16-10-2024

Repsol: energía y poder en juego
Repsol sigue apostando por los fósiles

Entre las empresas del IBEX 35, Repsol destaca como un líder en poder y prácticas empresariales destructivas. Es la primera suministradora española de petróleo, gas y sus derivados. A pesar de los avances en energías renovables, la realidad es que el 80 % de sus actividades dependen aún de los combustibles fósiles.

Según un informe del Observatorio de Sostenibilidad, la compañía representa el 62 % de las emisiones de todas las empresas del IBEX 35, seguida a gran distancia por Naturgy (15 %), Iberdrola (7 %) y Endesa (4 %).

Pese a la contaminación y a su marketing verde, la empresa no pretende cambiar su modelo basado en combustibles fósiles a corto plazo, ya que se aprovecha de que nuestra sociedad es muy dependiente de los servicios energéticos que proporciona el petróleo y el gas. El pasado viernes 10 de mayo, durante la Junta General de Accionistas, Celia, una joven activista de Greenpeace, le preguntó a Josu Jon Imaz, CEO de Repsol, lo siguiente:

¿Por qué continúan acumulando riqueza a expensas de quienes sufren pobreza energética, expoliando recursos naturales y condenando al clima y a la biodiversidad a un futuro incierto?

¿Cuándo dejarán de depender del petróleo y el gas? Es hora de que asuman la responsabilidad por los miles de millones invertidos en destruir el planeta.

El señor Imaz contestó, sin complejos, que Repsol seguirá extrayendo petróleo y gas, incluso más allá de 2050, siempre que la sociedad lo “necesite”.

Además, las soluciones que ofrece Repsol como la captura de carbono o los biocombustibles, son cuestionables ya que se enfocan más en generar ganancias que en una verdadera transición energética, no son soluciones reales a la crisis climática y buscan principalmente mantener el sistema contaminante actual.

Las emisiones de Repsol

Repsol presenta sus emisiones en sus informes anuales de forma confusa y fragmentada, y solo elabora planes de transición energética para las operaciones relacionadas con sus pozos, refinerías, barcos, cisternas y plataformas petrolíferas.

Deuda de Repsol

La enorme cantidad de emisiones de CO2, tanto actuales como pasadas, de la compañía (y que permanecerán en nuestra atmósfera durante décadas) ha generado una considerable deuda histórica con las generaciones presentes y futuras. Según un análisis de InfluenceMap, Repsol se encuentra entre los 50 mayores contaminadores del mundo desde la revolución industrial (1854–2022).

Aunque esta deuda es difícil de cuantificar, al estimar el coste de adaptación a los peores efectos del cambio climático y el coste de la transición hacia un sistema sin combustibles fósiles, podríamos tener una idea más clara de la deuda de Repsol con el planeta. Un estudio de la revista Nature estima el coste social y ambiental de las emisiones fósiles en 185 USD por tonelada de CO2 (equivalente a las emisiones de una persona volando de Madrid a Nueva York). De manera similar, la  Agencia de Protección de la Naturaleza de EE.UU. estima en 190 USD el coste total por tonelada de CO2.

A pesar de los altos beneficios de 2023 (3,168 millones de euros), estos representan solo una cuarta parte de la deuda ecosocial vinculada a su actividad, que asciende a 11.766 millones de euros.

Deuda desde el Acuerdo de París (2016)
61.820 millones de euros
Deuda histórica desde el 2000
329.772 millones de euros

Los beneficios acumulados de Repsol desde el Acuerdo de París (2016-2023) rondan los 8.949 millones de euros, mientras que desde el año 2000 alcanzan aproximadamente 39.588 millones de euros. Aunque estas cifras son indudablemente elevadas (incluso considerando los años difíciles por la pandemia y la crisis económica), en comparación con su deuda, no representan ni el 10 %.

En resumen, Repsol y otras petroleras con beneficios extraordinarios producen  unos costes ecológicos y sociales por la quema de combustibles fósiles mucho mayores que los beneficios directos que obtienen.

