener que estar pendientes de si llueve o no, ni de si el agua desalada es mejor o peor. Cabe destacar que el sector agrario en la Región de Murcia está muy tecnificado y que frecuentemente cuenta con avanzados sistemas de riego, lo que no quita que la cantidad de agua consumida sea ingente.

Este tipo de empresarios son quienes presionan para mantener el business as usual y los que no permiten que se produzca ningún avance medioambiental. Diferentes fuentes apuntan a una estructura piramidal que controla otros perfiles varios que veremos a continuación y que ejerce un poder sustancial sobre instituciones como la Confederación Hidrográfica del Segura, el Gobierno de la Región de Murcia e incluso sobre el propio Ministerio para la Transición Ecológica.

Algunas de estas todopoderosas industrias agrícolas son:

EL REY DEL TOMATE (GRUPO PALOMA). Es una de las empresas más relevantes de toda la región de Murcia. A pesar de que los campos de esta empresa están principalmente en la zona de Mazarrón y no afectan “directamente” al Mar Menor, sí que es un ejemplo de la política de mala gestión del agua y del poder absoluto de la agroindustria.
AGRUPACIÓN AGRÍCOLA PERICHÁN. Es otra de las empresas todopoderosas de la zona del entorno de Mazarrón, con fincas en esta localidad, además de Lorca y Águilas, que ha sido denunciada por su impacto medioambiental pero que parece estar por encima de todo.
MOYCA GRAPES. Dice ser “una empresa agrícola familiar fundada en 1995” pero está en manos de fondos de inversión. Todo un ejemplo de lo alejada de la realidad del campo que se están este tipo de corporaciones y de la impunidad con la que operan.
EL CIRUELO. Otra de las corporaciones que se encuentran por encima de todo y, aunque tiene a los agricultores y agricultoras de la zona en pie de guerra por su gestión, nadie les sopla.
GS ESPAÑA. Merece especial atención porque se calcula que han vertido 1.400 piscinas de nitratos al Mar Menor. Esta empresa también destaca porque produce para el mercado internacional, aunque sus prácticas sean más que cuestionables.
EL POZO (GRUPO FUERTES). Estandarte de un modelo de producción agrario basado en la ganadería industrial y las macrogranjas (con su filial Cefusa) de gran impacto medioambiental que ha sido replicado con numerosas granjas en la zona y también ha dañado notablemente el estado del Mar Menor.

agricultura industrial , contaminación del agua , ganadería industrial , Mar Menor