17-09-2019

Ruta I: Casi dos años enviando munición fabricada en Burgos a Arabia Saudí y Emiratos Árabes desde Bilbao y Santander

El 25 de abril de 2016, un año después de que estallara la guerra de Yemen, la compañía naviera saudí Bahri nombraba a Cantabrian Integrated Logistic Services (CILS), del grupo Bergé, su agente general en España que tendría una línea regular de carga en el puerto de Bilbao cada 28/30 días.

El establecimiento de esta línea regular en Bilbao da comienzo a la exportación continuada de munición bajo el código arancelario 9306, que corresponde a “Bombas, granadas, torpedos, minas, misiles, y demás municiones y proyectiles” del subtipo “de guerra”. Entre todo lo enviado, lo que sí que se ha confirmado a través de una respuesta del Gobierno a una pregunta parlamentaria es que uno de los envíos consistía en 17.000 proyectiles completos de artillería de 155 milímetros.

En total, desde que se tiene conocimiento de la primera exportación, en octubre de 2016, en las bodegas de esos barcos han navegado con destino a Arabia Saudí casi 7.000 toneladas de munición3 por un valor cercano a los 120 millones de euros4 (7.514 toneladas de munición y un valor de 138,8 millones de euros si también tenemos en cuenta los envíos de munición a Emiratos Árabes Unidos, que pertenece a la coalición saudí y participa en la ofensiva contra Yemen).

Todas esta munición se fabricó y distribuyó desde las instalaciones que la empresa Expal Systems, perteneciente al Grupo Maxam, tiene en Quintanilla de Sobresierra (Burgos). Desde allí se envían hasta el puerto donde se realizará la carga en los buques a través de convoyes de camiones escoltados por empresas de seguridad y por la Guardia Civil.

Una de las curiosidades de este caso y que a la vez es un ejemplo de las dudosas prácticas del sector armamentístico, es cómo la naviera saudí ha tratado de ocultar sistemáticamente las operaciones realizadas desde España a medida que empezó a aumentar la presión social contra el envío de armas españolas a Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos. Todo debido a la negativa de un bombero de Vizcaya a participar en el retén que vigilaba la carga en el puerto de Bilbao al conocer su destino y haber sido informado de que “eran bombas”. La primera medida de la naviera Bahri fue ocultar destinos españoles en su página web.

Posteriormente trataron de ocultar los logos de sus barcos, como muestran las siguientes fotografías de las visitas del buque Bahri Jeddah a Bilbao en junio y diciembre de 2017:

Además, en varias ocasiones, han puesto rumbo a puertos españoles desconectando el Sistema de Identificación Automática Marítima, con el que están obligados a navegar por cuestiones de seguridad, para impedir que se pueda rastrear su navegación y puerto de destino. Esta deficiencia fue detectada en inspecciones realizadas al Bahri Tabuk en Bilbao el 21 de septiembre de 2017 y al Bahri Hofuf en Santander el 8 de marzo de 2018.

Finalmente, y muy probablemente en un intento de desplazar la atención de los diferentes colectivos que han denunciado el caso y demandado el fin de la venta de armas a estos países de la coalición saudí, las operaciones de carga de los buques Bahri fue desplazada al puerto de Santander, desde donde se han realizado los últimos envíos.