El clima no es un negocio
©Greenpeace Handout/Pablo Blázquez
Las reservas de Repsol

Repsol actualmente extrae petróleo y gas de 14 países: EE.UU, México, Trinidad y Tobago, Colombia, Brasil, Perú, Guayana, Noruega, UK, Libia, Indonesia, Ecuador, Venezuela y Argelia, Aunque en los últimos años ha vendido algunas áreas de extracción, sigue realizando hallazgos con importantes recursos, especialmente en EE.UU. y México, lo que le ha permitido en 2023 aumentar la cantidad extraída un 9 % respecto al año pasado. Además, Repsol está apostando principalmente en técnicas insostenibles como el fracking en EE.UU.

Extracción de petróleo y gas en 2023
218 millones de barriles
Repsol extrae el equivalente al
60 % del consumo total de España


Las reservas probadas de petróleo y gas de todos sus pozos suponen 1.841 millones de barriles y le permiten al menos 8 años de extracción a la velocidad actual. Además este año ha añadido 150 millones de barriles más en reservas.

Si repsol vende todas sus reservas actuales equivale a emitir 1.822 millones de toneladas de CO2-eq o, lo que es lo mismo, duplicar sus emisiones históricas.
Proyectos destacados

Los puntos en este mapa representan más de 100 proyectos de extracción de petróleo y gas de Repsol y sus socios. De estos, 89 proyectos (marcados en rojo) están actualmente operativos, 15 (en azul) se encuentran en fase de exploración y 3 (en verde) están en proceso de cierre.

Por su impacto destacamos cinco proyectos este año:

#1 Pikka (Alaska, Ártico de EEUU)

Este julio, Repsol, junto a su socio Santos, ha iniciado una arriesgada operación perforando los primeros 12 pozos en la remota costa norte de Alaska, en el océano Glacial Ártico. Pikka contiene al menos 700 millones de barriles de crudo, suficiente para abastecer el mercado español durante más de dos años. Esta extracción equivaldría a emitir 327 millones de toneladas de CO2, una cantidad superior a las emisiones anuales de toda España. Pikka supone un enorme riesgo tanto para las personas como para el medio ambiente del Ártico pues las difíciles condiciones del lugar harían inviable una respuesta efectiva a un derrame durante la mayor parte de la temporada de perforación.

Oso polar Áritco
©Greenpeace/Larissa.
#2 Al Sharara (Desierto de Libia)

En el desierto de Libia, Repsol posee el 20 % del gigantesco y controvertido campo petrolero de Al Sharara. Según un informe de Climate Action Network Report (2023), este campo ha sido calificado como una «bomba climática», ya que contiene el equivalente a 32 veces las emisiones de España en 2021. Además, debido a la inestable situación política del país, el campo ha experimentado cierres temporales periódicos a causa de la escalada del conflicto armado. La violencia en esta región representa un riesgo inasumible tanto para los trabajadores como para el medio ambiente.

#3 Lapa (Rio de Janeiro, Brasil)

Lapa es un área donde Repsol y sus socios han desarrollado diversos intereses en la costa tropical del país. Desde su actual campo de petróleo y gas, Lapa ha comenzado a expandir sus operaciones hacia Lapa Sur Oeste, donde se han descubierto reservas totales que superan los 1,000 millones de barriles de petróleo y gas, a pesar de estar en un frágil ecosistema marino tropical.

#4 Macellus (Pensilvania, EEUU)

En Pensilvania, EE. UU., Repsol sigue apostando por el fracking, una técnica controvertida y agresiva para la extracción de gas y petróleo. En los tres condados donde opera (Tioga, Susquehanna y Bradford), se estima que las reservas alcanzan la impresionante cifra de 2,357 millones de barriles de gas. Si se queman estas reservas, las emisiones generadas equivaldrían a las producidas por todo el parque de vehículos de España durante 30 años.

#5 Corridor (Sumatra, Indonesia)

En el corazón de la selva de Sumatra, Repsol y sus socios han estado extrayendo gas de la bolsa de Corridor durante décadas. Esta región cuenta con enormes reservas, que ascienden a 1.295 millones de barriles de petróleo y gas. La ambición de Repsol parece no tener límites, y este año continúa su campaña de expansión hacia el vecino campo de Kaliberau Dalam, lo que pone en mayor riesgo el delicado ecosistema de la selva.

Combustibles fósiles , corporaciones , crisis climática