16-10-2024

Hacia un futuro más justo y sostenible

Las corporaciones más poderosas del mundo han fallado en su responsabilidad hacia la sociedad y un futuro sostenible. Su nivel de deuda y la falta de inversión en causas sociales son alarmantes. Históricamente, su modelo de negocio se ha fundamentado en la explotación y la destrucción del medio ambiente. Sin embargo, en las últimas décadas, han centrado sus esfuerzos en construir una imagen positiva ante la opinión pública.

Ante la realidad de que estas corporaciones no cambiarán por sí solas y que no son confiables en la transición hacia un mundo verdaderamente ecológico, democrático y en paz, es crucial que tomemos medidas. Debemos reducir su poder, contrarrestar su lavado de imagen y limitar su influencia en el proceso de transición. En definitiva, es hora de exigir un cambio real y sostenible. Es necesario que cambien su modelo de negocio. Nos estamos jugando mucho.

Cali Colombia COP
© Juan Camilo Lindo / Greenpeace
Hacerles pagar
Impuestos temporales de solidaridad

En 2022, España implementó impuestos temporales de solidaridad para hacer frente a los costos de la crisis energética provocada por la guerra en Ucrania y para recuperarse de los efectos del COVID-19. Esta medida, establecida en la Ley 38/2022, afecta a grandes empresas energéticas como Repsol y a bancos como el Santander. Sin embargo, solicitamos al gobierno que convierta estos gravámenes en medidas estructurales, ajustándose en función de los beneficios obtenidos. Además, proponemos extender esta iniciativa a otras corporaciones que también reportan ganancias significativas.

Subsidios a actividades contaminantes

Actualmente, existe una extensa red de subsidios destinados a actividades e industrias contaminantes que desvían recursos públicos, fomentan las emisiones de gases de efecto invernadero y retrasan la transición hacia un modelo más sostenible. Ejemplos de esto incluyen reducciones en el precio del CO2 para ciertas industrias, ayudas al gas y al gasóleo para sectores específicos, así como la notable ausencia de impuestos sobre el queroseno utilizado en la aviación. Pedimos al gobierno que audite y reduzca los subsidios a los combustibles fósiles, manteniendo únicamente las ayudas necesarias para la transición de los grupos más vulnerables.

Sistema financiero y legislación ambiental

Es urgente llevar a cabo una reforma drástica del sistema financiero para abordar la pérdida actual de especies y áreas naturales. Pedimos que el Congreso apruebe una nueva ley ambiciosa que incluya un régimen sancionador, garantizando el cumplimiento del Reglamento de la UE sobre la deforestación en España. Esta legislación debe abarcar tanto al sector financiero como al de biocombustibles, reconociéndolos como agentes deforestadores.

Responsabilidad corporativa y financiera en la crisis climática y de biodiversidad

Es fundamental que en las resoluciones de las COPs se reconozca que tanto los Estados como las corporaciones deben asumir los costos totales de las pérdidas y daños causados al clima y al medio ambiente, en base al principio de «quien contamina, paga».

Colombia COP
© Heiler Uribe Parra / Greenpeace
Poner coto al poder corporativo

Es fundamental que los grandes contaminadores no tengan acceso a la formulación de políticas ambientales. Las Convenciones Marco de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad y Cambio Climático deben exigir a todos los participantes que divulguen y declaren públicamente sus intereses. Además, es urgente establecer un marco de responsabilidad que ponga fin al poder excesivo de las corporaciones  en estos procesos.

Aunque la sociedad civil ha participado históricamente en las COP, los gobiernos han dificultado cada vez más que las ONG y los movimientos por la justicia ambiental puedan hacer oír sus voces. Es esencial que promovamos una inclusión equitativa y significativa en la toma de decisiones. La acción ambiental y climática debe estar en el centro del liderazgo, priorizando la experiencia vivida de las personas, especialmente aquellas que se encuentran en la primera línea de la crisis climática.

Cambiar su modelo de negocio

Es urgente que evolucionemos hacia un modelo socioeconómico sostenible que respete los límites físicos del planeta, promueva la equidad y tenga en cuenta los futuros escenarios del cambio climático. Ante la poderosa industria de los combustibles fósiles, es fundamental que la ciudadanía se una para defender tanto a la población como al medio ambiente.

Modelos basados en los combustibles fósiles. Las empresas como Repsol y otras petroleras, junto con el sector financiero que las respalda, deben presentar un plan vinculante que reduzca su producción y comercializacióndepetróleo y gas, con el objetivo de eliminar por completo los combustibles fósiles para el año 2040. Además, es necesario que contribuyan con fondos adicionales para mitigar los daños causados por sus actividades, que solo benefician a sus accionistas.

Modelos basados la destrucción de los ecosistemas. Es crucial que las corporaciones que fundamentan su modelo de negocio en la deforestación, la agricultura intensiva y otras formas de degradación de la biodiversidad, junto con el sector financiero que las apoya, presenten un plan vinculante para reducir sus actividades destructivas y restaurar los ecosistemas afectados.

Modelos basados en la guerra. En el contexto actual de conflictos en Palestina, Líbano, Ucrania y Sudán, así como del rearme global, es esencial identificar a las corporaciones que se benefician directa o indirectamente de estas crisis. La guerra y la falta de democracia no tienen cabida en la transición ecológica. Las empresas que basan su modelo de negocio en la guerra, la producción de armas o que colaboran con regímenes autoritarios no deberían tener acceso a las COP ni a los fondos destinados a la transición ecológica.

corporaciones , crisis climática